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México D.F. Martes 16 de noviembre de 2004
Salvador Mikel Rivera*
Veracruz: las fortalezas de su democracia
El 5 de septiembre se efectuaron en Veracruz elecciones de gobernador, diputados y ayuntamientos. Fueron unas elecciones en las que participaron tres fuerzas políticas que, en todo tiempo, tuvieron la oportunidad de triunfar: el PAN y las coaliciones Fidelidad por Veracruz (integrada principalmente por el PRI y el PVEM) y Unidos por Veracruz (PRD, Convergencia y PT).
Los resultados muestran que los comicios de Veracruz fueron realmente competidos, y representan un indudable avance democrático. Acudieron a votar 2 millones 806 mil 945 electores, dos de cada tres ciudadanos, casi 61 por ciento de las personas con credencial para votar. Esta participación sólo es comparable con la de la elección presidencial de 2000, en la que votó 63 por ciento. Precisamente en Veracruz se dio la más alta participación en los comicios realizados este año en el país (Chihuahua 48.6%, Durango 51%, Zacatecas 54%, Aguascalientes 52.9% y Oaxaca 51.6%).
La característica principal de los comicios es que, por primera vez, se eligió al mismo tiempo al gobernador, a los diputados y autoridades municipales, lo que implicó que los ciudadanos sufragaron en la misma casilla bajo la responsabilidad de los mismos funcionarios electorales y la vigilancia de representantes de todos los partidos políticos.
Otro elemento central lo constituye la votación diferenciada que se dio. La elección de gobernador la ganó Fidelidad por Veracruz; el Congreso quedó sin mayoría (PAN 21 diputados, Fidelidad por Veracruz 21 y Unidos por Veracruz 8) y en los ayuntamientos el PAN ganó 89, Fidelidad por Veracruz 70, Unidos por Veracruz 42, una fuerza local, el Partido Revolucionario Veracruzano 10 y hubo un empate. Esto confirma la tendencia nacional de controlar el poder mediante gobiernos divididos.
Por ello, resultan sin sustento los argumentos que descalifican los comicios, pues la alta concurrencia a las urnas, el hecho de que las tres elecciones se realizaron al mismo tiempo y por los mismos funcionarios y que, gracias al voto diferenciado, muchos veracruzanos votaron hasta por tres fuerzas políticas diferentes, hacen imposible cualquier intento de manipulación del voto.
Además, en este proceso electoral los medios de comunicación actuaron con plena libertad, y su acceso se dio de manera equitativa, fundamentalmente por medio de la prensa, radio y televisión privadas. Según monitoreo de la empresa Númerok, por ejemplo, entre 36 y 39 por ciento de los espots de televisión fueron del PAN y de Fidelidad por Veracruz, y 25 por ciento fueron de Unidos por Veracruz. No sorprende, por ello, que más de 80 por ciento de los veracruzanos considere que las televisoras y los periódicos hicieron un buen trabajo durante el proceso electoral, como se muestra en una encuesta levantada entre el 11 y el 14 de septiembre pasado por Consulta Mitofsky (ver: www.consulta.com.mx).
Respecto a los medios de comunicación propiedad del estado, cuyo uso inadecuado fue uno de los aspectos que sirvieron para anular la elección en Tabasco, es importante destacar que no se presentaron acusaciones ni existen constancias acerca de una intromisión indebida de TV Más y Radio Más, órganos de difusión del gobierno estatal.
La jornada electoral y los actos posteriores se desarrollaron con normalidad y libertad. Las actas fueron suscritas por los representantes de los partidos, y en las casillas prácticamente no se registraron incidentes. Todos los medios de comunicación informaron acerca de ello. Incluso, el candidato del PAN a gobernador señaló en televisión, la noche del domingo 5 de septiembre: "La elección fue extraordinaria. Gracias a todos los veracruzanos", y calificó el proceso de "histórico, tranquilo, extraordinario y competido". Además, después de la elección, ocho de cada diez ciudadanos consideraron que el Instituto Electoral Veracruzano efectuó bien su trabajo (encuesta citada).
En Veracruz, los diferentes sectores de la sociedad conviven en un ambiente de tranquilidad y aceptación plena de los resultados. Seis de cada diez veracruzanos están seguros de que Fidel Herrera Beltrán ganó, y consideran que no deben anularse las elecciones (encuesta citada). Por ello, las múltiples convocatorias del PAN a la protesta, al enfrentamiento y a la resistencia civil no han tenido éxito.
Como en cualquier democracia, distintas alternativas se ofrecieron al electorado, cualquiera de ellas pudo haber ganado la gubernatura, y todas obtuvieron presencia importante en el Congreso y en los municipios. Fueron unos comicios donde los ciudadanos ejercieron su voto con toda libertad y en un marco de pleno respeto a las ideas, a la libertad de prensa y de información.
Así, las elecciones en Veracruz fueron competidas, con alta participación y con resultados claros. Por ello, en su resolución, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación deberá tener como objetivo fundamental preservar la voluntad del pueblo libremente expresada en las urnas, principio constitucional que sustenta la democracia mexicana. *Coordinador jurídico de Fidelidad por Veracruz
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