México D.F. Martes 9 de noviembre de 2004
El ex portero tiene dos metas: dirigir un equipo
de primera división y al Tri
No me gusta la política; yo sólo disfruto
del futbol: Jorge Campos
Señaló a Mejía Barón como
el técnico que más influyó en su vida profesional
El apodado Brody admite que es partidario del
PRI, a pesar de haber perdido la Presidencia
CARLOS HERNANDEZ /I
"Yo ya no soy nadie para andar dando declaraciones", dice
Jorge Campos al iniciar la entrevista.
Lo dice serio, muy serio, lejos de las bromas y carcajadas
que suelta a la menor provocación.
No parece falsa modestia la del arquero, que en sus años
de gloria no sólo era el ídolo del futbol mexicano, sino
que incluso se le llegó a considerar como uno de los personajes
más importantes del país: fue el único deportista
nombrado en una selecta lista, junto con políticos, empresarios
e intelectuales.
Lejos de la vorágine de aquellos años, Campos
se muestra tranquilo.
Sentado a un costado de una de las canchas de entrenamiento
del Centro de Capacitación, la voz muy queda para que no lo escuchen
las personas que le rodean, el popular Brody habla de su paso por
las canchas, admite que tuvo que cambiar su forma de ser cuando se dio
cuenta de que era un ejemplo para muchos, sobre todo para los niños
y -retirado a sus 38 años, todavía joven para ser guardameta-,
ya tiene fija su siguiente meta: ser técnico de la primera división
y después de la selección nacional.
-Llegaste a ser el deportista más famoso del país,
¿cómo enfrentaste la fama, qué tan difícil
fue ser un ejemplo para todos los que se fijaban en ti?
-Ser un ejemplo fue difícil. Yo no sé si
haya sido ejemplar, pero siempre traté de serlo dentro y fuera de
la cancha. Uno nunca decide si vas a hacer un ejemplo o si alguien se va
a fijar en ti. Yo tuve la suerte, o no sé que haya pasado, pero
de repente mucha gente se fijaba en mí. Entonces fue cuando tuve
que hacer algo extra y cuidar mi imagen. No sé si fui ciento por
ciento ejemplar, pero me he quedado tranquilo porque lo intenté.
Sobre todo cuando te das cuenta que los niños se fijan en ti, tienes
que cuidar muchas cosas.
La fama pasajera
-A
pesar de todo te mantuviste alejado de los problemas.
-¡Nunca me gustaron los problemas! Siempre pensé
que la fama y ese tipo de cosas eran algo pasajero. Y como futbolista mucho
más. Siempre supe que sólo era un momento en mi vida y además
mi familia también me lo dijo. Entonces sólo disfruté
de ese momento y ya. Siempre pensé que debía poner los pies
en la tierra para que después siguiera caminando bien otra vez.
Ahora hay otros jugadores y por eso digo que yo ya no soy nadie para andar
dando declaraciones.
Al iniciar su carrera -cuando recién llegó
de su natal Acapulco y ni siquiera imaginaba que se convertiría
en ídolo futbolero-, Miguel Mejía Barón le dijo unas
palabras que jamás se le olvidarán: "Nunca cambies tu forma
de ser ni tu forma de jugar".
Y el acapulqueño, alegre y bullanguero por naturaleza,
le hizo caso.
"Eso nunca se me va a olvidar. Me dijo que siempre fuera
un jugador de llano, que me divirtiera. Y eso fue para mí el futbol,
un juego para divertirme", dice ahora, sentado cómodamente, mientras
muchos periodistas todavía lo asedian, pero él los detiene
con un categórico: "Mi momento de gloria ya pasó, entrevisten
a los jugadores".
Superada ya su gloria futbolística, Campos tiene
una meta inmediata: ser técnico de un equipo de primera división.
Y otra más lejana: convertirse en entrenador de
la selección nacional.
Campos, quien fue llamado al Tri por primera vez
por César Luis Menotti, no tiene ninguna duda en ubicar a Mejía
Barón como el entrenador que más influyó en él.
