El presidente Felipe Calderón externó que por muy graves y difíciles que sean los problemas, se pueden superar cuando hay determinación, vocación, carácter, esperanza y fe, y cuando hay amor por las cosas, por la gente y por los nuestros.

En el encuentro Logros y avances de la fundación Alfredo Harp Helú, dijo que con cada luz que se prende, con cada testimonio vivo de amor al prójimo se irán ahuyentando las sombras que nublan la vista de un pueblo como el nuestro.

En las instalaciones del Centro Banamex, donde estuvo acompañado por su esposa, Margarita Zavala; Alfredo Harp; los titulares de las secretarías de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, y de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, así como por el empresario Alejandro Martí, el michoacano reconoció que todos los mexicanos deben ser corresponsables.

Quienes tenemos el privilegio de pertenecer a este gran país, tenemos también en nosotros la posibilidad no sólo de enfrentar, sino de superar los problemas, por muy graves que parezcan, indicó.

En ese contexto, destacó el trabajo de la fundación en favor de la educación, la salud y la cultura. Alfredo Harp, quien encabeza dicha fundación, recordó que gran parte de sus estudios en La Salle los hizo mediante una beca.

Luego de ese comentario, el Presidente señaló que cuando lo mandaron a la escuela –en su caso con los maristas–, también lo hizo becado y con un gran compromiso y una gran alegría para mí, porque sé que eso me abrió las puertas del conocimiento y en gran parte de la vida.

Asimismo, destacó la importancia de que todas las familias mexicanas contribuyan al desarrollo del país, porque –dijo– la clave para que una sociedad funcione es buscar lo mejor para el prójimo.

En ese sentido, Calderón llamó a la solidaridad de los mexicanos; precisó que ser solidario debiera significar ser responsable no sólo del destino propio, sino del destino de los demás. Además –planteó–, si no tienes amor, no tiene sentido la vida.

Citando a Antonio Caso, el mandatario consideró que quien hace algo por los demás puede entender el sentido de la trascendencia, el sentido de la vida. Pero quien no hace nada por los demás, nunca lo entenderá.

Dijo estar convencido de que el dinero jamás será suficiente para un país con las necesidades de México pero, “evidentemente, los recursos públicos también son, a final de cuentas, más abundantes que los privados.

Si pudiéramos combinar los recursos públicos con el corazón de quienes aman y trabajan, estoy seguro de que este país sería absolutamente distinto, dijo.

Asimismo, llamó a continuar los proyectos de las fundaciones de la sociedad civil, porque sé que el dinero público, el dinero de todos, va a rendir mucho más, porque ahí no sólo hay proyecto, hay corazón, y el corazón es lo que hace que los panes se multipliquen.

Por último, resaltó que frente a las expresiones de odio que tanto se ven a diario en la sociedad contemporánea, qué bueno que haya expresiones del bien, como las de la fundación Alfredo Harp.