México D.F. Martes 26 de octubre de 2004
Cumple 50 años de caricaturista y su
personaje Mafalda cuatro décadas
Deplora Quino ''el retorno del imperialismo y el oscurantismo''
A la izquierda no sólo en América Latina,
sino en todo el mundo, no la veo, expresa
Se mantiene fiel a la temática que en el fondo
es la relación entre débiles y poderosos, dice
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
Mi trabajo, expresa Quino, ''es una forma de desahogarme
de toda la tristeza, la angustia que me produce toda esta situación
que atravesamos. Nos encontramos ante una vuelta a un imperialismo que
no conocíamos desde hacía mucho tiempo y a un oscurantismo
y una pérdida del pudor por parte de ciertos políticos de
cuáles son los objetivos".
Quino es un caricaturista que equilibra diversión
y reflexión. Lo ha hecho durante 50 años con personajes inolvidables
como Mafalda, quien este 2004 cumple cuatro décadas de tratar
que el mundo sea mejor.
Antes de viajar a Monterrey para participar en la Feria
del Libro, el dibujante habla de su trabajo, de Mafalda, del cine,
de Mafalda, de sus creencias, de Mafalda, de política,
de Mafalda, del socialismo, de Mafalda, de la izquierda,
de Mafalda, de Cuba, de Mafalda, de su nuevo libro De
viaje con Quino (Tusquets), de Mafalda, de los cambios en el
mundo, de Mafalda, de su coherencia ideológica, de Mafalda...
Por un equilibrio temático
Los
políticos, prosigue Quino, ''siempre han tratado de mantener más
o menos una posición caballeresca, pero ya nadie duda que toda esta
guerra en Irak está hecha por el petróleo, no hay otras excusas;
por eso trato de hacer lo que puedo. Los dibujantes de humor nos encontramos
en la posición de que si tocamos temas tan trágicos como
la guerra, la gente nos reprocha: '¿cómo podemos hacer humor
con temas así?'
''Si no los tocamos, nos dicen: 'bueno, pero ¿es
que entonces no te interesa nada la guerra en Irak?', así que debemos
mantener un equilibrio temático. El problema es encontrarlo. No
amargar la vida a las personas y tratar de que más o menos se diviertan,
pero sin olvidarse de los problemas que sufrimos todos."
A veces la creación resulta difícil porque
se debe encontrar el tema. ''Estamos tan invadidos de tantos hechos trágicos
que no dan tiempo de pensar.
''No te repones de lo que está pasando, por ejemplo
en el colegio en Rusia, cuando ya enseguida te cae otra noticia de no sé
cuántos niños muertos, más la situación entre
palestinos e israelíes. No nos dejan respirar de malas noticias
y una novedad absoluta es esta de ver degollar gente por televisión.
¿Qué es esto? Es una cosa que sobrepasa todo lo que uno estaba
acostumbrado a ver hasta ahora.''
Las personas ya no creen en ideales políticos ''y
a la izquierda, no sólo en América Latina sino en todo el
mundo, no la veo. No sé dónde está. La izquierda siempre
se ha distinguido por ser de un ideal político, y en este momento
el mundo ha perdido casi completamente los ideales políticos, han
sido remplazados por una economía salvaje.
''Poco a poco se ha ido acercando al centro para tratar
de no perder votos y me parece un gran error. La izquierda debería
ser tan combativa como lo ha sido."
Y sin embargo, considera que las utopías no se
han perdido; es una obligación no hacerlo, porque ''es como la fe
en el futuro de la humanidad. No hay que perderla por más que uno
dude de cuándo el hombre encontrará la inteligencia de no
seguir cometiendo los mismos errores. Dentro de todo uno piensa que se
está mejor que antes de la Revolución Francesa. Lo que es
que siempre cuesta tanta sangre tanta muerte que cuesta admitirlo, pero
llegará un día en que el ser humano encontrará cierta
calma."
Creyente del socialismo
Joaquín Salvador Lavado Tejón nació
en Mendoza, Argentina, en 1932, pero lo llamaron Quino para distinguirlo
de otro pintor y caricaturista, su tío Joaquín Tejón.
Quino no se siente orgulloso de nada porque para él
cualquiera de sus caricaturas podría haber sido mejor.
Tampoco cree en nada, o casi nada. ''No sé en qué
creo, no me propongo creencias, sino seguir haciendo cada día lo
que he hecho en estos 50 años. No tengo creencias religiosas, pero
sigo creyendo en el socialismo porque me parece que 70 años de experimento
son muy poco en la historia de la humanidad.
