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Lunes 31 de enero de 2005

En Davos se instó a un mayor compromiso individual e institucional ante la pobreza

El camino es el socialismo, dijo Hugo Chávez en Porto Alegre

Hay una nueva correlación de fuerzas en el mundo y EU ya no puede imponer su voluntad, aseguró en el cierre del Foro Social Mundial

LUIS JAVIER GARRIDO ENVIADO

Porto Alegre, 30 de enero. La visita del presidente venezolano Hugo Chávez al quinto Foro Social Mundial (FSM), al que llegó en el último día de trabajos como la figura más destacada de América Latina, tuvo un carácter histórico pues el presidente de la República Bolivariana de Venezuela se manifestó aquí abiertamente por el socialismo e hizo hincapié en que hay una nueva correlación de fuerzas en América Latina y en el mundo, y que Estados Unidos ya no puede imponer su voluntad.

La visita relámpago de Chávez a Porto Alegre estuvo precedida de una gran expectación, pues desde hace días fue anunciado por decenas de carteles que aparecieron por toda la ciudad, y no obstante que en el Comité Internacional del FSM se manifestaron algunas reticencias, su carta de principios lo permite, pues establece que el foro ''es un espacio abierto de encuentro'' (artículo 1) y ''un proceso permanente de búsqueda y construcción de alternativas'' (artículo 2) que ''reúne y articula a entidades y movimientos de la sociedad civil'' (artículo 5) y que, ''abierto a la pluralidad y a la diversidad'', no admite ''representaciones partidarias ni organizaciones militares'', no obstante lo cual podrán ser invitados a participar en él, con carácter personal, ''gobernantes y parlamentarios'' que asuman los compromisos de la carta (artículo 9).

Chávez Frías fue invitado originalmente por la Central Unica dos Trabalhadores (CUT) y el Movimiento dos Sem-Terra (MST), así como por el Partido Socialismo e Liberdade (PSOL) de la senadora Heloísa Helena y la diputada Luciana Genro, ex militantes del PT, que salieron del partido luego de que aprobó la privatización de la Seguridad Social exigida por Lula.

Lo cierto es que la paradoja es muy clara, pues mientras el presidente brasileño aparece hoy en los diarios como el discípulo disciplinado y varios medios destacan la declaración del Citibank de que Lula es ''un ejemplo para el mundo'', y todavía se ven en las bardas las pintas que tanto molestaron a Lula: ''con Bush y con Lula otro mundo es imposible'', el jefe de Estado de Venezuela fue recibido con entusiasmo.

La mayor parte de los rotativos de Brasil, de carácter conservador, se manifestaron por el contrario reticentes ante la visita del presidente de Venezuela, e incluso el influyente O Estado de Sao Paulo le atribuyó en su edición de hoy la intención de convertirse en un nuevo Fidel.

La segunda visita de Hugo Chávez a una reunión del FSM en Porto Alegre comenzó a las 7 de la mañana cuando llegó procedente de Caracas, y casi de inmediato se trasladó a visitar el que es uno de los mayores orgullos del Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) en la laguna del Junco, del municipio de Tapes, a unos 130 kilómetros de Puerto Alegre.

Chávez llegó en helicóptero a este asentamiento de 807 hectáreas creado hace diez años y en el que unas 35 familias producen alimentos según los criterios de la agroecología, en una actitud política que muchos quisieron interpretar de distanciamiento del presidente Lula, sin serlo, pero con quien el MST tiene abiertas diferencias. Desde su llegada Chávez mostró gran simpatía por la experiencia. El importante diario conservador Folha de Sao Paulo advertía sin embargo esta mañana que el enclave considerado ''modelo'' no lo era tanto, pues un tercio de esas familias, según el diario, le declararon a su enviada Ana Flor que no tenían ''condiciones ideales de vida'', por lo que se ven obligados a trabajar afuera, en construcciones, plantaciones o granjas.

Responsables gubernamentales declararon sin embargo a varios diarios que, aún y cuando no consideran a ningún asentamiento como ''modelo'', reconocen que la producción agroecológica de Tapes constituye una experiencia extraordinariamente interesante, y a eso se debe la invitación que Vía Campesina le hiciera a Chávez.

La firma de un protocolo de intenciones para crear la Escuela Latinoamericana de Agro Ecología entre el gobierno venezolano y universidades brasileñas y de la región del Panamá junto con Vía Campesina, fue la culminación de la visita, que se inscribe dentro del proyecto de Chávez de impulsar de manera progresiva la reforma agraria: eliminar los latifundios e incorporar grupos de la población a un aprovechamiento de la tierra más social.

La conferencia de Chávez en el gimnasio del Gigantinho, que llevó el título de ''El Sur, Norte de los pueblos'', tuvo una concurrencia mucho mayor que la que acudió al acto de Lula, pues el gimnasio del Sport Club Internacional, con un aforo de 15 mil personas, estaba lleno por completo mientras otros tantos, que no pudieron ingresar, escuchaban por altoparlantes en el exterior.

