México D.F. Martes 9 de noviembre de 2004
PAN y PRD no repuntaron por la división
en el primero y la escasa presencia del segundo
Auguran encuestas victoria del PRI en la próxima
elección de gobernador en Puebla
LA JORNADA DE ORIENTE
Puebla, Pue., 8 de noviembre. La contienda por
la gubernatura de esta entidad está a punto de culminar, con un
desenlace previsible: las divisiones internas del Partido Acción
Nacional (PAN) y un Partido de la Revolución Democrática
(PRD) sin presencia en la entidad auguran, encuestas de por medio, que
el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Mario Plutarco
Marín Torres, será el triunfador con diferencia no menor
a 20 puntos porcentuales frente a su rival más cercano, el panista
Francisco Fraile García.
Los estudios de opinión y preferencias electorales
fueron la principal arma de campaña de Marín Torres y su
equipo. Fraile y los panistas se dedicaron a soslayar las tendencias de
votación previas a la jornada del próximo 14 de noviembre
y enfocaron sus baterías a una campaña mediática,
en la que la televisión fue fundamental, descalificando al candidato
oficialista y su partido con el argumento de que jamás han cumplido
sus promesas y son los culpables de la corrupción y la pobreza que
hay en la entidad.
Desde
el inicio formal de la contienda, a principios de septiembre, las encuestas
ubicaron a Marín Torres en el primer lugar de popularidad. No era
para menos: en el sexenio pasado fue secretario de Gobernación y
presidente estatal del PRI, durante la administración de Manuel
Bartlett Díaz; de ahí recobró para su partido la presidencia
municipal de la capital, que se encontraba en poder de Acción Nacional,
y durante el trienio de 1999 a 2002 se promovió con una intensa
campaña mediática.
Terminado su periodo como alcalde, Marín Torres
se dedicó durante dos años a hacer proselitismo entre las
bases tricolores de toda la entidad, recabando apoyo para su candidatura
a la gubernatura. En el PRI se le reconocía la mayor popularidad
entre todos los aspirantes a la candidatura, pero se le pronosticó
el fracaso, pues no pertenece al grupo político del actual gobernador,
Melquíades Morales Flores.
Morales Flores, priísta de viejo cuño, cumplió
con todos los rituales del Revolucionario Institucional -incluido el de
la simulación- a la hora de designar al postulante a sustituirlo.
El PRI dio el visto bueno a una lista de 11 aspirantes,
aclarando que el triunfador no sería el más popular o el
mejor colocado en las encuestas, sino el "mejor candidato". El Consejo
Político del tricolor aprobó la realización
de una elección directa de las bases, pero al final todos los competidores
de Marín declinaron en su favor, con el argumento de que él
era quien gozaba las mayores preferencias electorales.
Marín Torres se jacta de haber recorrido tres veces
el territorio poblano, gran-jeándose el respaldo de los militantes
del tricolor para obtener su candidatura. Lo cierto es que esa actividad
proselitista, que se suponía interna, traspasó el año
pasado las fronteras del PRI y llegó hasta el gran electorado mediante
propaganda en espectaculares, bardas y un corrido sobre su vida que era
transmitido cada mañana en Buenos Días, el principal
noticiario radiofónico de Puebla, perteneciente a la cadena Radio
Acir, la más importante del estado, vinculada históricamente
con el Revolucionario Institucional.
Fractura panista
El PRI ha denunciado que el gobierno federal está
desviando recursos de programas sociales para favorecer al PAN. Los principales
operadores de esos actos ilícitos serían los delegados de
la administración federal, algunos de los cuales no han tenido empacho
en dejarse ver en actos proselitistas del albiazul durante horas
de oficina, como la representante en la entidad del Instituto Nacional
de Migración, Guadalupe Hinojosa Rivero, y Pedro Plaza, delegado
de la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor.
El PAN también ha acusado al tricolorde
intentar confundir al electorado usando como eslogan la palabra oportunidades,
que es la misma que designa a un programa de desarrollo social del gobierno
de la República.
Los dimes y diretes entre ambos partidos tuvieron su momento
más crítico cuando el candidato panista a la alcaldía
de la capital, Pablo Rodríguez Regordosa, manifestó que Marín
Torres podría estar ligado con el narcotráfico y que por
eso el presidente nacional del PRI, Roberto Madrazo Pintado, tiene interés
en que el tricolor retenga la titularidad del Poder Ejecutivo, pues
pretende hacer una ruta de tráfico de narcóticos entre Puebla,
Veracruz y Oaxaca.
Aunque Rodríguez Regordosa se desdijo de sus aseveraciones,
dentro y fuera del PAN hay opiniones de que su carácter belicoso
ha sido uno de los factores principales por los que Fraile García
no repuntó en las preferencias electorales. Lo que queda claro es
que el aspirante blanquiazul a la presidencia municipal siempre
dijo en sus arengas que la Angelópolis ya la tiene ganada Acción
Nacional y que por eso es indispensable "ayudar a ganar a Paco".
Fraile García debió librar una dura batalla
por la candidatura dentro de su partido con el actual munícipe de
la ciudad de Puebla, Luis Eduardo del Sagrado Corazón de Jesús
Paredes Moctezuma, hombre agresivo e inflexible que fue eliminado de la
contienda interna del albiazul por utilizar recursos públicos
para apuntalar sus aspiraciones.
El alcalde, ex militante del Frente Universitario Anticomunista,
no se dio por vencido y recurrió al Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación para impugnar la designación de
Fraile. El proceso duró dos meses y, aunque el tribunal respetó
la postulación de éste, la controversia generó división
en el PAN.
Ungido como candidato, Fraile García también
se abocó a recorrer el estado en busca del sufragio. Su campaña
no prescindió de algunas audacias, pues algunos de los escenarios
de sus ruedas de prensa fueron las entradas de edificios del gobierno del
estado, donde prometía no despedir burócratas y mejorar sus
condiciones de trabajo.
El candidato panista a la jefatura del Ejecutivo estatal
se abstuvo de criticar o atacar directamente a Marín Torres; ese
trabajo se lo dejó a la dirigencia de su partido.
Villar Borja, el convidado de piedra
El candidato del sol azteca a la gubernatura, Alejandro
Villar Borja, ha pasado este proceso como un verdadero convidado de piedra,
gracias al desorden e improvisación que impera en ese partido desde
hace más de un sexenio.
Villar Borja fue funcionario de la Secretaría de
Desarrollo Social en varias entidades federativas, pero su desempeño
más destacado lo tuvo como delegado de la dependencia en Puebla
y Tlaxcala.
En esta última localidad tuvo conflictos con el
gobierno que encabeza el perredista Alfonso Sánchez Anaya, porque
supuestamente se opuso a que la administración del ex priísta
entregara recursos a una asociación civil que iba a promover la
imagen de María del Carmen Ramírez, actual abanderada del
sol azteca a la gubernatura del estado.
La designación de Villar Borja no tuvo repercusiones
importantes en la vida política de Puebla, porque el PRD desde el
principio de la contienda no se abocó a hacer una campaña
en serio para ganar la gubernatura.
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