''Espero que algún día se logre una equidad
social como la que aparentemente proponía el socialismo, sólo
que el ser humano con sus ambi-ciones de poder y sus corrupciones termina
echando a perder todo. Espero que aparezca alguna vez un sistema que funcione."
Cuba, como país socialista, representa ''un afecto
muy grande, también una herida muy grande. Pese a algunos errores
es un país digno sobre todo si miramos cómo se vive alrededor
de esa isla y cómo viven los demás países".
Al hacer un balance de sus cinco décadas de trabajo
con monitos, que se festejan con exposiciones en Italia y Argentina, hay
algo que le sorprende: ''Mi coherencia ideológica. En 50 años
me he mantenido siempre fiel a una temática que en el fondo es la
relación de los débiles frente a los poderosos".
No importa si sus caricaturas son de hace cinco, 20, 45
o 50 años, parece que las hizo ayer y eso ocurre con todos sus personajes,
no sólo con Mafalda cuyos temas siguen vigentes a 40 años
de su creación aunque eso, dice Quino, ''me deprime un poco.
"Yo mismo me sorprendo cuando leo alguna tira de las que
he hecho hace tantos años de que los problemas sigan sin cambiar
y que se entiendan; parecen tiras dibujadas ayer y eso no me gusta mucho."
Y sin embargo una de las formas de enfrentar la situación
es el arte y eso se notó en Argentina con la crisis económica
de 2001. En ese momento, recuerda el caricaturista, estaban los problemas
económicos y al mismotiempo había una gran oferta y demanda
de actos culturales, espectáculos gratis, etcétera.
''Evidentemente las personas necesitan de esto no para
distraerse sino para aliviar un poco los problemas cotidianos. No es que
las artes soslayen los problemas de la humanidad ni mucho menos, pero son
una manera de ver la realidad desde un ángulo fuera de lo común,
entonces el arte ayuda a sobrellevar esos momentos."
Transmigraciones étnicas
Toca el turno a su nuevo libro De viaje con Quino,
una idea que nació no del dibujante sino del Club de Turín.
Es un libro de viaje a lo que fuimos y a lo que somos presentado mediante
la reflexión de distintos personajes y, aunque Mafalda ocupa
una parte importante del texto, también se hace un recorrido de
la mano de cavernícolas, músicos, matrimonios, tenderos y
restaurantes.
Hoy más que viajes existe las transmigraciones
étnicas, agrega Quino, ''como siempre las ha habido, pero ahora
son muy notorias, importantes, algunas imparables como lo que está
sucediendo con estas naves, estos barquitos que llegan con todas esas personas
de los países del Este o de Africa. Muchos de esos barquitos se
hunden, mueren muchas personas. Y esto más que viajar es necesidad
de sobrevivir".
Hay gente que viaja por placer, por supuesto, pero también
el placer de viajar se ha convertido en una pesadilla por lo que está
pasando. Y luego si tomamos en cuenta la definición de inmigrante,
que es la persona que va de un país a otro para trabajar, también
sería posible tratar como inmigrantes a las tropas estadunidenses
en Irak porque se desplazaron de un país a otro para trabajar, pero
es un tipo de migración sumamente molesta".
Lo que me sigue empujando a seguir con mi trabajo, subraya,
es saber que hay muchísima gente que se siente identificada con
lo que hago. Me gusta mucho cuando viene una madre y me dice: "mi niño
no quería leer nada de nada y entonces le di un librito suyo, se
entusiasmó y desde ese día lee de todo. Me siento con un
compromiso que no puedo abandonar. Eso es lo que me impulsa a seguir trabajando".
El viaje de Quino continúa esta semana en la ciudad
de México: este martes a las 18 horas estará en la librería
Gandhi (Miguel Angel de Quevedo 121) y el miércoles a las 19 horas
en el Palacio de Hierro en Plaza Moliére (avenida Moliere 222, colonia
Polanco).
El sábado 30 estará en Monterrey en el encuentro
Mano a mano/Mono a mono con el caricaturista mexicano Eduardo del Río,
Rius, a las 13 horas en la Feria del Libro, que se realiza en Cintermex.
Este acto se desarrollará de las 13 a las 14 horas
y después Quino firmará libros de las 18 a las 20 horas.
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