Es un error comparar los olímpicos con los paralímpicos; cada uno tiene su nivel

Zepeda: hay que vivir la vida como es y no encerrarse en un mundo inexistente

La sociedad debe tener conciencia de nuestros derechos y darnos mejores oportunidades de trabajo, comenta el campeón en lanzamiento de jabalina Tengo más retos que cumplir, señala

ROSALIA A. VILLANUEVA

Desde niño, a Luis Alberto Zepeda Félix sus padres le inculcaron que para ser un triunfador debía superar muchos retos, sin importar si estaba postrado en una silla de ruedas, y por fin esa meta se cumplió ahora que compitió en los Paralímpicos de Atenas, donde subió a lo más alto del podio con nuevo récord mundial en lanzamiento de jabalina.

Luis Alberto nació normal, pero a la edad de nueve años sufrió un accidente cuando andaba, como recuerda, "de vago'' con otros compañeros por un cerro y una inmensa roca rodó y pasó por encima de su cuerpo fracturándole siete vértebras. "Mis piernas no me respondían, y a mí que me gustaba tanto correr y caminar''.

El sonorense no es un improvisado en el deporte adaptado, ya que tiene 17 años como campeón nacional en las pruebas de bala y jabalina, es cuarto y sexto lugar mundial y ha conquistado tres primeros lugares en Francia y Toronto con marcas de orbe.

Dice que si logra tener una buena preparación y mejores apoyos, ahora que es campeón paralímpico rumbo al ciclo de Pekín 2008, tendrá "más retos que cumplir todavía''.

De complexión robusta y con la cabeza rapada, Luis Alberto siempre está sonriente, pues señala que es así "como me ha enseñado la vida; vivirla como es y no encerrarme en un mundo que no existe.

"La realidad es todo esto y hay que tomarlo como viene. Si es algo malo, también debe tomarse con alegría y si es cosa buena, con mayor razón''.

El atleta de 39 años se inició en el basquetbol y fue el jugador más valioso y campeón canastero en su entidad, quizá por eso decidió cambiarse al atletismo en el área de lanzamientos, entrenando con Manuel y Martín Castillo, este último ex campeón nacional de primera fuerza de los llamados a pie.

Es por eso que tiene un valor muy significativo su medalla, porque fue un oro que le costó mucho, ya que en el sexto y último lanzamientos se lesionó el hombro derecho al enviar la jabalina a 26.89 metros, con lo que rompió el récord mundial y paralímpico para derrotar al finlandés y el iraní que se quedaron con la plata y el bronce.

Luis Alberto compartió ese triunfo con su esposa Maribel Galindo, quien también compitió en Atenas como lanzadora en silla sobre ruedas, por lo que le echa porras para que no decaiga y estén juntos dentro de cuatro años en la justa asiática.

Refiere que no se deben comparar los triunfos de los medallistas convencionales con los de capacidades diferentes, porque los Juegos Olímpicos y Paralímpicos son diferentes y cada uno tiene su nivel competitivo.

Aunque precisa que ellos, al igual que los otros, deben cumplir con un proceso selectivo y dar marcas para clasificarse de acuerdo con su limitaciones físicas.

"Ni unos somos más que otros, porque todos representamos a México, pero hay que dejar claro que los deportistas convencionales tienen más apoyos que nosotros y en eso marcan la diferencia las autoridades federales y estatales, así como los patrocinadores'', puntualiza.

Subraya que lo importante es hacer conciencia en la sociedad para que los discapacitados puedan ejercer libremente sus derechos y tener mejores oportunidades de trabajo, ya que eso siempre ha sido un obstáculo para ellos.

No obstante, reconoce que la gente ha cambiado con los logros deportivos que se han dado y eso de alguna manera ha influido.

"Mi esposa y yo trabajamos en una tienda de artículos para el hogar, en Hermosillo. Ella es cajera y su servidor está en el departamento de servicios al cliente.

"Desde hace tres meses nos venimos a concentrar a la ciudad de México para ir a los Paralímpicos y nos dieron permiso con goce de sueldo; estamos muy agradecidos'', concluye el campeón.