Después de la medianoche del lunes concluyó la maratónica sesión

La estirpe Buendía y Macondo alargaron la lectura completa de Cien años de soledad

Empleados de la Embajada de Colombia y técnicos de Bellas Artes leyeron las últimas páginas de la novela de García Márquez Sari Bermúdez, entre los participantes

ANA MONICA RODRIGUEZ

Después de la medianoche del lunes, la lectura del libro Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, todavía se escuchaba en la semivacía sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, cuyas últimas páginas fueron leídas por los empleados de la Embajada colombiana y técnicos del recinto cultural.

La maratónica sesión, que comenzó desde las 9 de la mañana culminó tras 15 horas y media con la participación de cerca de 400 personas -niños, hombres y mujeres- de varios oficios y nacionalidades, que colaboraron para encarnar los personajes de la obra del Nobel de literatura 1982, homenajeado en el inicio de la semana Presencia de Colombia en México.

La afluencia de lectores fue intermitente. Llegaban y salían conforme leían una página -otros aprovecharon para leer más hojas- de la novela que narra la historia de la estirpe Buendía en Macondo.

José Triviño, ministro consejero de la Embajada de Colombia cerró la sesión al leer el final de la obra y dijo que esta ocasión era la primera vez que se leía completo el libro de 432 páginas publicado por Editorial Diana.

En Colombia, agregó, sólo se ha realizado la lectura de Cien años de soledad ''por fragmentos y de manera simultánea en varias bibliotecas del país".

Empleados de diversas áreas, funcionarios, escritores y fieles seguidores de la narrativa de García Márquez, confluyeron en el templete montado ex profeso en la sala. Aunque también hubo un enlace en vivo con la periodista Carmen Aristegui, quien leyó durante su programa la página que le correspondía. También el escritor Juan José Millás hizo lo propio.

Prolongada velada literaria

Antes, minutos después de las seis de la tarde, Sari Bermúdez, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, participó dándole voz al pensamiento de Gabo, al igual que la actriz Edith González y el conductor de televisión Francisco de la O, quienes llegaron al inmueble ubicado en el Eje Central para agotar el amplio texto del narrador colombiano.

Los organizadores repartieron además el tradicional café colombiano para deguste de los participantes, que lo bebían mientras esperaban turno o para aquellos otros -los menos- que escuchaban y seguían con atención la lectura de la célebre novela.

A las 20:30 horas, se habían leído cerca de 383 páginas, situación que provocaba cierta inquietud debido a que la lectura se prolongaría más de lo programado. El ineludible final del libro se alejaba conforme transcurría el tiempo y los empleados de la Embajada colombiana continuaban repartiendo los papeles para inscribir a quienes quisieran sumarse la velada literaria.

En las últimas páginas del texto, los organizadores del encuentro y trabajadores de la sala Manuel M. Ponce preparaban su lectura, antes de subir al templete. Muchos estaban en Bellas Artes desde el inicio del maratón y pese a que el cansancio era evidente aún mostraban interés siguiendo las líneas del libro en la inesperada prolongación de la lectura de Cien años de soledad.