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México D.F. Martes 9 de noviembre de 2004
José Blanco
Coalición oscurantista
Por supuesto, el bolsillo siempre cuenta en la decisión de los electores estadunidenses. Clinton derrotó al primer Bush con una campaña resumida en el lema "šEs la economía, estúpido!" Lo que no significa que bajo cualesquiera circunstancias será el factor de mayor peso.
Dos temas predominaron en la reciente campaña presidencial: la economía y la seguridad personal. El segundo tema resultó dominante, a pesar del desastroso estado de la economía. Y no es que el terrorismo como tal haya decidido las cosas. Las impuso el discurso de Bush sobre el terrorismo, fortalecido por la oportuna intervención de Bin Laden; un discurso adobado con fundamentalismos oscurantistas religiosos.
La agenda la impuso Bush, poniendo en el primer punto del orden día la amenaza del terrorismo, tema en el que siempre tuvo ventaja entre los electores, manteniendo el 11/9 vivo en alta intensidad. Los presidentes en funciones, como candidatos, dice Thomas Mann -miembro de número del departamento de estudios sobre el gobierno de la Brookings Institution de Washington-: "están en condiciones de dominar lo que Theodore Roosevelt llamó 'el púlpito del bravucón', es decir, pueden establecer la agenda de actividades y enfocar la atención del público en los asuntos más favorables a ellos". El arsenal de recursos que les da el manejo del gobierno otorga esta fuerte posibilidad.
El sufragio partió, en primer lugar, del voto duro. En los "estados rojos" (principalmente en el sur y centro del país) el voto es con claridad predominantemente republicano; en los "estados azules" (principalmente las costas occidentales y nororientales y la región de los Grandes Lagos) votan por los demócratas, de modo que Bush debía ganar con el discurso terrorista, en los que los expertos estadunidenses denominan estados "campos de batalla", estados oscilantes donde ambos partidos compiten por una pequeña diferencia porcentual: Florida, Ohio, Pensilvania, Iowa, Minnesota, Nueva Hampshire, Nuevo México, Oregon, Virginia Occidental y Wisconsin. Diez estados con 116 votos electorales. Kerry ganó en cinco de ellos, con 52 votos electorales.
Según una investigación del Centro de Estudios Políticos de la Universidad de Michigan, votan por los demócratas los afro-estadunidenses en proporción de 9 a uno; los hispanos también, aunque por una relación de 2 a uno; las familias sindicalistas; la clase trabajadora de bajos ingresos, en su mayoría. La gente no religiosa tiende a ser demócrata; también las personas divorciadas y las familias de un solo progenitor. Los profesionales de nuevo cuño con muy esmerada educación y poseedores de títulos académicos votan cada vez más por los demócratas.
Votan a favor del Partido Republicano los varones blancos de la clase obrera y de clase media y las parejas casadas tradicionales. Cuanto más a menudo asiste alguien a servicios religiosos, tanto más probable es que sea republicano y vote por ese partido. Las personas de altos ingresos son de orientación republicana. Esto cobra especial validez entre los que se dedican al comercio, desde pequeños empresarios hasta ejecutivos de corporaciones.
El estudio de la Universidad de Michigan sobre la composición social de las bases partidistas muestra que difícilmente se sostiene la tesis de que el Partido Republicano y el Partido Demócrata "son la misma cosa". Aun en política exterior, en la que hubo un largo consenso bipartidista, desde los años 70 tal consenso ha ido fracturándose gradual, pero firmemente. A la brecha en la ampliación de la diferencia política ideológica se suma la creciente desigualdad social en ese país.
Juli Highfill es profesora de literatura española en la Universidad de Michigan. Con referencias a un libro titulado ƑQué pasa con Kansas? De cómo los conservadores ganaron el interior de EU, de Thomas Frank, escribió, antes de las elecciones del 2 de noviembre: "Yo crecí en estas llanuras del oeste de Kansas... Tengo cientos de tías, tíos y primos desperdigados por Kansas y Oklahoma, así que esa gente no me es ajena...; su agricultura, mantenida artificialmente, ya es insostenible y no puede sobrevivir en la economía global. Pero incapaces de encarar un futuro sin futuro y provocados por la máquina mediática de la derecha, dirigen su miedo y su resentimiento a las 'elites de izquierdas', los homosexuales, los inmigrantes... y votan por los mismísimos políticos que están precipitando su caída. La gente de Kansas, claro, pertenece a esa zona del interior, esos 'estados rojos' rurales y despoblados que votan mayoritariamente por Bush y ejercen un poder político desproporcionado en esta democracia nuestra, corrupta y atrofiada".
Una combinación de enormes intereses trasnacionales corruptos, la disminución de la carga fiscal a la gran riqueza, todo apoyado en una base electoral de ciudadanos empobrecidos, ignorantes, ultraconservadores, carne de cañón, es parte sustantiva de la conformación del poder político que continuará gobernando al mundo.
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