Pachuca, Hgo., 18 de febrero. El obispo de Huejutla, Salvador Martínez Pérez, ordenó una medida similar a la aplicada en la Guerra Cristera, durante la segunda mitad de la década de 1920: suspender todos los servicios religiosos en el municipio de Calnali, luego que el ayuntamiento rechazó su petición de cancelar el carnaval de primavera, una de las dos festividades más importantes de la Huasteca hidalguense, junto con la celebración del Xantolo (días de muertos), del 31 de octubre al 3 de noviembre.

En un oficio fechado el 27 de enero, el prelado expone al presidente municipal de Calnali, Wenceslao Revilla Hernández: El carnaval, juzgado objetivamente, con su música ligera, disfraces, desmanes y ofensas a las personas, amén de faltas a la moral pública, deforma y acaba con toda expresión de sentimientos religiosos y de fe.

Agregó: Apelando a su conciencia de católico, y en nombre de la comunidad parroquial de Calnali, le pido que intervenga para que el carnaval 2009 finalice el 24 de febrero. De lo contrario, tendría que proceder a suspender, por un tiempo, todo servicio religioso y pastoral de los sacerdotes que atienden la parroquia de Calnali.

Irreverencia profana

Ante la falta de respuesta del alcalde, el clérigo ordenó a los sacerdotes y fieles laicos de la parroquia de Calnali suspender toda celebración de sacramentos: bautismos, misas de domingos, de días feriados, de difuntos, de 15 años, de tres años, de primeras comuniones, de matrimonios, así como confesiones, menos a enfermos moribundos, atención pastoral a los catequistas y comunidades de base.

Señaló que la suspensión de actividades y servicios eclesiásticos terminará cuando el presidente dialogue y tome acuerdos con los fieles de la parroquia, y justificó: Dios sabe que el motivo que he tenido para suspender los servicios religiosos y pastorales en la parroquia de Calnali es liberar la celebración cristiana del Miércoles de Ceniza (que este año se conmemorará el 25 de febrero) de todo ruido musical, irreverencia profana y actitudes contra la moral pública. Además, la Cuaresma es el principio del tiempo litúrgico de intensa preparación espiritual de los católicos para celebrar la Semana Santa, acotó.

Tanto el carnaval como las fiestas de Día de Muertos en la Huasteca hidalguense son celebraciones de gran relevancia no sólo en la región, sino que atraen a visitantes extranjeros.

El obispo de Huejutla ya cumplió 75 años de edad, lo cual lo ubica en la antesala del retiro de sus actividades como representante de la Iglesia en la Huasteca, de acuerdo con lo estipulado en el derecho canónigo.