No sólo porque siendo técnico de los Pumas el ex recio zaguero
central lo observó en un duelo ante su equipo Delfines de Acapulco
y lo invitó a entrenar en las fuerzas básicas de la UNAM,
sino por la influencia que tuvo en su vida.
Menciona también a Mario Trejo, quien era secretario
técnico de Pumas, y al ingeniero Guillermo Aguilar Alvarez, el legendario
presidente de los auriazules. "Las personas que estuvieron cerca al inicio
de mi carrera son las más importantes", señala.
Aunque sabe que como entrenador deberá ser menos
bromista -por aquello del respeto entre técnico y jugadores-, el
acapulqueño adelanta que los equipos que dirija buscarán
el futbol alegre y ofensivo, agradable para la tribuna.
-¿Existe lugar para el futbol de barrio en un balompié
tan frío y mecanizado como el actual?
-Es muy difícil, pero creo que es posible. Todo
jugador pasa por el llano, aunque después te inscriban en una escuelita
de futbol, todos iniciamos en el barrio.
Campos -quien dejó en el tercer semestre sus estudios
de administración de empresas- hace un año terminó
el curso de entrenador. Por ahora dice no llevar prisa por dirigir, ya
que "poco a poco voy adquiriendo experiencia".
Carrera especial y diferente
Ahora como auxiliar técnico de la selección
nacional señala que le está aprendiendo mucho a Ricardo La
Volpe, un técnico exigente y perfeccionista, en una nueva faceta
de su carrera que califica como "especial y diferente".
Sin embargo, se mantiene respetuoso cuando se le indica
que el timonel argentino usa su imagen para beneficio personal.
"Estoy aquí para prepararme, poner toda mi experiencia
y dar lo mejor de mí, pero mi objetivo es dirigir a un equipo. En
cuanto se presente la oportunidad la voy a aprovechar", sentencia Campos,
quien antes de la plática bromeaba a gritos con Pável Pardo,
a quien le decía que lo recomendara con Manuel Lapuente para dirigir
a las Aguilas.
-Hace un rato decías que al América le hace
falta alegría.
-Estaba bromeando. No puedo hablar de eso, porque no hay
nada, pero algún día voy a tener una oportunidad y entonces
sí le pediría a mis jugadores que se diviertan en la cancha,
que disfruten del futbol, que es lo más bonito del mundo y no dura
toda la vida.
-¿A qué equipo te gustaría dirigir?
-Del equipo que me dé la oportunidad, dice, y ríe.
Sonriente en casi todos los temas -apodado Brody
porque "en Acapulco todos nos decimos brother o brody"-,
se dice admirador de la música mexicana, sobre todo de Juan Gabriel,
Joan Sebastian, Vicente y Alejandro Fernández y Antonio Aguilar,
y confiesa que no tiene escritor favorito ni libro de cabecera. "No creas
que leo mucho", aclara.
Sin embargo, Campos Navarrete cambia bruscamente cuando
se le pregunta por otras implicaciones del balompié, más
allá del aspecto deportivo.
-Muchos dicen que el futbol es un distractor para los
problemas que tiene el país, ¿qué opinas de eso?
-De ese tema nunca me ha gustado hablar, no me gusta la
política. Yo sólo vi al futbol como algo para disfrutar.
Además, no puedo hablar de los demás jugadores. Yo te puedo
hablar de mí y a mí me invitaron a jugar, a disfrutar y así
lo hice. En cuestiones políticas cada quien tiene su forma de pensar.
-¿Entonces no crees que el futbol tenga alguna
influencia social?
-Creo que todos los futbolistas sabemos eso, pero no nada
más debe ser el futbol, sino todos los deportes. Sé que se
trata del deporte nacional, pero lo importante es poner más atención
en otras disciplinas. Como futbolistas todos sabemos que es una práctica
especial, pero de política todos saben que yo no opino.
-¿Y por qué no te gusta hablar de política?
-No me gusta hablar, no me gusta meterme. Yo sólo
sé de futbol.
Ante la insistencia, aclara que él sigue siendo
"partidario del PRI" a pesar de que haya perdido las elecciones presidenciales.
"Eso siempre lo he dicho muy abiertamente, pero en los demás no
me gusta que ni me pregunten", ataja.
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