México D.F. Miércoles 10 de noviembre de 2004
ENTREVISTA / RICARDO VINOS,
FOTOGRAFO
El exilio republicano, ''una antorcha viva de valores''
DIGNA DEFENSA DE MEXICO EN FAVOR DE LOS PERSEGUIDOS, SEÑALA
La vida de quienes huyeron de la Guerra Civil española
y el franquismo tiene un registro de imágenes que abarca más
de una década. Hasta hoy, ese éxodo ''está lleno de
rencillas y diferencias entre familias o grupos''
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid,
9 de noviembre. Ricardo Vinós es, según su propia terminología,
un ''retoño trasplantado" del exilio republicano español
que, con el dolor a cuestas y la frustración por la derrota de la
Guerra Civil (1936-1939), se asentó en México en aquellos
años de penuria y desazón.
El fotógrafo, que nació en 1943 en la ciudad
de México en el seno de una familia republicana y, por tanto, condenada
al destierro ante la instauración del régimen fascista de
Francisco Franco, se ha dedicado los diez años recientes a registrar
con su cámara a esa ''tribu del exilio republicano".
Vinós es un defensor de que la memoria del exilio
es una ''antorcha encendida" de los valores y principios políticos
y morales más admirables del siglo pasado, una vez que ese trágico
cisma histórico, que fueron la Guerra Civil y el exilio, está
muy presente en la conciencia de las nuevas generaciones.
En un reciente viaje a Madrid, el fotógrafo decidió
donar parte de su obra -unas 220 fotografías- al Ateneo de Madrid,
por su simbolismo e importancia histórica en la instauración
de la II República española.
Periplo de más de 10 años
En entrevista con La Jornada, Vinós explicó
que su proyecto de fotografiar ''al exilio mexicano" llegó a su
fin después de un largo periplo de más de una década,
en la que se encontró y registró visualmente a más
de 600 personajes de la ''tribu del exilio republicano".
El fotógrafo fue testigo desde pequeño de
los debates y las costumbres de los exiliados españoles, que fueron
recibidos en México gracias a la postura asumida por el presidente
Lázaro Cárdenas de apoyar hasta las últimas consecuencias
al gobierno legítimo de la República.
Vinós decidió emigrar en los años
80 a Estados Unidos, donde conoció y se integró al mundo
de ''los chicanos" en el que, reconoce, buscaba una identidad.
''Me entusiasmé mucho con el orgullo mexicano y
por primera vez sentí una especie de enormidad de ser mexicano,
hasta que los propios chicanos empezaron a marcarme la diferencia, con
comentarios del tipo de que yo era hijo de españoles y que, por
tanto, representaba a Hernán Cortés.
''Esa
situación me decepcionó mucho, decidí regresar a México
y redescubrir mi verdadera identidad, la de exiliado."
Inocencia y lejanía
Ricardo Vinós comenzó a indagar en la memoria
viva del exilio con la intención de registrar ese mundo desde la
''inocencia" y la ''lejanía, como si fuera un antropólogo
que llega a las islas del Sur para representar cómo es esa tribu,
qué hace, cómo se viste y qué hace con su memoria
del exilio", explica.
''El proyecto lo comencé en España a principios
de los años 90 y descubrí por primera vez el entusiasmo que
despierta ser portador de esa antorcha viva que representa el exilio republicano
en México, que cuando alguien aborda el tema es como se reviviera
con la misma fuerza y todo el mundo se pone en armonía.
''Obviamente ser portador de esa antorcha implica una
gran responsabilidad, además de que provoca todo tipo de reacciones;
desde el entusiasmo hasta el desprecio de la gente dentro del exilio, ya
sea por el tipo de fotografías que hacía que por la selección
de los personajes.
''Pero esto sólo era una evidencia más de
que hasta la fecha el exilio está lleno de rencillas y diferencias
entre familias o grupos", señaló el artista.
Retoños trasplantados
Los personajes que registró su cámara pertenecen,
por su condición y biografía, a cuatro grupos diferentes:
''Los originales", es decir, los verdaderos exiliados, los que habían
combatido en la Guerra Civil y debieron huir de España; el segundo
grupo estaba formado por los niños que habían viajado con
sus padres o huérfanos, que denominó ''Los retoños
trasplantados"; el tercer grupo está formado por ''Los primeros
nativos", que son los que nacieron en México; y, el último
grupo, son las nuevas generaciones de las familias de esa tribu.
