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México D.F. Martes 2 de noviembre de 2004
Mujeres, las mejores usuarias de crédito
durante 2003, dice la directora del fondo
Fonart sólo apoya a uno por ciento de los artesanos
del país
Nos obligan a ofrecer nuestra mercancía a particulares
a precios más bajos, denuncian
ALMA E. MUÑOZ
Creado como institución para mejorar los niveles
de vida de los artesanos de México en condiciones de alta y muy
alta marginalidad, el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías
(Fonart) hoy otorga, sin embargo, créditos a tres meses, con tasas
de 0.5 y uno por ciento mensual, con intereses ordinarios y moratorios,
y adquiere su mercancía a costos inferiores incluso en 40 por ciento
al precio final en sus tiendas.
Un mexicano por debajo de la línea de la pobreza
obtiene en promedio 15.4 pesos diarios para comer en zonas rurales y 20.9
en ciudades, según datos de 2002. Los créditos que otorga
Fonart oscilan entre 2 mil y 10 mil pesos. Eso significa que quien se hace
acreedor a un préstamo debe erogar réditos de entre 30 y
50 pesos mensuales, si es puntual en sus pagos. De lo contrario, los intereses
se duplican y pierde la oportunidad de volver a ser sujeto de crédito,
al menos de manera inmediata.
Las reglas de operación del programa establecen
que el objetivo es promover la actividad artesanal, en especial de campesinos
e indígenas, para "integrarlos a los beneficios del avance económico
y social de México". A escala nacional hay un promedio de 8.5 millones
de artesanos en condición de marginalidad, y Fonart sólo
ofrece apoyos a poco más de 90 mil personas.
Su directora, Rosa María Rojas Navarrete, defendió
en entrevista el trabajo del presente gobierno. Aseguró que hay
avances, sobre todo con la creación de franquicias, que ya llegaron
al extranjero. En México existen nueve tiendas en alianza con particulares
y gobiernos estatales o municipales. En España se estableció
una más, igual que en California, Estados Unidos, y están
en proceso de apertura tres más en el país vecino.
Sin
embargo, el reporte sobre la situación de Fonart en 2004 señala
que el organismo tiene entre sus debilidades una "situación financiera
inestable, insuficiencia de recursos humanos y sistemas informáticos",
además de "falta de proyectos específicos y una buena estructura
organizativa".
Incluye un listado de lo que considera amenazas al funcionamiento
del Fonart: cambios en la política pública; "inundación
de la competencia desleal; falta de vinculación con los organismos
de los gobiernos estatales; sobrerregulación por protección
de los mercados extranjeros, y pérdida de la identidad cultural".
Rojas Navarrete sostuvo que el fondo trabaja con números
negros y eso le permite ser autofinanciable, aunque no se pudo verificar
el dato ni el monto de la cartera vencida hasta hoy, pese a que se hicieron
las solicitudes al respecto. Afirma que su objetivo es velar por los artesanos
"más desprotegidos" del país, y "eso incluye otorgarles créditos",
según su comportamiento al momento de pago. Estos son a tres meses
y con tasa de 0.5 por ciento mensual, siempre y cuando la mercancía
que oferten sea de interés para los funcionarios.
Pese a que las reglas de operación establecen que
no deben hacerse cobros en especie, una de sus beneficiarias, originaria
de Guerrero -quien prefirió omitir su nombre- aseguró que
el año pasado las integrantes de su cooperativa obtuvieron créditos
de 2 mil pesos por persona. "Pagamos con nuestro trabajo, pero nos salió
mal, porque nos enredaron mucho. Hicimos cojines y carpetas que no les
gustaron. No podíamos coser bien, no teníamos máquina,
no sabíamos que necesitamos un diseño. Se echó a perder
mucho y tuvimos que hacer otros hasta que les pagamos."
En 2003, 70 por ciento de los recursos destinados a créditos
fueron para mujeres, porque -explicó la directora- "responden mejor
al adeudo, pagan muy a tiempo, están al pendiente de hacer la mercancía
que les solicitamos y son las mejores alumnas cuando les impartimos los
cursos de capacitación, enfocados a mejorar la calidad y diseño
de la producción artesanal para adaptarla a las necesidades y requerimientos
del consumidor".
Aurora Bazán, artesana zapoteca de Teotitlán
del Valle, Oaxaca, ex diputada federal, recordó que al término
de su función pública en la 55 Legislatura se acercó
al organismo para venderle los tapetes de lana que elabora su familia.
"Me dijeron que eso no lo compraban, y nos afecta hasta para tener créditos.
Esto es lamentable, porque nosotros debemos buscar cómo vender nuestros
trabajos."
Fonart compra los productos a sus beneficiarios al precio
que ellos mismos asignan. Algunos, como Aída López Hidalgo,
de la cooperativa Flores de la Tierra, de Guerrero, desconoce, en su calidad
de tejedora de textiles, qué porcentaje debe incluir en su trabajo
por la compra de materia prima y mano de obra. Para elaborar un huipil
de gaza, modelo tradicional de los amuzgos, se tarda unos tres meses. Teje
de lunes a sábado, de 9 a 14 horas. Lo pone a la venta en 2 mil
500 pesos y tarda, en promedio, 60 días para venderlo.
