Alerta el New York Times contra los "antimigrantes acérrimos" que impiden avanzar
Pide Bush a líder del Senado someter de nuevo a votación la reforma migratoria
Washington, 9 de junio. El presidente estadunidense, George W. Bush, sacó tiempo de sus compromisos europeos para volver a su agenda doméstica durante su mensaje radiofónico semanal de este sábado, en que se refirió a las críticas que provocaron un duro revés a uno de los principales temas de su agenda interior: la reforma de la ley de inmigración.
Bush reconoció las críticas a la legislación migratoria estadunidense, incluidas algunas de las procedentes de su propio partido, el Republicano.
"Creo que podemos expresar nuestros sentimientos y desacuerdos en ciertos temas y alcanzar juntos una solución", dijo el mandatario al admitir que el proyecto de ley "no es perfecto", pero destacó que fue la mejor solución para hacer frente a los problemas de la actual legislación.
El proyecto de ley fue presentado el jueves anterior al Senado, donde no prosperó una votación para cerrar el debate y proceder a la aprobación, a pesar del apoyo de líderes de la mayoría demócrata. Sin finiquitar el debate, la medida podría efectivamente quedar a la deriva.
Bush, en el mensaje radial semanal, hizo un llamado al líder de la mayoría del Senado, Harry Reid, para que vuelva a someter a votación el proyecto. Asimismo, pidió apoyo a los senadores de los partidos Republicano y Demócrata.
El proyecto legislativo plantea el establecimiento de un amplio programa a trabajadores extranjeros y una ruta legal para otorgar la nacionalidad a por lo menos 11 millones de inmigrantes indocumentados.
La votación del jueves anterior supuso un revés para el frágil compromiso alcanzado entre la conservadora Casa Blanca representada por Bush y el Partido Demócrata, mayoritario en el Congreso.
A principios del mes pasado, el presidente había anunciado como logro de su gestión política el acuerdo con los legisladores, que abarcaba tanto a los republicanos más conservadores como a los demócratas más liberales en el crucial tema de dar una solución difinitiva a la inmigración indocumentada que agobia al país.
Ese proyecto de ley formó parte central de la agenda doméstica de Bush durante años, pero el presidente fue incapaz de convencer a sus correligionarios republicanos, que controlaron las dos cámaras del parlamento entre 2003 y 2007, a fin de que respaldaran su proyecto de reforma.
En la alocución radiofónica, el gobernante estadunidense trató de hacer frente a las críticas republicanas de que el gobierno no levantó suficientes fronteras de seguridad y que el proyecto supondrá una "amnistía" para los extranjeros que se encuentran de forma ilegal en el país.
En su edición de este sábado, el diario The New York Times alertó sobre los "antimigrantes acérrimos" que impiden a toda costa una reforma migratoria integral.
"El país está cambiando, pero de la forma en que siempre ha ocurrido, absorbiendo a los recién llegados, moldeándolos y siendo moldeados por ellos, convirtiéndolos inexorablemente, a sus hijos y nietos, en estadunidenses", señaló el rotativo en uno de sus comentarios editoriales.