''También incluyo en el proyecto a muchos ciudadanos
mexicanos que fueron amigos del exilio, como Alí Chumacero, Martín
Luis Guzmán, Lázaro Cárdenas o Alfonso Reyes.
Vinós
explicó una de las historias más entrañables que vivió
gracias a este proyecto. ''Recuerdo cuando conocí a Angelita Prieto,
la viuda del pintor Miguel Prieto, un inmenso artista y quien fue el maestro
de Vicento Rojo y uno de los padres de la gráfica mexicana contemporánea.
''La visité en su departamento en la colonia Cuauhtémoc
y me contó que había venido en el mismo barco con mi padre,
a quien además conocían desde Madrid en el círculo
de La Barraca, el grupo de teatro de Federico García Lorca.
''Recuerdo que vivía con más de 300 cuadros
de su marido sin saber qué hacer con la obra, pues no quería
simplemente venderlos sino que se hiciera algo simbólico con ellos,
sin que al final lo hubiera conseguido."
Encuentro con Pilar Claudín
Emocionado, el fotógrafo también rememora
su encuentro con la infatigable luchadora social Pilar Claudín,
quien falleció en México el año pasado.
''Desde que llegué a ese país en 1992 intenté
acercarme a Pilar Claudín, por su enorme importancia en el mundo
del exilio, pero fue hasta 1995 cuando finalmente me encontré con
ella en una fiesta que dio en su casa y a la que asistieron los viejos
comunistas españoles, que eran sus amigos de siempre. Fue un encuentro
muy rico y revelador de la intensa vida de esa tribu del exilio."
El fotógrafo explicó que la principal propuesta
de su trabajo es la firme convicción de que ''el exilio sigue y
seguirá vivo", al sostener que ''quizá lo mejor que se puede
pensar o elaborar sobre España hoy, en el siglo XXI, es el exilio.
Y que me perdonen acá, que ya son Europa y tienen bienestar, pero
no tienen alma y la única alma española que existe y que
se puede reconocer y abrazar como algo verdadero es el exilio''.
''Es la única tribu que conserva la memoria, ya
que aquí la memoria ha sido borrada, asesinada y encarcelada. En
México, además, los exiliados mantienen la inquietud histórica
y quieren hacer cosas para mantener viva esa antorcha y heredarla a las
futuras generaciones."
Mantener viva la memoria
Ricardo
Vinós abundó en las razones históricas que fortalecen
su vocación de mantener viva la memoria: ''Hay quien dice que ya
no hay motivo para ser antifranquista cuando ya no existe Franco, pero
yo creo que es todo lo contrario, pues siempre hay que tener presente que
1939 y la derrota de la República española es un hecho que
parte las aguas en la historia mundial.
''La Segunda Guerra Mundial es una mera nota a pie de
página de lo que ocurrió en España, pues aquí
pasó todo y el resto ha sido una repetición de la misma película,
aunque sí, es verdad que peor y más terrible, pero es lo
mismo: los ejércitos y la maquinaria industrial bélica contra
la población civil.
''La Guerra Civil fue eso, además de que fue el
enfrentamiento de los ricos contra los pobres. Eso no se debe permitir
borrar nunca porque, como decía Antonio Machado, 'es una claridad
perfectamente tenebrosa'.''
En cuanto a la postura de México y la forma en
que fueron acogidos esos miles de luchadores por la libertad expulsados
de su país, Vinós señaló que ''ese país
se mantuvo siempre firme y fiel con la República y con el cadáver
de la República, y eso es de una enorme importancia histórica
y moral de la que también deberíamos hablar más, pues
es una gloria mexicana al ser el único Estado del mundo que defendió
a contracorriente esos principios morales y asumió una política
de excepción extraordinaria. Y quizá los hijos del exilio
republicano tienen que hacer esa aportación a México".
A pesar de que Vinós es el único fotógrafo
que ha logrado registrar lo más emblemático de esa "tribu"
de luchadores sociales y defensores de la libertad, su obra, pensada en
forma de libro, todavía no ha podido ver la luz.
''En algún momento lo consideró el Fondo
de Cultura Económica, pero con los cambios en la dirección
y al ser también un libro caro al final no ha sido posible. Ahora
lo están estudiando varias editoriales españolas, pero seguiré
luchando hasta el final para publicarlo", dijo Vinós.
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