Bolivia: al alza, producción de petróleo y gas

La tendencia firme al alza en la producción boliviana de hidrocarburos ha continuado en 2004. La demanda brasileña de gas natural impulsa la expansión actual, a la vez que fomenta la producción de petróleo como subproducto de su extracción. La producción de gas se elevó 38.3% en los primeros siete meses de 2004 respecto del mismo periodo de 2003, a un promedio de 914.8 millones de pies cúbicos por día. La producción de petróleo refinado creció 19.1% a un promedio de 38 mil 778 barriles diarios (b/d), en comparación con 32 mil 566 b/d 12 meses atrás.

La demanda brasileña de gas ha crecido gradualmente a raíz de la construcción de un gasoducto de 2,070 km a Sao Paulo, a mediados de 1999. La considerable distancia hace que el gas boliviano sea relativamente costoso, lo cual ha retardado el desarrollo del mercado de Brasil, pero la recuperación económica en este país impulsa un crecimiento en la demanda. Sin embargo, han surgido dudas respecto de la demanda futura a causa de los recientes hallazgos de gas en la zona costera de Campos, en aguas brasileñas, lo cual podría atenuar el interés por expandir el gasoducto boliviano más allá de su capacidad máxima actual de 30.1 millones de m3 por día. Las exportaciones por el gasoducto están hoy día a unos dos tercios de esa capacidad.

Sin embargo, acuerdos recientes para exportar gas natural a Argentina y Uruguay elevarán las perspectivas exportadoras de Bolivia, lo cual permitirá un crecimiento sostenido de la producción a mediano plazo. Bolivia ha disfrutado de autosuficiencia petrolera, pero sólo ha generado un pequeño remanente para exportación. El crecimiento de la producción petrolera comienza a rebasar la demanda doméstica, lo cual tendrá un efecto benéfico en la balanza de pagos.

Las exportaciones de gas en gran escala a Argentina (4 millones de m3/d en promedio), que comenzaron en junio pasado después de la escasez de energéticos en este país, se han expandido. Después del referendo sobre política energética realizado el 18 de julio, el contrato temporal se ha vuelto de duración abierta y los volúmenes de exportación se han elevado a 6.5 millones de m3/d.

Con todo, las susceptibilidades respecto de que las exportaciones gaseras pudieran llegar a Chile a través de la red de gas de Argentina, que está conectada con Santiago, obligan al gobierno boliviano a hilar delgado. Se han instaurado mecanismos para auditar las remesas bolivianas de gas y asegurar que no se desvíen. En octubre el presidente argentino Néstor Kirchner fue más allá, al firmar una carta de intención para expandir la compra de gas boliviano mediante un acuerdo a 20 años para llegar a 20 millones de m3/d. El acuerdo depende de la construcción de un nuevo gasoducto en el noroeste de Argentina, actualmente en licitación.

La nueva ruta de entrega abrirá oportunidades. A fines de septiembre Uruguay firmó un acuerdo para comprar gas boliviano vía Argentina. Debido a su escasez de agua y a la restricción a importar electricidad argentina, la compañía estatal eléctrica uruguaya se ha visto forzada a generar energía con el relativamente caro fuel oil y complementarla con importaciones de Brasil. Generar electricidad con gas natural sería una opción más económica.

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