La expectación era mucha y, como el mismo Chávez diría más tarde, fue transmitido por televisión a varios países incluyendo Cuba, pues desde la tarde, reveló, Fidel Castro le había llamado para preguntarle la hora de la transmisión.

El acto, donde también el público abucheó de nuevo a la administración de Lula, pudo sin embargo haber fracasado pues la larga fila para entrar, la espera interminable del orador, el larguísimo programa y luego la intervención de casi dos horas de Chávez, fatigaron a muchos de los asistentes, varios de los cuales optaron por retirarse, sobre todo los del nordeste que no comprenden el español.

El Gigantinho estaba en efervescencia a más de 40 grados centígrados antes de la llegada de Chávez, y un público entusiasta que bailó y cantó con la música de artistas de Uruguay, Perú, Cuba, Argentina, Brasil y Venezuela aplaudió febrilmente cuando el presidente venezolano fue recibido por Sonia Mara, dirigente del MST, que acudió al acto con ocho meses de embarazo. También abucheó al otro coorganizador del acto, Luis Marinho, dirigente de la CUT, central obrera que ha apoyado todas las contrarreformas neoliberales de Lula contra la clase trabajadora, y que en vano trató de hacerse escuchar ante un escándalo ensordecedor que creó un ambiente de tensión.

La dirigente de Vía Campesina, Ana Manuela Chan, y el político gaucho Olivio Dutra (Ministro de las Ciudades) fueron por el contrario escuchados con respeto, aunque el público abucheaba cada mención de Lula. El ambiente era singular.

Hugo Chávez es un dirigente político de nuevo tipo que no se ha comprendido del todo, dijo Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, en su elogiosa presentación del presidente venezolano. Lo es en primer término, precisó, porque siendo militar es revolucionario, pues es el primer dirigente latinoamericano que le paró los pies a los poderes neoliberales, que detuvo las privatizaciones y que optó por los humildes. En segundo lugar, añadió, porque es un demócrata, porque desde 1998 en que fue electo, nadie se ha sometido tanto a las urnas, hasta llegar al referéndum revocatorio de medio mandato que ganó por knock-out, y además porque en la Venezuela bolivariana todas las libertades se respetan, empezando por las de los oponentes, pues no hay detenidos políticos ni clausura de los medios que mienten. En verdad que en Venezuela han llevado a cabo una campaña calumniosa contra el gobierno legítimo, sin olvidar que alentaron el golpe de Estado del 2 de abril de 2002, que fue detenido por el pueblo que repuso a Chávez en el palacio presidencial. Lo es en tercer lugar, agregó, porque para Chávez no hay contradicción entre democracia y revolución. En cuarto sitio, siguió, porque es un dirigente que busca suprimir la pobreza por una vía que no se había intentado: dándole el poder a los pobres. Y lo es, finalmente, en quinto sitio, concluyó, porque Chávez está cumpliendo el programa que anunció, y no defrauda a los que esperan cambios desde hace siglos.

La conferencia de Hugo Chávez fue una larga disertación que concluyó cerca de las 11 de la noche, y en el curso de la cual el presidente venezolano explicó sus raíces históricas, habló de la actual coyuntura política, detalló su largo proceso de definición política hasta la actualidad y declaró no tener la menor duda de que el camino es el socialismo.

En lo que fue una cátedra en su muy peculiar estilo de oratoria, que avanzó desde lo coloquial hasta el canto y culminó en una emocionada expresión de su opción política, Chávez hizo una definición muy clara de lo que es la situación actual del mundo.

Luego de hacer un repaso de los personajes históricos que lo han influido y que van desde Bolívar, San Martín y José Ignacio Abreu de Lima hasta el Che y Fidel Castro, sin olvidar a Villa y a Zapata, a Luis Carlos Prestes y a Manuela Sáenz, se refirió a la experiencia de gobierno en Venezuela.

Recordó que él mismo se encuentra en un largo proceso que comenzó cuando como militar combatía a la guerrilla, hace más de 40 años. Ahí estaba como combatiente, con las armas en la mano, Alí Rodríguez, quien ha dirigido durante su gobierno Petróleos de Venezuela, se fue a Viena como director general de la OPEP, regresó como ministro de Energía y ahora es el Ministro de Relaciones Exteriores, y al que presentó junto con otros miembros de su gabinete.

Chávez se refirió largamente a la experiencia última del gobierno venezolano y en especial a la Misión Barrio Adentro, que ha buscado redistribuir la riqueza y darle el poder a los pobres.

Los recursos para las nuevas políticas venezolanas, reconoció, vienen del ingreso petrolero, que antes no llegaba al pueblo, y han permitido que, por ejemplo, en 2004 las misiones médicas hayan atendido 50 millones de casos (en un país que tiene 26 millones de habitantes) y de manera completamente gratuita. Porque la salud, la educación, el agua, los servicios públicos no pueden privatizarse. Insistió: no deben entregarse a la voracidad del capital privado. Venezuela es hoy por todo eso un ensayo, pero lo que es un hecho es que el capitalismo no va a trascender, afirmó. Y no va a trascender, porque hay un pueblo que lo va a impedir, concluyó.


