México D.F. Miércoles 10 de noviembre de 2004
Existe frustración colectiva respecto
a la democracia, advierte el presidente del IFE
La relación partidos-televisoras, un "asunto
de mercado": Ugalde
Hay un entorno de conflictos entre grupos y poderes
que "trasciende nuestra autoridad"
El financiamiento de precampañas, la compra y
coacción del voto, otras preocupaciones
ALONSO URRUTIA
Ha
transcurrido ya un año desde que Luis Carlos Ugalde está
al frente de la institución responsable de preservar la limpieza
y credibilidad de los comicios federales. Un año que ha coincidido
con un componente de descomposición política en el país,
sobre el cual el consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE)
admite: "Hay un ambiente de escepticismo y frustración colectiva
respecto de los partidos y sobre el resultado de la democracia, pero -matiza-
es un fenómeno recurrente en toda América Latina".
Reacio a hablar de los conflictos entre poderes y partidos,
porque "es un debate en el cual no le conviene involucrarse al IFE", sostiene
que su papel es prevenir los riesgos que en este entorno convulsionado
pueden precipitarse sobre el proceso electoral: el costo creciente y exponencial
de las campañas que aliente la búsqueda de financiamientos
ilegales; conflictos internos de precampañas no reguladas en los
partidos, así como la compra y coacción del voto, un fenómeno
que ha reaparecido en los comicios locales.
Y aunque reconoce que un factor que ha detonado el crecimiento
de los costos de campaña son los anuncios en medios electrónicos,
para Ugalde la relación partidos-televisoras es un asunto de mercado,
de iniciativa privada. No obstante, plantea que esta relación debe
estar regulada por esquemas de transparencia y equidad. De lograrlo, considera,
se solucionaría gran parte de los problemas de fiscalización.
-¿Cuál es el balance del primer año
de su gestión al frente del IFE?
-Se ha caracterizado por actos apegados a la legalidad
y la imparcialidad. Destacan las sanciones a los partidos, que han sido
históricamente las más altas en relación con los gastos
de campaña de 2003. Por sí mismo este hecho no dice nada,
pero refleja un esfuerzo por una fiscalización más exhaustiva
para prevenir el financiamiento irregular. En lo interno se ha hecho un
diagnóstico, porque el IFE puede funcionar mejor y a un menor costo.
-¿Se han remontado ya los cuestionamientos sobre
el origen del actual Consejo General?
-Al designarse a este consejo hubo una dinámica
desafortunada en la Cámara de Diputados, que limitó el número
de partidos que participaron en la designación. Nuestra tarea ha
sido tender puentes con todos, en especial con el PRD, porque fue un partido
que se inconformó por la decisión. Recientemente tuvimos
una reunión con la dirigencia perredista, que manifestó su
apoyo a la institución. Si se analizan las votaciones se observará
que varían conforme al tema y no corresponden a la supuesta orientación
de origen, como lo muestran las sanciones aplicadas. Las decisiones no
se asocian a ningún patrón de comportamiento estratégico
en ningún sentido.
-¿No percibe una autoridad electoral muy ausente
en un ambiente político convulsionado?
-¿Cuál debería ser el papel del IFE
dado el ambiente político? -se pregunta-. El ambiente genera preocupación,
pero la política necesita certeza y confianza. El IFE va a organizar
un proceso que dé garantías de que no hay dados cargados.
Al instituto no le interesa el resultado, sino la certeza de que de los
procedimientos va a surgir un ganador con legitimidad entre la sociedad
y los contendientes.
-Se ha cuestionado que este IFE quiere legitimarse con
las elevadas multas. ¿La fiscalización es lo que más
confronta al instituto con los partidos?
-Se ha interpretado que esta es una suerte de persecución
contra los partidos para debilitarlos. Estamos en contra de ese enfoque.
La responsabilidad del IFE es fortalecer a los partidos y la fiscalización
es un instrumento de protección, porque si se hace bien y sancionas,
el efecto deseado no es debilitarlos, sino inhibir un comportamiento para
que no recurran a fuentes ilegales de financiamiento. Es una forma de protegerlos
frente a intereses privados.
Ugalde admite la necesidad de revisar el esquema de fiscalización
para pasar de un modelo de sanciones a otro de rendición de cuentas.
Hay consenso entre los partidos, pero también reconoce que se pudieran
impulsar reformas legislativas que mejoren la fiscalización. Actualmente
el IFE revisa los gastos de campaña un año después,
con base en información de los propios institutos políticos.
Pero ante la incertidumbre de una reforma el instituto
ha ofrecido revisar el reglamento de fiscalización porque, dice
Ugalde, "nos interesa una relación cooperativa y no de controversias
continuas con los partidos".
-¿Está preparado el IFE para evitar en 2006
casos como el de Amigos de Fox y el Pemexgate?
-Hay instrumentos de fiscalización que podrían
fortalecerse, pero los que hay son buenos. El gran problema de nuestra
democracia es el costo creciente de las campañas. Mientras aumente
se requerirán cada vez mayores recursos y los candidatos harán
lo que sea necesario para ganar, dado que una vez que se detecta la irregularidad
quien es sancionado no es el candidato que ya es gobernante, sino su partido.