A los productos adquiridos el gobierno les consigna entre
18 y 19 por ciento para venta directa en sus tiendas, pero cuando se trata
de las franquicias, añade nueve puntos. "Algo que se compra en 80
al final tendrá un costo de 200 pesos, por los gastos de transportación,
empaque y proceso de comercialización, pero tratamos de mantener
un costo bajo al adquirir en volumen", dijo Rojas Navarrete.
Hace unas semanas, en un concurso de artesanías
en Paquimé la pieza ganadora fue valuada por su dueño en
5 mil dólares. Si Fonart tuviera posibilidad financiera para adquirir
el producto -según las cuentas de la funcionaria- "tendríamos
que sumar al costo, los gastos extras como son viajar a Chihuahua y de
allí, trasladarnos adonde lo producen en una avioneta del estado".
No obstante, hay artesanos, como los de Olinalá,
Guerrero, que después de comercializar por años con la institución
afirman lo contrario. "Nosotros llevamos a México lo que vendemos
porque no nos hemos puesto de acuerdo para que sean ellos quienes recojan
la mercancía", sostiene Consuelo García, representante del
Grupo Guadalupano.
Tras 10 meses de incertidumbre -y a pesar de que estaban
acostumbrados a comercializar con Fonart hasta tres veces por año-
apenas el 10 de octubre concretaron la primera y única venta con
el gobierno. Ya les adelantaron el pago de cajitas, baúles, charolas
y otros productos, que ellos mismos empacaron y deben entregar, algunos
en noviembre y otros un mes después.
Entre los artesanos existe consenso sobre el poco dinero
que reciben. Por ejemplo, la venta para una cooperativa de 40 personas
significó casi 150 mil pesos, es decir, 3 mil 750 pesos cada uno.
Consuelo García consideró que Fonart puede ganar hasta tres
veces lo que invierte. "Hace poco entré en su tienda de Patriotismo
(en la ciudad de México), vi que el baúl más fino,
por el que nos pagaron el año pasado mil 900 pesos, ellos lo tienen
hasta en 6 mil. Y otro que nos pagaron en 172, con ellos está arriba
de 400 pesos. Cuando vi eso me fui para atrás."
La compra de artesanías, según Rosa María
Rojas, "no es el brazo fuerte" del organismo. Lo importante, dijo, es el
otorgamiento de créditos para 11 mil 467 artesanos de 26 estados;
los concursos artesanales para apoyar a 12 mil 249 individuos, y la asesoría
y capacitación para 15 mil 636 personas más, de 16 estados.
Productores como Miguel García Tepetitla, representante
del grupo Olinca, también de Olinalá, lamentaron el trato
que han recibido en esta administración. "En 10 meses Fonart no
nos había pedido nada y no sabemos por qué. A principios
de octubre hicimos un concurso de artesanías y cuando fui a recibir
al gobernador René Juárez le conté cómo estábamos,
porque con María Esther Echeverría -fundadora de Fonart-
nos compraba cada dos meses, y ahora las compras son cada año, si
bien nos va son por un año, como pasó ahora."
Este gobierno "nos ha dado un bajón. Casi no compra
a los artesanos ni nos da créditos, aunque ya hemos llevado solicitudes
a la directora, no ha habido respuesta. Nos obligan a ofrecer nuestra mercancía
a particulares a precios más bajos, porque si no, no comemos. Y,
además, no se toma en cuenta que cada año debemos subir nuestros
trabajos entre 10 y 15 por ciento, porque los salarios de los carpinteros
y las precios de las materias primas aumentan cada mes".
Rosa María Rojas aseguró que a los artesanos
"se les brinda un precio justo, porque ellos lo fijan. Queremos que se
entienda que en ningún momento pretendemos ser la institución
que venda toda la artesanía del país, sino ser el vínculo
entre el comprador final, que son los clientes potenciales en la República
o en el extranjero, y en algún momento tenderemos a dar la capacitación
necesaria para que sean los productores quienes puedan incursionar en el
mercado internacional".
La principal tienda de Fonart, ubicada en la avenida Patriotismo,
en el Distrito Federal, alcanza un millón de pesos mensuales por
ventas, lo cual, sumado con lo obtenido por franquicias, le abonará,
según las estimaciones, 27 millones 600 mil pesos para finales de
año, casi 8 millones más que en 2000.
Los productos más vendidos son la cerámica,
la talavera y el barro, con 8 millones 949 mil pesos; textiles, 4 millones
342 mil; laca, 2 millones 756 mil, y metalistería, joyería
y orfebrería, madera, muebles y tallas, juguetería, talabartería,
cerería, cantería y demás, 9 millones 958 mil pesos.
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