POESIA PARA LLEVAR
Ricardo Yáñez
Años después
AMOR DICE QUE te hable,
trinos va sosteniendo el aire.
Amor dice que te ame,
duda es el silencio del aire.
Amor dice que calle,
palabras en los ecos del aire.
Pasa ahora una música por donde van tus penas,
luces como un recuerdo entre tantos reflejos.
En el jardín te hundes sin oír sus consejos
y no quieres morir, ¿pero vives?, apenas.
Distraída la tarde pasa por tus faenas
prestigiditadora de su juego de espejos,
las miradas que miras son tus ecos, perplejos
se entretienen en luces que una vez fueron buenas.
Sí, duele desasirse de los sueños pendejos,
del imposible amor que alto ardió en otra tarde
y de la voz que fuiste y que se oye ya lejos
Pisando vas caminos y apagado qué alarde
y te sientes un poco cual, presientes, los viejos
que ante la muerte dicen ¿qué fui, sino
un cobarde?
Las calles no necesitas,
pero andes por donde andes
espero que sean bonitas
y que un suspiro me mandes
El sol se deja caer
de absurda felicidad
entre las hojas, que le hacen
cosquillas de oscuridad.
Viven mis penas cautivas
pero no por ellas lloro
sino porque siento vivas
tus caricias, donde moro
Sé se acerca triste el fin
de los árboles del día,
mas ¿podrá la oscuridad
deshacer su geometría?
Corazón, no llores más,
baste ya de desconsuelo.
Olvida, que olvidarás
hasta sus ojos de cielo.
Este amor sí da de sí,
da de sí y ha dado todo,
pero ni modo, ni modo,
quién se acordará de mí.
Ya con ésta me despido,
no dije lo suficiente,
pero entienda bien la gente
que amor no tengo ni pido.
Ya lo sufrido sufrido
está y ni quién me contente.
Si no muy inteligente
me vi, perdonen y adiós,
pero ¿a quién maltrata Dios
como a mí, sinceramente?
Respuesta tardía al cuestionario de Gabriel Zaid
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