El asunto medular es contener los costos, porque eso haría a los
partidos menos dependientes del financiamiento adicional, con frecuencia
ilegal, y evitaremos casos como el Pemexgate y Amigos de Fox.
-¿Esto se desprende de la fórmula de financiamiento
de la ley, o hay otra causa?
-Son necesidades del mercado electoral. Para acabar con
la desigualdad que se dio en 1994 se promovieron cambios para otorgar un
financiamiento cuantioso a los partidos; ya en 1997 y 2000 se vieron los
beneficios de esto: hay más pluralidad en condiciones equitativas,
se da la alternancia, pero también un fenómeno inflacionario
en todo el mercado electoral; mayor uso de medios electrónicos;
campañas más ambiciosas de mercadotecnia. Las necesidades
han crecido exponencialmente.
-Se ha planteado la necesidad de reformas para que no
se gasten tantos recursos en medios electrónicos.
-Sería deseable que los partidos tuvieran condiciones
equitativas considerando factores como volumen de espots, horarios y anticipación
de la compra. En ocasiones los partidos insisten en que aún enfrentan
negociaciones discrecionales que generan incertidumbre. Se requiere más
transparencia en las tarifas. Para el IFE sería bueno saber inmediatamente
cuánto gastan los partidos en medios electrónicos. Sería
beneficioso para la industria de medios que hubiera transparencia sobre
costos, tarifas, horarios, espots transmitidos, pero me parece que esto
debe mantenerse en un esquema de libre mercado.
"Si el IFE pudiera tener transparencia sobre estos gastos,
la fiscalización se resolvería enormemente. Soy de la idea
de que la televisión cumple un papel de transmisor de mensajes partidistas;
que puede generar interés de participación y cumplir un papel
democrático. Para que esto se mantenga es necesario que sea en un
marco de transparencia y equidad."
-Una recomposición en este tema ¿impactaría
los intereses de las televisoras?
-El papel de los medios en las campañas debe mantenerse
como una industria privada, no me cabe la menor duda que, como tal, debe
estar regulada.
Para Ugalde, algunas modificaciones que permitieran ampliar
la adquisición obligatoria de tiempos en los medios electrónicos
por el IFE, para repartirlo conforme al peso electoral de cada partido,
pudiera ser una opción sin que ello implique que el instituto se
convierta en el único comprador de espots.
-¿Cómo se ve desde el IFE la elección
de 2006 en un contexto político como el que prevalece?
-Hay un entorno que trasciende nuestra autoridad: conflictos
entre partidos, entre poderes. Como autoridad no queremos ni podemos opinar,
porque sería involucrarnos en un debate que no nos compete ni nos
conviene. Nosotros queremos ofrecer confianza a la sociedad de que actuamos
apegados a la legalidad. Ciertamente hay un ambiente político que
más que preocuparnos por cómo nos va a afectar, debemos preocuparnos
en cómo contribuir para mejorarlo.
-La confrontación entre poderes, como la que se
ha dado en torno al desafuero del jefe de Gobierno del Distrito Federal,
¿pudiera impactar en la organización electoral? ¿Cómo
ve estas condiciones?
-Como mexicano, con preocupación; como funcionario,
con enorme responsabilidad. Lejos de preocuparnos nos ocupamos. Nos hemos
abocado a elaborar una agenda de riesgos para realizar acciones preventivas
que permitan que potenciales conflictos no deriven en tales. Ahí
están las precampañas, la compra y coacción del voto,
el acceso a los medios de comunicación. Las precampañas no
están reguladas, pero en 2005 sin duda habrá mucha actividad,
queremos tener medidas administrativas para revisar si se reportan los
gastos de las mismas al IFE.
"Es probable también que las precampañas
generen controversias en los partidos y cada vez más los militantes
pueden acudir al IFE o al tribunal electoral para denunciar irregularidades
o demandar restitución de derechos políticos. Otro tema es
el de la compra y coacción del voto, que es un fenómeno que
se ha repetido en algunas elecciones locales, lo que implicará campañas
de educación cívica.
-En el contexto de los videoescándalos, ¿no
es ir muy cuesta arriba lanzar una campaña para promover la participación?
-Hay un ambiente de escepticismo y frustración
colectiva con respecto a los partidos, al resultado de la democracia, pero
es un fenómeno recurrente en América Latina. A pesar del
reto no tenemos otra opción que insistir en que la democracia es
la única vía para contener el conflicto de manera civilizada.
No hay alternativas viables, puede haber espejismos en el corto plazo que
sugieran que puede haber otra alternativa, pero la democracia es la única
viable. El reto es traducir la democracia electoral y el pluralismo en
gobernabilidad democrática.
-¿Qué piensa del desafuero de Andrés
Manuel López Obrador?
-Evitaría cualquier comentario porque es algo hipotético.
Evidentemente al IFE le interesa que el proceso electoral sea legal e incluyente,
que participen todas las fuerzas políticas y sientan que las reglas
son transparentes.
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