México D.F. Lunes 25 de octubre de 2004
Asegura que su postulación en Tlaxcala
"abrió brecha a un movimiento de género"
Soy parte del equipo de Sánchez Anaya y no está
en tela de juicio: Ramírez García
LA JORNADA DE ORIENTE CORRESPONSAL
Tlaxcala, Tlax., 22 de octubre. Maricarmen Ramírez
García está segura de varios aspectos: que es una mujer muy
ambiciosa, y que el proceso electoral local seguirá la ruta de los
tribunales donde finalmente se definirá al ganador de los comicios
del 14 de noviembre; pero el principal es que con su "tenacidad" por ser
candidata al gobierno ha abierto brecha a un "novedoso movimiento de género".
Precisamente su ambición la ha llevado al lugar
que ahora ocupa: es el centro de atención no sólo de Tlaxcala,
sino del país. "Todos saben que soy la esposa del gobernador y aspiro
a dirigir el destino del estado durante los próximos seis años.
Y sí, soy ambiciosa, porque quiero que haya empleo y oportunidades
iguales para todos, que no haya discriminación, que los jóvenes
tengan otras expectativas, que Tlaxcala sea un estado y una sociedad con
convivencia. ¡Esas son mis ambiciones!"
En
entrevista con La Jornada de Oriente, la candidata de la Alianza
Democrática que conforman el Partido de la Revolución Democrática
y el partido Convergencia ("de los que necesito apoyo para ganar, porque
sola no puedo") acepta que tener tantas ambiciones le ha costado superar,
durante los últimos tres meses, "un proceso de aceptación,
comprensión y reflexión de que puedo llevar un proyecto más
allá de ser la esposa del gobernador, porque he trabajado en el
estado desde hace 20 años".
-Desde hace tiempo la actividad política de Maricarmen
Ramírez se ha asociado con Alfonso Sánchez Anaya. ¿Cómo
diferenciar su proyecto del de su esposo?
-En este momento ya no estoy tan preocupada como estaba
hace tres meses de cómo diferenciar que tengo pensamiento propio,
que tengo independencia, que soy una persona con un proyecto de partido,
al que por supuesto imprimiré mi propio estilo sobre los principios,
postulados y programas que tenemos y que coinciden con mi ideología,
mi formación de ciencias políticas, de una mujer universitaria,
de una periodista con compromiso social y con gran actividad en Tlaxcala
en mis años mozos, donde he aprendido muchísimo. Eso hace
mi independencia, eso hace que Maricarmen Ramírez sea como es.
Pero hay algo que no puede negar y, es más, hasta
lo acepta: "yo formo parte del equipo político de Alfonso (Sánchez
Anaya) y eso no está en tela de juicio, porque es diferente, pues
así como hablaban del equipo y la generación de (Emilio)
Sánchez Piedras -quien por cierto es tío del actual gobernador-,
yo puedo hablar ahora de la generación de Sánchez Anaya a
la que, desde luego, pertenezco".
A pesar de ser ahora pieza clave del equipo sanchezanayista
para mantener el poder con miras a un proyecto de 30 años, la senadora
con licencia afirma que a partir de 2000, cuando fue postulada a un escaño
en la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión, "marqué
una distancia y lo único en que coincido con mi esposo es que tenemos
un contrato civil de matrimonio, porque no soy su clon y porque en el mundo
no hay dos personas iguales".
Agrega: "cada quien tiene su propio pensamiento y su propia
cabeza. Yo no puedo concebir que hoy en día la gente diga que Maricarmen
piensa igual que Sánchez Anaya, que va a ser igual que él
en todo y ante cualquier problema. ¡No!, ¡no! En primer lugar
porque las condiciones y el momento histórico que estamos viviendo
cambia día a día, y en segunda porque cada quien tiene un
proyecto distinto. El tiene su trayectoria, yo tengo la mía y no
son comparables".
"Mis aspiraciones políticas, inéditas"
Protagonista central de la "telenovela Tlaxcala", Ramírez
García insiste en aclarar que sus aspiraciones políticas
"son inéditas" porque nunca un cónyuge, hombre o mujer, había
intentado luchar por llegar al cargo que ostentó su pareja en un
gobierno estatal, lo cual, asegura, no significa una relección porque
"en México ninguna ley lo permite y porque se trata de dos personas
y dos momentos diferentes. ¡Ni con George Bush padre ni el hijo ha
habido relección!", afirma.
Es más, considera que toda la polémica causada
por sus aspiraciones, lejos de debilitarla "ha servido para desmarcar una
persona de otra y un político de otro. Después de todo lo
que tuve que vencer me ha consolidado como política. Pero hay que
resaltar un hecho real: esta batalla no la he emprendido sola, sino con
mi equipo y muchos ciudadanos, simpatizantes y militantes del partido que
reconocen mi liderazgo".
-En este proceso para convertirse en candidata ¿cómo
comparte lo que ha pasado con las mujeres que la ven, como usted misma
dice, como mujer líder y luchona?
-Es sorprendente lo que estoy viviendo con respecto a
mi género. Voy abriendo brecha porque las mujeres estamos proyectando
un liderazgo, que ahora tengo yo, sin presunción y con humildad.
Y eso significa una gran responsabilidad hacia mi género: abrir
más opciones y ser reconocida a cabalidad por la capacidad y el
compromiso social que tenemos las mujeres en el trabajo y la honestidad.
Agrega: "la mujer tiene muchos capacidades y liderazgo;
cuando hay una mujer líder se crea un mayor poder de convocatoria
hacia la misma sociedad y eso se puede revisar en la historia. Todo lo
que he vivido es doblemente difícil para cualquiera que estuviera
en mi caso. Es más, si mi marido estuviera buscando la candidatura,
sufriría la mitad de lo de lo que yo lo he pasado, por difícil".
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