Plagas y enfermedades por especies invasoras, frentes en los que también se colaborará

América del Norte aglutinará esfuerzos para combatir los incendios forestales

Se promoverá esquema de madera certificada, anuncia el presidente de la Conafor

ANGELICA ENCISO L. ENVIADA

Boca del Rio, Ver., 26 de octubre. Frente a los graves daños que en América del Norte han ocasionado los incendios forestales, que se reflejan no sólo en la pérdida de masa forestal, sino también en que las emisiones de gases favorecen el cambio climático global, en la región se trabajará de manera conjunta en su combate, señalaron los responsables del sector forestal de la región.

En la 22 reunión de la Comisión Forestal de América del Norte (Cofan), integrada por México, Estados Unidos y Canadá, se presentó como uno de los principales temas de preocupación en la zona lo relacionado con los siniestros en los bosques, ya que tan sólo en 1995 Canadá perdió por esa causa 7.2 millones de hectáreas, Estados Unidos registró en 2000 88 mil incendios que afectaron 3.2 millones de hectáreas, y en México en 1998 se presentó la cifra récord de 14 mil 500 incendios, que dañaron 850 mil hectáreas.

El jefe del Servicio Forestal de Estados Unidos, Dale Boswort, explicó en conferencia de prensa que los incendios representan un serio problema para los recursos forestales. Dificultad que es seguida por plagas y enfermedades, aspectos en los que se busca trabajar de manera conjunta con las otras naciones de la región.

Aseveró que también las especies invasoras representan un problema en el área, ya que provienen de otras regiones y afectan el hábitat natural de la zona, llegan a formar malezas o plagas difíciles de controlar. Puntualizó que en su país, tan sólo en combate de incendios forestales, el gasto anual es de mil millones de dólares; en México se destinan apenas 165 millones de pesos, alrededor de 16 millones de dólares.

Estados Unidos es el país que mayores recursos destina al rubro forestal, 4 mil millones de dólares, y tiene una superficie boscosa de 300 millones de hectáreas; Canadá cuenta con 400 millones de hectáreas y canaliza recursos públicos por 150 mil dólares canadienses, mientras que México orienta 2 mil 100 millones de pesos, unos 200 millones de dólares, para 141.7 millones de hectáreas, 72 por ciento de la superficie total del país.

Brian Emmett responsable del sector forestal en Canadá, sostuvo que allá, al igual que en los otros dos países de la zona, la principal preocupación la constituyen los siniestros en los bosques, además de que se busca que la industria maderera mantenga su competitividad, ya que este país es el principal exportador de madera.

En comparación con Canadá, México es gran importador de productos forestales, por un valor aproximado de 6 mil millones de dólares, expresó por su parte el director de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), Manuel Reed Segovia. Agregó que el trabajo en el sector en la región se centrará en los combates a incendios y en el control de plagas y enfermedades, además de que se promoverá el esquema de madera certificada, ya que hasta ahora apenas en 500 mil hectáreas, sobre todo en Oaxaca, se producen artículos maderables bajo este mecanismo.

Por su parte, el comisionado forestal de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), Hosni El-Lakany, expresó que también en el resto de América existe preocupación por los incendios forestales, aunque en esa zona existen extensas zonas sobreaprovechadas. Dijo que de esta reunión se obtendrán acuerdos que después serán negociados a escala ministerial y se llevarán al seno de Naciones Unidas.

El coordinador de Conservación y Restauración de la Conafor, Oscar Estrada, al presentar los avances del grupo de trabajo sobre incendios, dijo que el promedio anual de siniestros en Canadá es de 8 mil, con daños a 2.7 millones de hectáreas; en Estados Unidos son 69 mil, con afectación de 1.6 millones de hectáreas, y en México son 6 mil 500 casos, que perjudican 200 mil hectáreas.

Agregó que los incendios no sólo afectan por la pérdida de ecosistemas, sino también provocan que se destinen mayores recursos a la recuperación de los suelos y contribuyen al cambio climático, ya que se forma un círculo: aumentan los siniestros a causa de ese fenómeno y también contribuyen a él.