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México D.F. Lunes 25 de octubre de 2004
Ana María Aragonés
Migrantes: fortalezas y debilidades
Las elecciones con sus debates son acontecimientos que muestran que el fenómeno migratorio es también marcadamente político y que está adquiriendo cada vez mayor fuerza. El hecho de que en el último debate realizado entre el candidato John Kerry y el presidente George W. Bush, el moderador Bob Schieffer llamara la atención acerca de que había recibido más correos electrónicos en relación con el tema de la migración que sobre ningún otro, es prueba de ello. Y cuando el moderador exhortó a ambos contendientes a exponer su posición al respecto, esto se confirmó por la manera tan cautelosa y superficial con que abordaron la respuesta. El presidente Bush simplemente volvió a insistir en que pondría en marcha su programa temporal y se mantendría el refuerzo en la frontera, pero dejó claro que no piensa proponer la amnistía para los migrantes indocumentados. Kerry lo acusó de no haber hecho nada para llevar a cabo el proyecto de programas de empleo temporal que había prometido, y en su propuesta habló de incrementar el refuerzo policial en la frontera y atacar la contratación de ilegales, y apoyó la amnistía, aunque mencionó "una suerte de legalización" de los trabajadores indocumentados.
Quedó claro que el tema interesa, pues la migración tuvo que ser mencionada, a pesar de la reticencia de los contendientes y de sus ciertamente ambiguas respuestas. A decir verdad, se trata de una verdadera "papa caliente" que tendrá que pasar por una solución política.
Por otro lado, a tres semanas de las elecciones en Estados Unidos aparece un programa en el canal CNN Internacional sobre migrantes indocumentados, que presenta la historia de dos familias de indocumentados y otros dos personajes estadunidenses contrarios a ellas. Y si bien se podrían hacer algunas críticas al programa, lo que destaca es que el tema no es común en la televisión estadunidense. Pienso que la migración indocumentada ha adquirido tal fuerza que se podría estar abriendo la posibilidad de debatir dicho fenómeno en los medios de comunicación, lo que representaría una de las grandes posibilidades para una discusión amplia y democrática.
Habría que añadir que el mayor porcentaje de migrantes indocumentados se encuentra en el estado de California, considerada la novena potencial mundial, con 27 por ciento, comparado con 13 por ciento en Texas, 8 por ciento en Nueva York, 7 por ciento en Florida, 6 por ciento en Illinois y 4 por ciento en Nueva Jersey. Esta bonanza no puede desligarse del efecto positivo que tiene en esa economía la gran cantidad de trabajadores migrantes, tanto legales como indocumentados, que se encuentran laborando en ese estado. Todo ello conforma algunas de las cosas que subrayan la fortaleza de la migración.
Sin embargo, hay una gran diferencia con el interés que suscita México como país en Estados Unidos, centrado primordialmente en el apoyo que México otorgue para reforzar las fronteras, tanto norte como sur, sin importar las formas. Ya sabemos que puede llegar a cualquier extremo, por ejemplo a "balazos", con lo cual se hace una mezcla perversa entre lo que corresponde a un estricto fenómeno laboral y los posibles terroristas. México en su frontera sur aplica un importante refuerzo y, según los datos, es por demás eficiente. De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración, ha deportado de Centroamérica a 187 mil 537 indocumentados, lo que ha costado al país 155 millones de pesos. Además se ha reportado la muerte de 134 trabajadores entre 2002-2003 (La Jornada, 18/10/04). A esto habría que sumar las terribles tragedias que viven estos trabajadores centroamericanos al tratar de pasar la frontera encaramados en el techo del tren por lo que caen, ya sea porque se quedan dormidos o porque pierden el equilibrio. No sólo pueden perder la vida, sino que pueden sufrir la mutilación de sus miembros. ƑDónde está la diferencia con nuestros migrantes? ƑPor qué hacerle el trabajo sucio a Estados Unidos?
Los migrantes son portadores de una gran fortaleza, pero su debilidad radica en la falta de apoyo de las autoridades mexicanas para protegerlos. Los migrantes también son parte de la soberanía nacional. El gobierno mexicano debería elaborar una política migratoria en la que participen, en primer lugar, los propios migrantes, que sea lo suficientemente incluyente para englobar desde las comunidades de expulsión, así como a los propios estados y al ámbito internacional. Es inaceptable la unilateralidad de las propuestas migratorias. El incremento y la importancia de los trabajadores indocumentados articulado con las necesidades de los países receptores hacen absolutamente necesario que los acuerdos tengan carácter multilateral.
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