México D.F. Lunes 15 de noviembre de 2004
Estudio del INE advierte que escaseará más el agua y crecerá la desertificación
96% del país, altamente vulnerable a efectos negativos del cambio climático
Los recientes conflictos por los recursos hídricos, indicio del "problema que se avecina"
ANGELICA ENCISO L.
Noventa y seis por ciento del territorio nacional es altamente vulnerable a los efectos negativos del cambio climático mundial, que en los últimos años se ha expresado con el incremento de los incendios forestales y los huracanes. En el país se acentuará la desertificación en el norte y centro, se reducirá el potencial agrícola, crecerá la pérdida de biodiversidad, escaseará el agua, al tiempo que habrá inundaciones en áreas costeras.
Las planicies costeras de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco y Campeche son las menos susceptibles a los daños, que 0.2 por ciento de la superficie árida y semiárida presentaría un valor muy alto de vulnerabilidad, indica el estudio Situación de México ante el cambio climático, del Instituto Nacional de Ecología (INE), organismo desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Agrega que el resto del territorio nacional será susceptible en grado moderado y alto, pero destaca que las áreas más sensibles a efectos negativos por el cambio del clima "tienen correspondencia con las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, así como en los lugares donde se concentra la población y las actividades económicas, como en el centro del país".
Destaca que en las entidades del sur, la fragilidad estaría ligada con la extracción de los recursos forestales y el manejo inadecuado de suelos destinados a la agricultura y la ganadería. El documento ubica a Baja California, Coahuila, Jalisco, Colima, Nayarit, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Sonora e Hidalgo como estados que tendrían casi 70 por ciento de su superficie con un alto grado de vulnerabilidad a la desertificación.
Mientras que las entidades con más susceptibilidad a la sequía serían el norte de Sinaloa, Jalisco, Michoacán, Guerrero y Oaxaca, estados que podrían ver afectada 90 por ciento de su tierra, mientras que Campeche y Chiapas tendrían daños en 75 por ciento.
El estudio refiere que en las dos décadas recientes se incrementó de manera importante el número de incendios forestales, ya que entre 1983 y 1994 se presentaron 14 mil 700 siniestros que dañaron 505 mil 786 hectáreas. Este fenómeno afectó, tan sólo en 1995, 309 mil hectáreas y en 1998 se incendiaron 849 mil hectáreas con 14 mil 445 siniestros.
En cuanto a la disponibilidad de agua destaca que "se vería reducida y la competencia por dicho recurso podría producir problemas sociales, bajo un escenario de cambio climático. Los conflictos recientes entre las entidades estatales por el acceso al agua de ciertas presas compartidas comienzan a mostrar la magnitud de la problemática que se avecina".
Agrega que la región del centro del país, donde se ubica la cuenca Lerma-Chapala-Santiago será la más vulnerable. También señala riesgo en la región de Baja California debido al bajo escurrimiento que tiene.
En cuanto a la agricultura, destaca que se reducirá la superficie apta para el cultivo de maíz, ya que pasará de 40 por ciento a 25 por ciento, lo cual además podría llevar a que aumenten las zonas de cultivo de temporal, en detrimento de las de riego, y pasarían del 8 por ciento actual a 16 por ciento.
El documento puntualiza que el aumento en las áreas no aptas para cultivar el grano se debería en gran medida a la pérdida de superficie de aptitud media, mientras que la ganancia en superficies aptas en el centro del país se daría por el aumento de la temperatura mínima en tierras altas, como Atlacomulco.
Destaca que la sequía que ocasionó el fenómeno de El Niño entre 1997 y 1998, provocó que se perdieran unos 3 millones de toneladas de maíz y daños económicos por 460 millones de dólares.
En cuanto a los asentamientos humanos, el documento refiere que "se verán afectados en cuanto a la satisfacción de sus requerimientos de agua y comida". Considera que el agua es el elemento "más importante en la planificación de actividades agrícolas y ambientales, por lo que para una verdadera adaptación se tendrá que pensar en medidas estructurales del manejo de dicho recurso".
|