Giro hacia lo social en la reunión de Suiza

DPA, AFP Y REUTERS

Davos, 30 de enero. Con un llamado a asumir un mayor compromiso individual e institucional para enfrentar los problemas del mundo globalizado, como son la pobreza, una globalización equitativa, el cambio climático, entre otros, cerró el Foro Mundial Económico en esa ciudad. Esta edición del foro será recordada como la del giro hacia lo social, que tuvo como tema central el combate a la pobreza.

Por otra parte, la subdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Anne Krueger, informó que el organismo retomará las conversaciones con Argentina sobre su programa de préstamos, una vez que este país termine con el canje de su deuda.

''El hambre es un problema de los que están comiendo'', fue la frase que eligió el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, para recordarle el viernes a la élite reunida en Davos su responsabilidad de actuar para solucionar los grandes desafíos globales, como la pobreza y las pandemias.

''Su lucha ha sido escuchada'', respondió a Lula ese día el fundador del foro, Klaus Schwab, quien reconoció el liderazgo del brasileño en una cuestión que relegó a un segundo plano otros temas tradicionales de Davos, como los riesgos económicos en Estados Unidos, el ascenso de China y la paz en Medio Oriente.

La ola social no dejó afuera a nadie y brindó imágenes para el recuerdo, como la del hombre más rico del mundo, Bill Gates, llamando a los políticos a ''multiplicar'' la ayuda a nivel gubernamental, mientras a su vez fue puesto como ''ejemplo de alguien que cumple sus promesas'' por el presidente de Tanzania, William Mkapa, a quien ayuda en la lucha contra el paludismo.

O la de la actriz Sharon Stone, que se puso de pie en pleno debate sobre la pobreza en Africa para ofrecer un donativo personal a Mkapa y recaudar en algunos minutos un millón de dólares, en un espectáculo hollywoodense que conmovió un lugar donde reina la mesura y el autocontrol.

Desde la propuesta de un impuesto internacional para financiar la lucha contra el sida del presidente Chirac (que habló por videoconferencia) a la exigencia de Mkapa de que todos los países cumplan ya con el compromiso adoptado de dar 0.7 por ciento de su producto interno bruto para el desarrollo de las naciones pobres, Davos fue tribuna para lanzar un mensaje claro a un mundo dividido en dos.

Por ello, pareció acortarse la distancia que lo separa de Porto Alegre, donde miles de participantes del Foro Social Mundial se reunieron en forma paralela para reclamar una globalización justa y ''relaciones comerciales equitativas'' entre norte y sur.

La propia Organización Mundial del Comercio (OMC), bestia negra de Porto Alegre, se presentó este año en Davos con un rostro más social, y su director general Supachai Panitchpakdi, aseguró que ''los acuerdos comerciales son parte de los medios para reducir la pobreza''.

En cuanto a América Latina, tuvo un excelente embajador en Lula que, además de su lucha contra la pobreza, mostró a Davos una imagen muy positiva de la región y explicó cómo se puede tener ''crecimiento y estabilidad'' sin descuidar lo social.

''Cuando vine aquí hace dos años había una mezcla de temor e incertidumbre por lo que iba a hacer un sindicalista al frente de un país como Brasil.

''Hoy vuelvo para decirles que Brasil está haciendo lo suyo: estabilidad y crecimiento'', sostuvo un enérgico Lula en el auditorio del Congress Hall de Davos. Reiteró además la aspiración de su país de tener un escaño permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU en 2007, junto a otros aspirantes como India, Japón y Alemania.

En los cinco días de debates, los 2 mil 200 ejecutivos, políticos, artistas y representantes de diversos sectores de la sociedad civil que participaron en la reunión definieron que los seis temas de mayor trascendencia para el futuro son la pobreza, una globalización equitativa, el cambio climático, la educación, el Medio Oriente y la gobernabilidad global. En el debate se presentó un caleidoscopio de propuestas de aplicación inmediata o a largo plazo.

Así, en el último día del foro, el primer ministro de Australia, John Howard, volvió a exigir un cambio profundo de las estructuras de comercio internacional, con la apertura irrestricta de los mercados industrializados para el resto de los países, ''que a largo plazo será mucho más efectivo que cualquier ayuda al desarrollo''.

El presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, consideró prioritaria la educación para todo desarrollo equitativo, así como la paz entre israelíes y palestinos. Agregó que esto no será real si no se cambian ya mismo los libros de texto de las escuelas ''en los que se muestra al otro como enemigo y, por ende, a uno como víctima'', en vez de fomentar la solidaridad de unos con otros.

El ex vicepresidente estadunidense Al Gore consideró que la gobernabilidad global podría mejorar con un mayor protagonismo del Grupo de los 20 (G-20), formado por ocho países industrializados y 12 emergentes como foro para enfrentar los retos globales.

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