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México D.F. Martes 2 de noviembre de 2004
Los comicios, complejo proceso que no se decide
por el voto popular y directo
Sólo dos de 50 estados podrían definir
al ganador de la elección hoy en EU
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 1º de noviembre. Los
votantes en 50 estados acudirán a las casillas este martes para
elegir al presidente de Estados Unidos pero, a pesar de que es una votación
nacional, los analistas señalan que el primer indicio sobre quién
será el jefe del país más poderoso del mundo se manifestará
sólo en dos entidades: Ohio y Florida.
La
elección está tan cerrada en las últimas horas que
nadie se atreve a pronosticar si George W. Bush, o su contrincante demócrata
John Kerry, ganará este martes, y hoy, en las últimas encuestas
antes de la votación, sólo se ratifica que no hay una tendencia
clara y se mantiene el empate técnico. Los sondeos en este momento
resultan inútiles, más allá de comprobar que hay empate
y que los factores que no pueden detectarse hasta el día de la elección
serán los que determinarán el resultado, entre estos, los
más importantes son el índice de participación y el
papel que desempeñen los nuevos votantes.
Dada la estructura del sistema electoral presidencial
(véase colegio electoral abajo), el resultado del voto para presidente
ya está definido en casi 40 de los estados donde uno u otro candidato
ya goza de un margen significativo de ventaja como para garantizar su triunfo.
Así, todos están enfocados en los 10 estados donde no hay
una tendencia marcada de triunfo.
Hay algunos desacuerdos sobre cuáles son los 10
estados en la lista de "indecisos" y "claves", pero casi todos coinciden
en que estos son Florida, Ohio, Pensilvania, Nueva Hampshire, Wisconsin,
Michigan, Minnestoa, Iowa, Colorado y Nuevo México.
Los analistas vigilarán muy de cerca datos sobre
la tasa de participación en estos estados, y después los
números iniciales del voto para cada candidato como primer indicio
sobre quién podría ganar. Las cadenas de televisión
nacional contarán con los resultados de las encuestas de salida
de las casillas en la tarde, pero dada la desastrosa experiencia de hace
cuatro años -cuando con estas encuestas los medios otorgaron en
principio el triunfo de Bush en Florida, para después decir que
el triunfador era su contrincante demócrata Al Gore y acabar otra
vez con Bush antes de "la caída del sistema"-, los medios han prometido
que esperarán antes de atreverse a difundir sus cálculos
del resultado en cada estado.
La campaña del demócrata Kerry cree que
si su candidato obtiene Florida u Ohio, estados ganados por Bush en 2000,
estará en buenas posibilidades de ganar la elección nacional.
Ningún republicano ha ganado una elección presidencial sin
triunfar en Ohio, y los asesores de Bush han puesto enorme atención
en esa entidad, mientras tratan de ganar también Wisconsin y Pensilvania,
donde hace cuatro años triunfaron los demócratas.
Si
uno de los candidatos obtiene un triunfo decisivo en Florida y Ohio, será
una larga y muy seguramente triste noche para el otro. Las primeras casillas
cerrarán a las 19 horas locales (18 horas de México) en Virginia
Occidental, donde la tendencia favorece a George W. Bush. La mayoría
de las casillas del este de Estados Unidos cerrarán a las 20 horas
locales (19 en México) y, una hora después, lo harán
las del medio oeste.
Es posible que no se sepan los resultados -ni los preliminares-
en Florida y Ohio -entre otros- al cerrar las casillas (algo que antes
del fiasco electoral de 2000 no ocurría), tanto por fallas técnicas
y/o si los resultados son tan cerrados como ahora indican las encuestas.
Esta noche los analistas detectarán si hay "sorpresas" en que pudieran
indicar el surgimiento de apoyo para uno u otro candidato. Por ejemplo,
si Bush gana firmemente en Pensilvania, Michigan, Wisconsin o Minnesota,
o si Kerry gana sorprendentemente en Virginia o Arkansas, esto podría
ser indicio de una tendencia clara.
Pero todos estos estados son claves sólo por el
anticuado sistema de elección presidencial en este país,
donde este martes nadie está votando para presidente, sino por un
grupo desconocido de "electores" que conjuntamente conforman el llamado
"colegio electoral". El presidente es electo por el colegio electoral,
y no por el voto popular.
