México D.F. Miércoles 27 de octubre de 2004
Se presentará mañana en el teatro
Metropólitan
Musicalmente soy constante, no sobreviviente, afirma
Vicentico
ARTURO CRUZ BARCENAS
El
barrio es la patria, donde uno se siente en paz, expresó Vicentico
(mote sacado de la telenovela El derecho de nacer, del personaje
Albertico, que se modificó a Vicentico), ex líder y voz de
Los Fabulosos Cádillacs, durante la presentación de su disco
(Los rayos), segundo luego de la separación del grupo argentino.
Consideró a su nueva producción "más
certera que la anterior -de título homónimo, de 2002-; es
espontánea y todo, pero es un poco más temerosa", añadió.
Vicentico es protagonista indiscutible de la historia
del rock-pop latinoamericano de los recientes 20 años. Comenzó
su carrera en 1985, cuando con un grupo de amigos fundó Los Fabulosos
Cádillacs, que culminó su trayectoria en 2001.
Su disco Los rayos incluye su versión del
popular vallenato Los caminos de la vida (de Omar Antonio Gelez
Suárez), "que escuché por primera vez en México, hace
unos 10 años, en una gira con Los Fabulosos Cádillacs. No
sé si en una pulquería. Estaban dos señores borrachos
escuchándola en una vitrola. La ponían y la ponían,
sin parar, toda la noche.
"La canción se me quedó grabada y no volví
a escucharla durante muchos años, pero nunca me olvidé de
ella. Era muy difícil encontrarla en Argentina. Conseguí
una versión instrumental muy fea. Con el tiempo la pude bajar de
Internet y no hay modo para mí de describir lo fácil que
fue grabarla y lo fuerte que sonó en mi país.
"Como los partidos de futbol, que uno puede verlos como
la vida, así es esa canción. En Argentina todos somos bastante
fanáticos del futbol, así como de la cumbia."
En el video de Los caminos de la vida, Vicentico
juega una cascarita en su barrio, el cual no ha abandonado, con sus amigos
y su hijo.
A Vicentico se le ven las rodillas con cicatrices, producto
de las zancadillas, de las faltas, de las entradas a rajatabla. La cancha
es una de las millones que existen en los países del llamado Tercer
Mundo: polvorientas, sin marcas de cal, pero donde se juega más
que el honor. "Uno tiene ahí que resolver situaciones, como en la
vida. Igual es una tontería lo que digo, porque es difícil
de explicar. Es, simplemente, un video donde se trata de que tenga algo
que ver con la canción, con un final emotivo."
El disco se llama Los rayos porque "se lo robé
-el nombre- a mi hijo -Florián Fernández Capello, de 9 años
de edad, quien toca el acordeón en el álbum-, quien arma
bandas de rock todo el tiempo y una de ellas se llamaba así. El
nombre me pareció sugerente. Mi hijo cambió el de su grupo
y ahora se nombran Los Viejos Náufragos. Siento que tiene qué
ver con el disco,pues los rayos y las tormentas son cosas que me atraen,
no sé por qué.
"Un rayo es como un pequeño gran gesto de la naturaleza,
muy inmediato, que ilumina por un momento una zona y luego se apaga. A
lo mejor mis canciones, lo que creo es la música popular, son momentos
que, tal vez, duren un tiempo, pero en general sólo iluminan un
momento de la vida. Me alegran al grabarlas, pero desaparecen con facilidad,
más en el mundo en que vivimos ahora, donde la música pasa
rápido. Está bien que sea así".
De los 12 temas, sólo dos no son de su autoría:
Tiburón, de Rubén Blades, y Los caminos de la vida.
Destaca la participación de los invitados especiales: la ganadora
del Grammy Julieta Venegas (acordeón y coros en El tonto),
así como Flavio Cianciarulo y Lucho González.
"Cuando escribo una canción quiero transmitir algo,
deseo que quien la escuche se emocione un poco y revivir el cuerpo y que
se ponga la piel de gallina."
Con su disco, dijo, plantea "un montón de preguntas,
que saco en forma de canciones. Hay, Las armas, que habla sobre
la pelea que damos todo el tiempo entre nosotros... Explicar un tema no
es fácil".
Ser argentino no es algo que le quite el sueño.
"Hay cosas de la Argentina que me encantan; otras que odio y unas más
que no quiero escuchar, o al contrario. Sé que tengo 18 años
haciendo música y no quiero privarme de usar las cosas que voy escuchando.
Pretendo hacer una música difícil de clasificar. En mi disco
no hay ningún ritmo que pueda ser definido. Musicalmente soy un
constante, no un sobreviviente. Tengo tanto por hacer, a mis 40 años."
-¿Qué es el barrio, Vicentico? En Los
caminos de la vida se muestra ese ambiente.
-El video se filmó a 10 cuadras de mi casa, con
chicos que juegan futbol conmigo todos los miércoles. Ahí
sí que el barrio es la patria, con la gente que uno conoce, donde
te sentís cómodo, aunque últimamente Buenos Aires
se puso muy complicada como ciudad, muy violenta, lo cual no sucedía
hace 10 años. En esos barrios hay mucha violencia.
"El barrio es lo que uno quiere, donde uno se siente en
paz, tranquilo. Nací en ese barrio y sigo ahí, desde hace
40 años. Ahí me gusta volver y no me quiero ir".
-¿Qué es lo que no le gusta de los argentinos?
Hay arquetipos.
-Infinitas cosas. Somos un país muy complicado,
de locos; por lo menos yo siento eso estando allá. No me gusta que
no sabemos lo que queremos; es lo que más bronca me da, que no nos
entendamos entre nosotros. No me gusta que no pensemos para adelante...
la verdad... es tanta...
-¿le caen mal, gordos?
-¿Por el sobrepeso? No. Me caen gordos muchos.
Todo lo que tenga que ver con la política, en el mundo y en Argentina.
Me cagan la mentira, la hipocresía, el robar, cómo hemos
ido robando año tras año. Puedo odiar al tipo que roba, pero
más el haberme dejado violar mi seguridad, mi vida de esa manera.
Nos dejamos pisotear.
Estará en México el 28 de octubre para dar
un concierto en el teatro Metropólitan, a las 21 horas. "Venir acá
es una aventura; es como salir de cacería. Me daría mucha
pena no cantar piezas de Los Fabulosos Cádillacs -el grupo paró
en un momento de mucha creatividad y ninguno de los que lo formamos cerró
la puerta, pero aún tenemos que hacer un poco de camino solos-.
Matador la toqué en España hace poco", precisó.
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