México D.F. Lunes 25 de octubre de 2004
Oficiales de seguridad señalan como posibles
responsables a combatientes de Zarqawi
Ejecutan rebeldes a 48 reclutas del ejército
iraquí cerca de Baquba
Muere diplomático de EU durante un ataque con
morteros cerca del aeropuerto de Bagdad
Ante la ola de violencia políticos de Irak dudan
que pueda haber elecciones el próximo enero
KIM SENGUPTA THE INDEPENDENT
Basora,
24 de octubre. Un grupo de 48 reclutas del ejército iraquí
fue objeto de una matanza en uno de los peores actos violentos de la actual
insurgencia, el cual pone de relieve la desintegración de la seguridad
en el país apenas una semana antes de las elecciones en Estados
Unidos.
La emboscada, captura y asesinato de los uniformados contradice
gravemente las afirmaciones del presidente estadunidense George W. Bush
de que la situación en Irak mejora y de que el gobierno que se forme
después de las próximas elecciones será capaz de proporcionar
estabilidad suficiente para que las fuerzas estadunidenses y británicas
comiencen a retirarse del país.
El ataque a los reclutas tuvo lugar cerca de Baquba, 65
kilómetros al noreste de Bagdad, parte del llamado triángulo
sunita en el que soldados británicos procedentes de Basora comenzarán
a desplegarse en las próximas 48 horas.
Este domingo los soldados, pertenecientes al célebre
regimiento escocés Guardia Negra, asistieron a su último
servicio religioso antes del traslado a la zona de Iskandariyah, cerca
de Bagdad, para ayudar a las fuerzas estadunidenses a preparar el asalto
a Fallujah.
La matanza se considera también un paso significativo
en la creciente disposición y confianza de los militantes. Si bien
cientos de personas han perecido en ataques con bombas y morteros, es la
primera vez que se lleva a cabo una operación planeada con un número
tan alto de bajas.
Los cuerpos de los soldados, que estaban desarmados, fueron
descubiertos al lado de un camino remoto. Los militantes los hicieron tenderse
boca abajo en el suelo y luego los ejecutaron de un balazo en la nuca.
Oficiales de seguridad iraquíes señalaron
la probabilidad de que combatientes encabezados por el jordano Abu Masub
Zarqawi, el grupo que capturó y decapitó al británico
Kenneth Bigley, hayan tomado parte en esta operación.
El descubrimiento de los cadáveres ocurrió
en otro día de muertes en todo Irak. Ed Seitz se convirtió
en el primer miembro del personal diplomático estadunidense en Irak
que fallece en una acción bélica desde la invasión
al país, durante un ataque con morteros al Campo Victoria, base
militar fuertemente resguardada cercana al aeropuerto. Otras cinco personas
murieron al continuar los ataques aéreos estadunidenses en Fallujah.
Seitz, especialista en seguridad del Departamento de Estado,
colaboraba en la planeación de medidas de protección para
funcionarios estadunidenses. El año pasado investigó el intento
de asesinato en Bagdad del subsecretario de la Defensa Paul Wolfowitz,
considerado uno de los arquitectos de la invasión.
El secretario de Estado Colin Powell declaró en
Washington: "la muerte de Ed es una trágica pérdida para
mí en lo personal, y para todos sus colegas en el Departamento de
Estado. Ed Seitz murió sirviendo a su patria y por la causa de la
libertad para otros. No existe un sacrificio más noble".
John D. Negroponte, embajador estadunidense en Irak, manifestó:
"(Ed) vino a Irak, como sus compatriotas, a ayudar a los iraquíes
a derrotar al terrorismo y la insurgencia, a establecer la democracia y
reconstruir la economía".
Sin embargo, los incipientes ejército y policía
iraquíes son los que están llevando la peor parte de los
ataques insurgentes, y la matanza de este domingo fue un golpe devastador
a una fuerza cuya moral de por sí está por los suelos. El
sábado dos ataques suicidas contra la policía y la guardia
nacional costaron la vida a 20 personas. La semana pasada nueve policías
que volvían de un adiestramiento en Jordania fueron asesinados cuando
su minibús fue emboscado al sur de Bagdad.
Ha habido persistentes informes de que los insurgentes
se han infiltrado en el recién formado aparato de seguridad iraquí,
y reciben adiestramiento y armas de los estadunidenses y los británicos
mientras preparan ataques contra otros miembros de ese cuerpo. Este domingo
un alto oficial aseguró que la emboscada a los reclutas fue resultado
de la colusión.
Los hombres iban en cinco minibuses camino a sus hogares
en las ciudades de Amara y Kut desde una base de adiestramiento operada
por los estadunidenses fuera de Mandali, en el este del país, cerca
de la frontera con Irán. Habían entregado sus armas en la
base y vestían de civil.
Fueron detenidos en un estrechamiento del camino entre
Baladruz y Badra, en la provincia de Diyala, por insurgentes disfrazados
de personal de seguridad en un retén falso, entre 3 y 5 de la tarde
del sábado. Los pistoleros dispararon a las llantas de los autobuses
y lanzaron granadas impulsadas por cohetes a los motores de los primeros
dos vehículos.
Los reclutas fueron llevados en grupos de 12 al lado del
camino, los obligaron a quitarse los zapatos y a tenderse en el suelo,
donde los mataron con disparos en la nuca.
Aqil Hamid Adili, gobernador suplente de Diyala, señaló:
"Hubo colusión. De otro modo los hombres armados no hubieran obtenido
la información sobre la partida de los soldados del campo de adiestramiento,
la ruta que tomarían y el hecho de que iban desarmados".
Ali Kaaki, comandante de la Guardia Nacional iraquí,
añadió: "Estos hombres fueron ejecutados. Lo hicieron para
que sirviera de escarmiento. Los insurgentes pudieron haberse limitado
a atacar los autobuses y matar a los pasajeros. Pero querían enviar
un mensaje. Los aldeanos llamaron a la policía".
Los políticos iraquíes, inclusive dentro
del gobierno, han comenzado a expresar dudas de que con el aumento de los
ataques puedan realizarse elecciones en enero. Naciones Unidas, que supuestamente
tendrá un papel primordial en la organización de los comicios,
según una resolución del Consejo de Seguridad, tiene aún
menos de 40 empleados en el país. Los llamados a países miembros
para que envíen tropas que protejan al personal de la ONU y así
más funcionarios puedan venir, no han producido oferta alguna, excepto
un pequeño contingente de Fiji.
Parece inminente que se produzca más violencia
a gran escala con el previsto asalto estadunidense a Fallujah y la amenaza
de los insurgentes de intensificar su campaña durante el mes sagrado
musulmán del Ramadán.
En vez del esperado retorno de la inversión extranjera
y de las organizaciones de ayuda que se marcharon del país cuando
la violencia aumentó, el éxodo ha crecido con el repunte
de los secuestros, de los cuales Margaret Hassan, directora de la organización
de caridad CARE International, ha sido la víctima más reciente.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
|