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México D.F. Jueves 9 de diciembre de 2004 |
Hambre, el mayor maltrato
Según
el informe anual de la Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés),
cada año unos 20 millones de niños nacen con insuficiencia
de peso como consecuencia de la malnutrición y unos 5 millones mueren
de hambre en el planeta: uno cada cinco segundos. Esta demoledora información
coincide con declaraciones formuladas ayer por la directora de Protección
a la Infancia del DIF, Angélica Elizondo Riojas, en el sentido de
que, a causa de la pobreza y la violencia familiar, unos 8 mil mexicanos
menores de edad han emigrado a Estados Unidos, un dato que obliga a recordar
que esa forma extrema de maltrato que es la miseria no está ausente,
ni mucho menos, en nuestro país.
En el mundo, como en México, las cifras referidas
apuntan a la ineficiencia y el salvajismo del modelo económico,
sintetizado en el Consenso de Washington, que rige economías
productoras de pobreza e intercambios comerciales que acentúan las
de por sí indignantes desigualdades planetarias, nacionales y regionales
sobre las que descansa el desorden establecido.
La FAO indica que está en aumento el número
de personas que comen menos de lo recomendable para mantener una buena
salud: unos 852 millones de personas padecen hambre -uno de cada siete
a escala global-, de los cuales 34 millones viven en países en desarrollo
(como México) y 798 millones en naciones declaradamente pobres.
Ni siquiera los ciudadanos del mundo industrializado escapan a este flagelo,
ya que al menos 10 millones de habitantes de Estados Unidos, Europa occidental
y las potencias asiáticas enfrentan cotidianamente la falta de una
adecuada alimentación.
La inequidad lacerante en la distribución de la
riqueza alcanza su expresión más grotesca y suicida en la
distribución de alimentos: de acuerdo con datos de la Organización
Mundial de la Salud, mientras que en los países pobres y "emergentes"
(categoría en la que se sitúa al nuestro) falta la comida,
en las naciones ricas mil millones de individuos sufren de sobrepeso y
otros 300 millones se ven afectados por la obesidad. Sólo 45 por
ciento de las tierras fértiles del mundo se destina a la agricultura;
el resto se reserva para la especulación por parte de grandes terratenientes
y empresas del sector agroindustrial. Pero incluso con los cereales que
se cosechan actualmente en esa porción de las áreas cultivables
del planeta bastaría para proporcionar 3 mil calorías diarias
a cada habitante del mundo.
De cualquier forma, resulta aterrador y exasperante que,
en tales circunstancias, las políticas económicas oficiales
fortalezcan el abandono de las actividades agrarias y empujen a los campesinos
a buscar horizontes en los duros escenarios de la marginalidad urbana,
los caminos inciertos de la migración hacia el norte -Estados Unidos,
en el caso de México y el resto de Latinoamérica; Europa
occidental por lo que hace a los africanos-, la delincuencia simple u organizada
o, en último término, la revuelta social.
La funcionaria del DIF mencionada párrafos arriba
informó que los 8 mil menores que abandonan el país por pobreza
y desintegración familiar provienen en su mayoría de los
estados de Michoacán, Puebla, Jalisco, Zacatecas y Guanajuato, pero
no especificó cuántos de ellos proceden del campo y cuántos
de las ciudades, aunque es claro que este flujo migratorio particularmente
doloroso es consecuencia, también, de estrategias económicas
que desatienden a la gente en aras de cuidar los intereses financieros
y comerciales de unos cuantos potentados. En lo que va de este sexenio,
a decir de Elizondo Riojas, 29 mil 749 menores mexicanos han debido abandonar
el país ante la falta de condiciones materiales y sociales para
crecer en él y realizarse como seres humanos. Si se atiende a lo
dicho por la funcionaria en el sentido de que la "violencia familiar" es
una de las causas de esa corriente migratoria, resulta lógico suponer
que muchos, posiblemente la mayoría de esos niños y adolescentes,
han sufrido alguna clase de maltrato por parte de sus padres o parientes.
Pero es mucho más nítido el dato de que todos ellos han sido
víctimas del maltrato gubernamental que representan la miseria,
la marginación y el descuido de la población por parte de
la presente administración, la cual no ha podido o no ha querido
adoptar una concepción del país más humana y menos
arrogante que la que caracterizó a los últimos presidentes
priístas.
Sería interesante saber qué piensan esos
30 mil menores que son, a su manera, refugiados económicos y sociales,
de las fanfarrias cada vez más estridentes con que el gobierno del
presidente Vicente Fox anuncia sus fantásticos logros económicos
y sociales.
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