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México D.F. Miércoles 27 de octubre de 2004
Las últimas obras del pintor italiano
se exponen en el Museo Capodimonte de Nápoles
El final trágico de Caravaggio, en una exposición
AFP
Napoles, Italia, 26 de octubre. Las últimas
obras del gran maestro italiano Caravaggio, cuyo realismo y crudeza revolucionaron
la pintura del siglo XVII, son expuestas actualmente en el Museo Capodimonte
de Nápoles, en una muestra que deja intuir el final trágico
de uno de los padres del arte europeo.
Bajo
el título Caravaggio, últimos años, 1606-1610,
han sido expuestas por primera vez, juntas, 20 obras maestras del artista,
nueve copias de versiones perdidas y cinco nuevas atribuciones, realizadas
en los últimos cuatro años de su vida, tras haber huido de
Roma por haber asesinado a un compañero de juego de cartas en una
riña callejera.
La muestra, que permanecerá abierta hasta el 23
de enero de 2005, para pasar luego a la National Gallery de Londres, es
en realidad un recorrido impactante y de enorme fuerza pictórica
en el que aparece la creatividad como arma salvadora del artista que murió
de malaria cuando sólo tenía 37 años, después
de una vida azarosa, entre antros y borrachos.
"Crear arte era el único instrumento que lo podía
rescatar. En sus últimos años de vida pintó muchísimo,
cerca de 40 cuadros, aunque sólo se conoce la mitad. Obras de grandes
dimensiones con la esperanza de obtener la gracia del pontífice",
aseguró Nicola Spinosa, curador de la muestra.
Tras la fuga de Roma, Michelangelo Merisi, llamado Caravaggio,
nacido en 1573 y fallecido en 1610, se refugió en Nápoles,
luego en Malta, donde realizó obras enormes, intensas y espectaculares,
entre ellas el retrato de Alof de Wignacourt, Gran Maestro del Orden de
Malta, expuesto en Nápoles.
En Malta, Caravaggio, con su carácter difícil
e inquieto, vuelve a protagonizar una riña por lo que decide huir
de nuevo de la cárcel para regresar a Italia, a Sicilia, ciudad
donde le encargan cinco obras, las cuales son expuestas como nuevas atribuciones
en el museo napolitano.
"Este pintor tiene el cerebro enfermo. Se acuesta vestido
y armado", escribió en un apunte Niccolo Giovanni, noble siciliano
para el que pintó un Ecce Homo, perteneciente actualmente
a una colección privada y expuesto por primera vez al público
en Nápoles.
De las últimas creaciones del gran maestro del
claroscuro, cuyo estilo atrevido y crudo lo convirtieron en un icono del
arte, faltan pocos cuadros, como el Bautista degollado de Malta
y la Natividad, cuadro que fue robado en 1969 en Palermo al parecer
por la mafia siciliana y del que se exhibe una copia realizada por Pablo
Gerasi en 1927.
En ese mismo periodo, el artista renuncia a los colores
espléndidos y emplea una lengua más esencial, dando mayor
espacio a la oscuridad y a los detalles de rostros, manos, expresiones,
momentos especiales, casi como en una fotografía.
Nacen pinturas como la Anunciación, del
Museo de Bellas Artes de Nancy (Francia), el David con la cabeza de
Goliat, de la Galería Borghese de Roma, la Negación
de Pedro, del Metropolitan de Nueva York, telas reunidas en el Capodimonte
y que estaban aún frescas cuando decidió partir hacia Roma
con la promesa de que iba a ser perdonado por el Papa.
La leyenda cuenta que el maestro, aquejado por la fiebre,
murió solo en los pantanos de Porto Ercole, a pocos kilómetros
de Roma. Tenía bajo el brazo dos óleos, uno de la Virgen
Magdalena y el otro de San Juan Bautista, los cuales fueron destruidos
por los gallinazos.
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