México D.F. Lunes 25 de octubre de 2004
Debacle del Partido Colorado; sólo 10%
de intención de voto
Por primera vez el sector rural podría votar
por la izquierda en Uruguay
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos
Aires, 24 de octubre. La febril actividad de los residentes uruguayos
(más de 300 mil) en distintos barrios de Buenos Aires y la algarabía
de las murgas (grupos de músicos callejeros que aluden a
sucesos políticos y sociales), que han traído un aire de
carnaval en estos días, reflejan como espejo los sucesos en Uruguay,
donde la mayoría de los sondeos señalan un posible triunfo
en primera vuelta de Tabaré Vázquez, candidato de la coalición
Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva Mayoría (En-FA-NM), el
próximo 31 de octubre.
Las encuestas anticipan, en todo caso, que Vázquez
se colocará a la cabeza con entre 47 y 55 por ciento de los votos,
seguido muy de lejos por Jorge Larrañaga, del Partido Nacional (Blanco)
con entre 26 y 34 por ciento. Si Vázquez obtiene 50 por ciento más
uno de los sufragios no tendrá que medir fuerzas en segunda vuelta.
En estas elecciones una de las mayores novedades en la
política uruguaya es que por primera vez el Frente Amplio y sus
aliados han logrado desplazar al antiguo conservadurismo de los sectores
rurales. Varias encuestas indican que los sectores del campo, históricamente
ligados al voto conservador están decidiendo por el cambio, por
primera vez. El departamento de Canelones, donde mañana la alianza
frenteamplista cerrará campaña para el interior del país,
revela que 52 por ciento de los votos favorece al EP-FA-NM, y sólo
26 por ciento a los blancos. En Uruguay se dice que el que gane Canelones
gana en el país.
Otro dato significativo es la debacle del Partido Colorado
habituado a gobernar desde 1830 con escasas interrupciones y siempre dentro
del marco bipartidista compartiendo el poder de alguna manera con el Partido
Blanco. En los sondeos los colorados aparecen con 10 por ciento de intención
de voto, la cifra más baja en su historia.
El candidato presidencial colorado Guillermo Stirling,
ministro del Interior durante los últimos seis meses del gobierno
de Julio Sanguinetti, es en estos momentos el político más
solitario y casi abandonado por la prensa en la campaña, ya que
todos consideran que está fuera de toda posibilidad de llegar en
un segundo lugar.
El saliente presidente Jorge Batlle, además deja
heridas abiertas con diversos gobiernos del área, incluidos Argentina
y Brasil, y también para todo el Mercado Común del Sur (Mercosur),
al que constantemente obstaculizó.
La crisis de 2002 se llevó 80 por ciento de las
reservas nacionales, más de 11 por ciento de las riquezas, y disparó
el desempleo a 20 por ciento, con su consiguiente aumento de pobreza e
indigencia.
Durante la votación del próximo 31 de octubre
además se ha incorporado un plebiscito muy importante para Uruguay
y toda la región. Los uruguayos decidirán si aprueban una
enmienda constitucional que impida la privatización del abastecimiento
y del saneamiento hídrico. Se trata de una reforma al artículo
47 constitucional, donde se deberá estipular que el agua es un derecho
humano y no una simple mercancía sujeta al mercado.
También esto marcará un precedente para
todo el Cono Sur, especialmente los países que comparten con Uruguay
el Acuífero Guaraní, una de los mayores reservas de agua
potable del mundo. Tanto Argentina como Brasil y Paraguay podrían
también incorporar un artículo en defensa del agua en el
subsuelo, que ha convertido a la Triple Frontera en un objetivo de Estados
Unidos y las transnacionales, ya que en toda esa zona se extiende el acuífero,
un recurso natural estratégico. Los sondeos indican que más
de 65 por ciento de uruguayos votará en favor de la enmienda y en
este caso tanto Tabaré Vázquez, como Jorge Larrañaga,
están a favor de la enmienda.
En tanto los colorados y algunos poderosos empresarios
rechazan la consulta, bajo el argumento de que se "trata de un pésimo
mensaje para los inversionistas".
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