México D.F. Lunes 25 de octubre de 2004
Gane quien gane, no se prevén grandes cambios en las relaciones con la región, dice
México, y en general AL, fuera del debate electoral en EU: Coatsworth
JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADOS
Boston, 24 de octubre. México y en general América Latina no figuran entre los temas del debate electoral estadunidense y tampoco se perfilan grandes cambios en las relaciones de Washington con el hemisferio, gane quien gane, pero sí hay un gran cambio en la relación bilateral que pocos han percibido, dice John Coatsworth, director del Centro de Estudios Latinoamericanos David Rokefeller, perteneciente a la Universidad de Harvard
''Por primera vez en la historia de la relación México-Estados Unidos, el segundo no puede actuar hacia su vecino de manera que dañe intereses significativos mexicanos sin dañar intereses propios'', afirma el académico en entrevista con La Jornada.
''Creo que el aspecto más interesante y poco reconocido de las relaciones entre ambos países es cómo el poder se ha desplazado tan dramáticamente de Estados Unidos hacia México. La gente que sigue hablando de la asimetría tiene que pensar de nuevo. Eso ofrece a México la capacidad para proyectar poder hacia Washington en función de sus propios intereses de una forma que aún no se está explotando, muy consistente y conscientemente'', subrayó.
Historiador y promotor de numerosos proyectos intelectuales y académicos sobre las relaciones interamericanas, Coatsworth conversa con La Jornada, en sus oficinas en Harvard, sobre la coyuntura electoral en su país y las posibles implicaciones para la política hemisférica.
''Los principales temas de la campaña electoral no se relacionan con América Latina'', y la región no ha figurado en este rubro.''El terrorismo no es el gran tema de las relaciones Estados Unidos-América Latina... esa es la principal preocupación en el debate sobre política exterior.''
Es difícil, indicó, pronosticar las diferencias entre una presidencia de Kerry o Bush en torno a América Latina. ''Para mí, el tema real es si estos dos candidatos tienen una visión de lo que sería la relación Estados Unidos-America Latina si la Casa Blanca tomara en serio la importancia económica y estratégica de la región. Mi conclusión, hasta ahora, es que no la tienen'', señaló.
Si uno piensa en cómo podrían ser las relaciones entre Washington y Latinoamérica en unos 20 años, dijo, probablemente comprendan mayor integración económica, un flujo más libre de personas a través de fronteras, normas más uniformes sobre flujos de comercio y capital, mayor coordinación de políticas monetarias y macroeconómicas. ''Implícito en todo esto -ya que ese futuro serviría a los intereses estadunidenses- está algún compromiso de Washington con el desarrollo social y económico de la región, y ello, para que sea creíble, implica gastar enormes sumas de dinero, lo cual pagaría, claro, con estabilidad, comercio e inversión segura.''
Ni Bush ni Kerry están pensando en estos términos, aunque ambos han dado indicios de que les interesan algunos aspectos, subrayó. Pero a largo plazo, estima Coatsworth, se podría decir que sería más probable que el demócrata se mueva en esta dirección, ya que ''él cree en instituciones internacionales y acuerdos y, al parecer, el candidato republicano no mucho''.
Así, las probabilidades de que se pudieran obtener algo más que flujos más libres de comercio de un gobierno de Bush -y no hay que descontar la contribución que ello pudiera ofrecer para reducir la pobreza- son mínimas, dice.
-Si América Latina es objetivamente de tal importancia económica y estratégica para Estados Unidos, Ƒpor qué los candidatos le dedican tan poco o nada en esta campaña? -se preguntó a Coatsworth.
-Si uno se pregunta cuál es el significado estratégico y económico de América Latina para Estados Unidos, la respuesta es que es enorme. Pero si se pregunta cuáles son las amenazas a los intereses estadunidenses, estratégicos o económicos, la respuesta es que son pocas. Por lo tanto, los políticos pragmáticos no creen que deberían poner a América Latina en primer lugar de su lista, porque no es muy probable que perdieran alguna elección a consecuencia de lo que pueda ocurrir en la región a corto plazo. Una parte correspondiente de esto, supongo, es que no hay intereses domésticos que se movilicen por los temas latinoamericanos, con la sola excepción de Cuba.
Continúan vigentes, señaló, los dos grandes temas en la relación con México y el resto de América Latina: migración y comercio. En ambos rubros, dijo, es difícil saber qué se puede esperar de estos candidatos presidenciales. Por el momento, añadió, las expectativas generales en torno a la migración que Bush promoverá una ''legislación para liberalizar visas de trabajadores huéspedes y los demócratas podrían optar por la amnistía''.
Sin embargo, advierte, es poca la probabilidad de una coalición centrista para promover ambas medidas, aunque es difícil pronosticar el resultado de esta elección y su efecto sobre el Congreso. ''Uno podría imaginarse a Kerry retomando la estrategia original de Bush y elaborar algún tipo de legislación que abordara ambas cosas (trabajadores temporales y amnistía). A la larga, Estados Unidos tendrá que hacerlo de todas maneras. Si es en los próximos cuatro años, o los cuatro siguientes, es otra cuestión. El peso del voto latino en Estados Unidos aún no se ha sentido como se llegará a sentir en los próximos años, a lo largo de las dos próximas décadas.''
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