Christian Rea Tizcareño El Consejo Nacional
para Prevenir la Discriminación realizó en
agosto pasado reuniones conciliatorias con
el grupo católico Courage Latino en sus
“retiros” y talleres enfocados a “curar” la
homosexualidad.
A partir de los mensajes electrónicos publicados
en el sitio web de Courage Latino —que
calificaban a la homosexualidad como una
enfermedad—, la organización Género, Ética y
Salud Sexual (GESS) interpuso una queja ante el
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación
(Conapred) en diciembre de 2007.
GESS, apoyada por el Centro Nacional
para la Prevención y Control del VIH/sida
(Censida) mediante el financiamiento de un
proyecto para atacar la homofobia en México,
interpuso la demanda contra Courage Latino,
ministerio religioso que recomienda la “castidad”
a quienes no desean ser atraídos erótica
y afectivamente por personas de su mismo
sexo, informó Mariaurora Mota, integrante de
la organización quejosa.
Mota detalló en entrevista que el 20 de
agosto pasado se efectuó una “junta de
conciliación” entre Courage y GESS en el
Conapred, en la cual el grupo religioso acordó
modificar su sitio electrónico para rectificar
que la homosexualidad no es una patología
mental.
Según la activista de la asociación regiomontana,
todos los dirigentes de Courage
Latino recibirán, por parte del Conapred, un
curso de sensibilización en materia de no
discriminación. Asimismo, el grupo católico
se comprometió a distribuir de forma impresa el texto del artículo primero constitucional,
así como los artículos cuatro y nueve de
la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la
Discriminación en todos sus talleres y retiros.
A la reunión asistieron el sacerdote
Buenaventura Wainwrigth, guía espiritual de
Courage Latino México; Óscar Rivas, líder de
esta agrupación, y la abogada Silvia Cali, quienes
recalcaron que promueven la “castidad, a
través de una vida espiritual profunda” como
solución a la “homosexualidad egodistónica”,
es decir, cuando las personas “sufren” por su
atracción hacia el mismo sexo y no la desean,
explicó Mota.
El clérigo Wainwrigth —poco conocedor
de las leyes mexicanas— argumentó que considerar
a la homosexualidad como una patología
no incita al odio. El presbítero preguntaba
“¿qué hago yo con todas las personas que
llegan a decirme que se sienten enfermos?”,
relató Mota.
Para la activista de GESS, es claro que los
grupos católicos y de inspiración cristiana
“tienen la libertad de vivir como quieran.
Dicen que no se les va a quitar la atracción
pero que su objetivo es vivir de acuerdo a
las enseñanzas de la Iglesia Católica. Hay que
respetarlos pero también acusarlos de que
están desinformando al público y fomentan la
discriminación”.
Mota invitó a los promotores de los derechos
de la diversidad sexual a vigilar que
este tipo de agrupaciones no califiquen a la
homosexualidad como antinatural, perversión,
adicción o enfermedad; de lo contrario, hay
que ejercer el derecho a denunciar ante las
instituciones mexicanas.
“Discriminados” por promover castidad
Óscar Rivas, representante de Courage, aseguró
en entrevista que después de un “cordial
diálogo” el Conapred reconoció que el
trabajo de su grupo “en ningún momento
discrimina o ataca a otra persona”.
“No hacemos campaña antigay. Estamos
en nuestro derecho porque el artículo primero
constitucional que garantiza la no discriminación
por orientación sexual también dice que
una persona no puede ser discriminada por
sus creencias religiosas”, subrayó.
Aseveró que el Conapred quedó “muy
impresionado”, a tal grado que el organismo
invitó a este grupo a participar en los eventos
que lleva a cabo. Añadió que si el Consejo les
hace llegar el material contra la discriminación,
lo usarán en sus talleres, eventos y sesiones.
Por lo pronto, en el sitio web de Courage ya se
incluye una “Aclaración sobre la labor pastoral de
Courage Latino”, en la que insisten en su misión
de dar “terapia” a gays y lesbianas que sufren con
su preferencia sexual, aunque reculan en su intención
de hablar de una patología: “En Courage
Latino consideramos que la homosexualidad no
es una enfermedad; en este sentido coincidimos
con la Asociación Psiquiátrica Americana y la
Organización Mundial de la Salud”.
Para David Barrios, ex presidente de la
Federación Mexicana de Educación Sexual
y Sexología, no es válido el concepto de
“egodistonia”. El verdadero problema es la
homofobia porque todo conflicto relacionado
con la homosexualidad es “sociodistónico”. En
otras palabras, la persona no está mal, es el
entorno social discriminador el que le produce
trastornos, concluyó el sexólogo. |