México D.F. Martes 9 de noviembre de 2004
A lo sumo se lograría un acuerdo limitado
de trabajadores huéspedes, consideran
Sólo retórica obtendrá México
de la Binacional con EU, opinan analistas
La diplomacia callada podría resultar más
provechosa al gobierno de Fox, dice experto
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington,
8 de noviembre. El gobierno de México no obtendrá más
que retórica sobre el tema de la migración durante la reunión
de la Comisión Binacional, ya que los secretarios del gabinete de
George W. Bush que encabezan la delegación estadunidense no permanecerán
en sus puestos en el segundo periodo de esta presidencia ni tienen instrucciones
específicas sobre el tema, advierten analistas en esta capital.
El sólido triunfo republicano en las elecciones
de la semana pasada -que dejó a ese partido con mayorías
fortalecidas en las dos cámaras del Congreso- ofrece a Bush una
oportunidad para avanzar sus propuestas migratorias, por lo menos la opción
limitada de un programa de trabajadores temporales, en los próximos
18 meses, consideran estos expertos.
Pero por el momento no existe un plan detallado y concreto
de las reformas a la ley migratoria, y Bush tiene otras prioridades inmediatas,
opinan. Además, un amplio sector del Partido Republicano se opone
a toda reforma migratoria.
No obstante, funcionarios del gobierno de Bush insistieron
en público en que sí desean promover una reforma migratoria
y varios analistas señalan que es posible que se logre algún
programa de trabajadores "huéspedes", que incluye un mecanismo para
permitir que trabajadores indocumentados logren una condición legal
temporal. "El presidente ha hecho una propuesta al Congreso de Estados
Unidos. Continúa comprometido con esa propuesta", explicó
hoy Richard Boucher, vocero del Departamento de Estado.
Añadió que el secretario de Estado, Colin
Powell, está "ansioso" por viajar a México "para abordar
esto con su contraparte mexicana; hablar de cómo nosotros, trabajando
con el Congreso de Estados Unidos, podemos avanzar en este programa que
ha propuesto el presidente".
Pero todo eso dependerá, advierten los analistas,
de qué tanto apoyo pueda conseguir Bush de los demócratas
para superar la oposición de un amplio sector de su propio partido.
Ausencias futuras
Esta realidad implica que México debería
esperar muy poco de la cita de la Comisión Binacional de este martes,
la cual será presidida por Powell y el canciller Luis Ernesto Derbez.
"La mayoría de los delegados estadunidenses no estarán a
la mesa la próxima vez que se celebre una reunión sobre México,
ya que sus jefes estarán ausentes", explicó Demetrios Papademetriou,
presidente del Instituto de Politica de Migración en esta capital,
en entrevista con La Jornada. La delegación estadunidense,
señaló, no tiene instrucciones específicas de la Casa
Blanca sobre cómo proceder en el tema migratorio, y poca idea de
lo que en verdad desea Bush.
Armand Peschard Sverdrup, director del Programa sobre
México en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales,
dijo en entrevista que cree que México debería de indicar
su interés por avanzar en un acuerdo bilateral sobre migración,
pero evitando las amplias demandas públicas que hizo sobre estos
temas al inicio de la presidencia de Vicente Fox.
"Sobre el tema de migración, la diplomacia callada
podría resultar ser mucho más efectiva", indicó Peschard
Sverdrup, y agregó que Estados Unidos podría ser particularmente
receptivo a las demandas mexicanas en torno a migración si el gobierno
de Fox está dispuesto a tomar mayores medidas para mejorar la seguridad
fronteriza, prioritaria para Washington.
Pero tanto Peschard Sverdrup como Papademetriou están
de acuerdo en que sólo existe una limitada "ventana de oportunidad"
por la cual Bush puede actuar en torno al tema. Allí se podrá
"saber si Bush lo está tomando en serio, si en los próximos
60 días anuncia la creación de un equipo de trabajo a nivel
de gabinete para redactar una ley migratoria", dijo Papademetriou. O bien
"saber si no lo está tomando en serio, si continúa hablando
de migración en términos generales y pronuncia un discurso
general en enero sobre la importancia de la inmigración".
Peschard Sverdrup dijo que Bush sólo cuenta con
una ventana de entre seis a nueve meses para presentar un proyecto de ley
sobre migración, ya que para fines de 2005 ambos partidos políticos
estarán enfocados en las elecciones legislativas y serán
más renuentes a considerar una reforma real de un tema tan políticamente
controversial como la migración.
Arturo Valenzuela, profesor de estudios latinoamericanos
en la Universidad de Georgetown y ex alto funcionario encargado de relaciones
interamericanas en el gobierno de Bill Clinton, comentó que será
más difícil promover una reforma real de la migración
en el segundo periodo de Bush que en el primero, ya que ahora el obstáculo
mayor es el de su propio partido. Sin embargo, dijo que es posible que
avance una propuesta limitada, con un programa de trabajadores temporales
ampliado, pero ya sin el segundo componente de un mecanismo de regularización
de los indocumentados con un carril hacia la ciudadanía.
Pero aun esta reforma limitada dependerá de la
valentía política del presidente. "Bush tiene que abordar
el tema como Clinton hizo con el TLC o como Nixon frente a China", afirmó
Valenzuela a La Jornada. "Tiene que superar la oposición
de su partido y también lograr el apoyo del otro partido." El analista
dijo que está "algo escéptico" de que Bush esté dispuesto
a hacer esto, aunque hay presiones para que intente algo en ese rubro.
Valenzuela también advirtió que no deben esperarse avances
en torno a una integración bilateral sobre las líneas del
modelo europeo ni fondos de desarrollo a través de la Asociación
por la Prosperidad, ya que la situación fiscal y económica
de Estados Unidos, así como los costos de Irak, no ofrecen posibilidades
concretas para desarrollar ese modelo.
Pero Papadementriou y Valenzuela señalan que sí
hay razones y presiones internas por las cuales Bush tal vez deseara avanzar
en la reforma migratoria limitada. Ambos señalan que un factor es
la participación más elevada de los latinos en esta elección
y que este tema podría consolidar ese apoyo para los republicanos.
Más allá del tema migratorio, no se esperan
grandes cambios en la relación bilateral con lo que se mantuvo durante
el primer periodo de Bush, dijo Valenzuela. Tampoco a nivel regional. Hoy
el vocero del Departamento de Estado Boucher señaló que Washington
percibe a México como aliado importante en los asuntos regionales.
"Parte de lo que haremos en México es revisar algunas de las cosas
que ocurren en la región y ver cómo tanto Estados Unidos
y México pueden contribuir a la estabilidad y progreso de ella",
indicó Boucher.
Pero hasta ahora existen pocos indicios de que habrá
mayor interés en la región que en los cuatro años
pasados, señalaron los analistas. Peschard Sverdrup dijo que pocos
entre los que se especula que podrían sustituir a Powell o al secretario
de Seguridad Interna, Tom Ridge, han mostrado mayor interés en México
o América Latina.
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