Usted está aquí: domingo 2 de abril de 2006 Política Liberan a indígenas recluidos por crimen que no cometieron

Los torturaron y apresaron cuatro años, denuncia ONG

Liberan a indígenas recluidos por crimen que no cometieron

Desde 2002 se pidió que se investigara: Centro Fray Bartolomé

EMIR OLIVARES ALONSO

Ampliar la imagen Ceremonia de indígenas chiapanecos en diciembre de 2003 Foto: Marco Peláez

Vicente López Rodríguez, tzotzil de Chiapas de 24 años, afirma que fue torturado y acusado de un crimen que no cometió.

A finales de 2001, Vicente fue condenado a 12 años, seis meses y tres días de prisión por los delitos de homicidio, lesiones y robo con violencia, por el juez mixto de primera instancia del municipio de Simojovel, Miguel Angel Guillén Utrilla, "a pesar de no existir prueba alguna que acreditara su responsabilidad", asegura Itzel Silva Monroy, abogada del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (CDHFBC).

Acusado de los mismos delitos, su hermano Mariano, quien en ese entonces tenía 17 años, fue internado en el tutelar para menores infractores de Chiapas, con una condena de cinco años de encarcelamiento. En tanto, a Vicente lo llevaron al penal El Amate.

La representante legal del Centro Fray Bartolomé asegura que la prueba por la que fueron encarcelados los hermanos es un acta de declaración alterada con corrector. A ambos los culparon de haber asesinado a un vendedor de café y de asaltar y lesionar a otros dos comerciantes.

Los hechos ocurrieron en la comunidad de Constitución. Vicente recordó que ese día, 8 de diciembre de 2001, él y su hermano trabajaban en la población El Ejido, ubicada a varios kilómetros de Constitución; sin embargo, los habitantes del poblado los acusaron a ellos.

Luego de ser detenidos, ambos fueron llevados a Constitución, donde permanecieron dos días, y hasta el 10 de diciembre fueron remitidos ante el Ministerio Público, el cual empezó la averiguación previa y los envió a la cárcel de Simojovel.

Vicente denunció que dos días después de que los detuvieron, elementos de la Agencia Estatal de Investigación los condujeron a una casa donde los golpearon y les colocaron bolsas de plástico sobre el rostro para que se declararan culpables.

"Me metieron a un lugar y me pegaron; me decían que dijera que era culpable. Yo les decía que no sabía nada, pero cuando más decía no, más me pegaban, y hasta me metieron a un tanque con agua", denunció Mariano. En tanto, Vicente dijo que aunque no se declaró culpable con la tortura a que fue sometido, "aun así me llevaron a la cárcel".

El indígena reveló además que durante sus primeros seis meses en prisión tuvo que hacer "talacha -cargar piedra y tierra- como castigo".

Silva Monroy mencionó que los hermanos permanecieron privados de su libertad "arbitrariamente durante más de cuatro años, con una acusación falsa y debido a la negligencia de las autoridades administrativas y judiciales".

Ante estas irregularidades, señaló que en abril de 2002 el CDHFBC de las Casas presentó una denuncia penal ante el Ministerio Público de Simojovel, sin que a la fecha existan avances en la indagatoria, "quedando en total impunidad la violación a sus garantías". Asimismo, indicó que también se interpuso una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, pero "el organismo no hizo nada".

La abogada explicó que tras cuatro años de estar preso, en días pasados Vicente López fue absuelto mediante una resolución de apelación, al encontrársele inocente de los delitos imputados.

La liberación de Mariano -dijo- se obtuvo en noviembre del año pasado, también por falta de pruebas.

Vicente ahora trabaja en una tortillería de San Cristóbal de las Casas, y aunque en la cárcel realizó la misma labor, ahora gana 800 pesos a la semana, 650 pesos más de lo que obtenía en prisión.

Ambos hermanos intentan rehacer su vida; aseguran que cuando fueron liberados sólo les informaron que podían irse. "No dieron más explicaciones ni dijeron adiós", señaló Vicente.

"Los policías me dijeron que ya estaba libre y que era mejor que no reincidiera", refirió Mariano.

 
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