.. |
México D.F. Lunes 15 de noviembre de 2004
En el volumen se incluyen imágenes captadas
a lo largo de cuatro décadas
Presentaron el libro póstumo de Enrique Bostelmann
en Bellas Artes
"¿Cómo alguien que fue ciego pudo ver
tantas maravillas?", pregunta Luis Argudín
MERRY MAC MASTERS
Fotógrafo de una obra "universal", creador de imágenes
que se tornan relatos, pero apenas se explican dada la poca capacidad visual
de su autor.
Estos fueron algunos de los aspectos que se tocaron ayer
en la presentación de No anunciar. Narrativa fotográfica,
libro que reúne las fotografías tomadas a lo largo de cuatro
décadas por Enrique Bostelmann (1939-2003), fallecido antes de verlo
terminado. Editado por la Universidad Autónoma Metropolitana, en
el contexto de los festejos por su trigésimo aniversario, Bostelmann
propuso que en el volumen escribieran sobre sus imágenes una veintena
de directores de teatro, dramaturgos, periodistas, artistas plásticos
y críticos de arte.
De
allí que comprenda textos de Carlos Monsiváis, Carlos Montemayor,
Elena Poniatowska, Víctor Hugo Rascón Banda, Jorge Alberto
Manrique, Emilio Carballido, Luis de Tavira, Manuel Felguérez, Hugo
Hiriart y Vicente Leñero, entre otros.
Con este libro "Bostelmann nos volvió poetas. Sus
imágenes nos traspasan, nos perturban, nos conmuevan y nuestras
palabras son las respuestas a su impacto", de acuerdo con el dramaturgo
Rascón Banda. El homenajeado "soñó este libro, que
trajo cargando en sobres amarillos, cuyo contenido desplegaba sobre sus
piernas para seducirnos, invitándonos a escribir". La obra de Bostelmann,
resumió, "no es de su viuda Yeyette, no es patrimonio de México,
sino de la humanidad".
Para el escritor Carlos Montemayor el gran amor de Bostelmann
por la música lo llevó a tener un refinamiento interior y
de su inteligencia, que le permitía un arte de la composición
en la que no hubiera ningún descuido de los detalles. No hay ningún
resquicio, ningún átomo al azar, sino que buscaba integrar
todo de una manera tan natural como el flujo de la música.
Continuó: "Claro, a esta composición musical
creo que la confundía con su capacidad de narrar. En efecto, me
decía, quiero que estas fotos se vean como relatos, como historias,
que voy contando, y no como instantes detenidos. Bostelmann veía
no sólo lo que aparece en la foto, sino lo que no vemos en la misma
o lo que aparentemente no está capturado allí, pero está
latente".
El acto efectuado en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio
de Bellas Artes contó con la presencia de Saúl Juárez,
titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, quien aseguró: "Hemos
querido saber más de las historias encapsuladas en sus fotografías.
Busco el cuento que cuentan, la ficción que nos pueden producir
y sólo nosotros somos capaces de accionar".
Hugo Hiriart fue quien tocó el punto del "albinismo"
de Bostelmann y de su visión. El dramaturgo manifestó su
admiración por un hombre que, a pesar de sus problemas, "hubiera
hecho de su profesión el mirar y que nos haya enseñado a
nosotros que no tenemos esas dificultades".
"La pregunta que todos los que lo conocimos hacemos -siguió
el pintor Luis Argudín- es cómo es posible que alguien que
era certificadamente ciego, y no podía manejar, pudiera ver tantas
maravillas en el mundo". A lo cual contestó que Bostelmann era "un
ciego que veía. Su visión era limitada, pero por eso mismo
extremadamente concentrada, exigente, enfocada. Desde el fondo de su ceguera
nos enseñó a ver como él veía: intensamente
y con inteligencia".
Alejandro Castellanos, director del Centro de la Imagen,
afirmó que el homenajeado pertenece a un grupo de fotógrafos
que transformó, a partir de los años 70, la manera de comprender
la foto en México. En la actualidad, anotó Castellanos, el
inglés Martin Parr prepara un volumen sobre libros de fotografía
en el mundo, entre los cuales se contempla
el primero de Bostelmann, América, un viaje
a través de la injusticia (Siglo XXI, 1970).
También participaron en el acto Sebastián,
Froylán López Narváez, José Solé y Andrés
de Luna.
|