El "colegio electoral"
En este país no hay voto directo para presidente;
cuando un votante entra en la casilla y marca la boleta por su candidato,
está votando por un integrante estatal de cada "colegio electoral"
nacional. En el sistema estadunidense de elecciones presidenciales cada
estado celebra su propia elección para presidente.
Cada uno de los 50 estados cuenta con un número
de votos electorales asignados en proporción al tamaño de
la población (véase el mapa electoral en la página
4). El candidato que gane la mayoría del voto popular del estado,
gana todos los votos electorales asignados a ese estado (hay excepciones;
dos estados dividen su voto electoral proporcionalmente).
Por ejemplo, el candidato que gana una mayoría
simple del voto popular en Texas, recibe los 34 votos electorales de esa
entidad (se espera que Bush gane su propio estado). O el que gane la mayoría
simple del voto popular de California o Nueva York (en este caso, se espera
que será Kerry) se llevará los 55 o 31 votos electorales,
respectivamente, de estos estados. El que pierda, aunque sea por unos cuantos
votos, pierde todos los votos electorales de esa entidad.
Kerry y Bush han acumulado, según las tendencias
registradas, mayorías en suficientes estados para obtener unos 225
votos electorales cada uno. Para ganar la presidencia, un candidato necesita
270 de los 538 votos totales. Si las tendencias continúan así,
Florida y Ohio combinados ofrecen los votos necesarios para otorgar el
triunfo a uno de estos candidatos. Más allá de esto, hay
diversas combinaciones en triunfos estatales que podrían resultar
en un triunfo nacional.
Por lo tanto, hay varios escenarios electorales posibles
al culminar este ejercicio. Los dos candidatos podrían quedar empatados
con 269 votos electorales cada uno y, en ese caso, la Constitución
establece que la Cámara de Representantes determina al ganador (en
este caso, sería Bush por la mayoría republicana en la cámara).
Otro escenario es una repetición de lo ocurrido hace cuatro años,
cuando el candidato demócrata Al Gore ganó la mayoría
del voto popular nacional, pero Bush triunfó en el colegio electoral.
También hay un escenario donde el voto es tan cerrado y disputado
en estados claves como Florida, Ohio y Pensilvania que no habrá
ganador para la noche del martes, y el proceso podría alargarse
días, semanas e incluso meses a causa de demandas legales, recuentos,
y disputas sobre votos. No se puede descartar que la Suprema Corte, y no
el electorado, decida otra vez la elección presidencial tal como
en 2000.
Las otras elecciones
Este martes el electorado también votará
las 435 curules de la cámara baja y un tercio (34 de los 100 miembros)
del Senado. La mayoría de los expertos pronostica que los republicanos
mantendrán el control de la cámara, donde ahora gozan de
una mayoría de 227 contra 205 sobre los demócratas. Pero
no se descarta la posibilidad de un cambio en el Senado, donde los republicanos
actualmente gozan de una mayoría de 51 contra 49 sobre los demócratas.
También hay todo tipo de referendos en varios estados,
incluida la Propuesta 200 en Arizona, parecida a la Propuesta 187 de California
hace una década, que busca imponer límites al acceso de servicios
sociales y médicos a los indocumentados entre otras medidas consideradas
antinmigrantes. Según sondeos, se espera que esta inciativa sea
aprobada por el electorado de Arizona. Hay 11 estados con iniciativas sometidas
al voto popular para prohibir el matrimonio gay. Además,
hay más de 150 iniciativas de todo tipo en varios estados que estarán
ante los votantes este martes.
Pero el enfoque es la contienda presidencial. Entre acusaciones
de fraude, intimidación, problemas técnicos, maniobras políticas
para promover y suprimir el voto, y millones de voluntarios, activistas,
evangelistas, sindicalistas y abogados dedicados a inclinar esta elección
hacia uno u otro de los dos candidatos, culminará esta elección.
Por primera vez, ningún experto, ningún encuestador, y muy
pocos apostadores se atreven a pronosticar el resultado; o si habrá
resultado esta noche.
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