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México D.F. Miércoles 6 de octubre de 2004
Propuesta de directivos de prepas y secundarias: IFP
Analizan combate a drogas en escuelas con policías infiltrados
SUSANA GONZALEZ G.
Directivos de escuelas secundarias y de bachillerato han solicitado a las autoridades capitalinas que policías disfrazados de estudiantes entren en los planteles para detectar y capturar a jóvenes que venden droga adentro, reveló José Luis Pérez Canchola, director del Instituto de Formación Profesional (IFP), de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Consideró que un programa de ese tipo, tal como ocurre en Estados Unidos desde hace varios años, tendría que estar "muy bien pensado y coordinado" con la Procuraduría General de la República (PGR), porque los delitos contra la salud son de su competencia.
"Yo he recibido invitación de las escuelas para que hagamos eso, y tenemos jóvenes estudiantes (en el IFP, donde se forman los policías judiciales) que pueden pasar como alumnos de escuelas preparatorias, pero hay cierto riesgo para ellos y el programa tendría que dar resultados en la consignación de los vendedores, por eso se requiere un compromiso de la PGR", manifestó el funcionario.
No obstante, mencionó que en muchas ocasiones los directivos escolares tienen temor de denunciar, ante la falta de claridad y coordinación con las autoridades, pues no existe una política permanente e integral para combatir el problema. "Una de las quejas principales de muchas escuelas son los grafittis, que generan un ambiente criminógeno que, combinado con droga y pandillas, sirve para indicar dónde se vende", dijo Pérez Canchola, luego de que Charlie Beck, capitán del Departamento de Policía de Los Angeles, California, ofreció la conferencia Violencia y drogas en las escuelas. Policía y comunidad trabajando juntos, en el IFP, donde ponderó que en esa ciudad estadunidense, para combatir la venta y el consumo de estupefacientes jóvenes policías se hacen pasar por estudiantes.
En tanto, Víctor Campos Chargoy, coordinador de asesores de la PGJDF, consideró que infiltrar policías en las escuelas, o que las autoridades educativas proporcionen información sobre alumnos de alto riesgo resulta "delicado", toda vez que las leyes del país y del Distrito Federal protegen a los niños y adolescentes guardando su identidad. Agregó que en lugar de marginar a los jóvenes adictos, las autoridades procuran integrarlos a su comunidad.
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