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México D.F. Miércoles 6 de octubre de 2004
Protestan contra la modificación del
122 constitucional
Paraliza San Lázaro toma de asambleístas
del PRD
Los 37 diputados locales se mantienen en el salón;
hay cinco en ayuno
ROBERTO GARDUÑO Y ENRIQUE MENDEZ
Sobre
la tribuna de la Cámara de Diputados se desplegó una enorme
manta con la leyenda: ''No nos quitarán los recursos para la educación
de los habitantes del Distrito Federal''. Fue la protesta de los legisladores
locales perredistas por la decisión de PRI y PAN de modificar el
artículo 122 de la Constitución para reducir los recursos
federales destinados a la educación básica en la capital.
Sin precedente alguno, la tribuna camaral fue tomada
por los 37 diputados locales del PRD a la Asamblea Legislativa del Distrito
Federal. Burlaron el cordón de vigilancia del grupo de resguardo
de San Lázaro, y entre las curules de sus compañeros federales
desdoblaron la manta amarilla que a manera de dragón chino cargaron
hasta la tribuna. Ante lo inaudito de la acción, el presidente en
turno, Juan de Dios Castro Lozano, decretó un receso de la sesión
ordinaria.
Momentos antes, pasadas las 11 de la mañana, dio
inicio la sesión donde se daría primera lectura al dictamen
de reforma al artículo 122. El salón de plenos se encontraba
medio vacío a pesar de que ya se habían registrado 422 legisladores.
Se dio cuenta de la agenda a desahogar y en un abrir y cerrar de ojos,
a las 11:28, los diputados locales del PRD saltaron de la zona de invitados
al recinto de sesiones. En esos momentos, Lorena Villavicencio negociaba
con Manlio Fabio Beltrones una salida a la demanda de los perredistas.
En menos de un minuto bajaron hasta la sección
ocupada por sus compañeros y desplegaron, para sorpresa de todos,
la manta. En segundos, los diputados locales perredistas, hombres y mujeres
acompañados por Javier Hidalgo, intentaban entre empujones y empellones
trasponer el bloque que conformaron los integrantes del equipo de resguardo
de la Cámara. Gerardo Villanueva, asambleísta del sol azteca,
cayó impulsado por un empellón propinado por un guardia de
seguridad y Javier Hidalgo era bajado a puntapiés por las escaleras
de la tribuna.
Al mismo tiempo, el resto de los perredistas en coro advertían:
''¡La reforma al 122 no pasará!'' A gritos, Eliana García
trataba de convencer a los panistas que se burlaban de sus compañeros:
''Es que no entienden, se va a afectar a los pobres de la ciudad, van a
disminuir los recursos para la educación, afectarán los programas
de apoyo a las personas de la tercera edad, a las madres solteras, la educación
superior y las becas para los niños de primaria''. La respuesta
fue: ''¡Revoltosos! ¡Fuera, fuera...!'' Y una vez instalada
la manta, los perredistas cantaron el Himno Nacional, y los panistas les
respondieron a coro, otra vez: ''¡Fuera, fuera, fuera!''
A un costado, los priístas sólo observaban;
ellos eran los que habían definido la aprobación del 122
en comisiones, y ahora sólo atestiguaban el diferendo.
Entonces se dio un enfrentamiento a gritos. Por el lado
de los panistas comenzaron a exclamar: ''¡Bejarano, Bejarano!'' Los
perredistas respondieron: ''¡Korrodi, Korrodi!'' Los blanquiazules
replicaron: ''¡Ponce, Ponce!'', y los del sol azteca no se aguantaron
y reviraron: ''¡Vamos México, Vamos México, Vamos México!''
Junto a la tribuna, el diputado perredista Alfredo Hernández
Raigosa escuchó la advertencia del panista Ernesto Herrera:
''¡Van a ver cómo nos vamos a chingar a López
Obrador!''. El legislador del sol azteca le contestó: ''¡Pues
vas a chingar a tu madre!'', y sólo porque fueron separados no se
liaron a golpes.
Mientras los 37 diputados locales se apoderaban de la
tribuna, algunos de sus compañeros del Congreso federal, como Francisco
Carrillo Soberón, Clara Brugada, Eliana García, Dolores Gutiérrez
y Julio Boltvinik, entre otros, se apostaban al pie de la tribuna para
respaldarlos. Al frente, en las curules asignadas a los legisladores de
ese partido, la mayoría de la fracción del sol azteca, encabezada
por su coordinador, Pablo Gómez, observaba sin acercarse a respaldar
la protesta; no estaba de acuerdo.
Y es que, por la mañana, antes de la sesión
ordinaria, los perredistas sostuvieron su plenaria a la que asistieron
sólo 51 de los 96 legisladores que integran la bancada. Ahí
se propuso como tema a discusión y debate el apoyo a la toma
de la tribuna. La mesa directiva del grupo se opuso; incluso Eduardo Espinoza
defendió la idea de no realizar la acción; no obstante, él
la justificó minutos más tarde -evadiendo los golpes- al
declarar que los diputados perredistas defienden a los habitantes de la
capital del país. En la votación se impuso la idea de no
participar, por 30 votos contra 21.
Al pie de la tribuna, los diputados federales que sí
respaldaron la acción manifestaban enojo por la decisión
de su mesa directiva. Dolores Gutiérrez, periodista y legisladora
por Tabasco, refirió: ''Se le pidió a Pablo Gómez
que se tomara la tribuna. Yo le dije a él, que por qué
en una reunión tan importante no se invitó a los representantes
del Gobierno del Distrito Federal para que intercambiáramos ideas,
y a mí me tiene encabronada gente como Eduardo Espinoza, quien votó
en contra y después subió a decir que defiende a los habitantes
de la ciudad''.
En esa plenaria, el diputado Manuel Camacho Solís
intervino para proponer a sus compañeros que exigieran un plazo
de 120 días de negociación con el gobierno federal, con objeto
de clarificar el proceso de descentralización educativa en el Distrito
Federal. ''Es urgente un espacio de negociación en igualdad de condiciones,
porque hasta ahora lo que ha faltado es la negociación, y se ha
llegado al extremo de poner en riesgo la viabilidad del Pacto Federal,
porque se ha puesto a las mismas entidades federativas contra otras que
supuestamente tienen mejores condiciones. En estos momentos la función
del Presidente de la República es mantener la unidad y el respeto
a la Constitución.''
También Clara Brugada y Julio Boltvinik advertían
como inadmisible que no se hubiese dado solidaridad parlamentaria ante
la ''arremetida del gobierno federal, que junto al PRI y al PAN están
rompiendo el Pacto Federal. ¡Ellos están propiciando el rompimiento!'',
advertían.
Hasta entonces no se presentaban indicios de la urgente
negociación referida por Manuel Camacho, y los diputados locales
a la Asamblea Legislativa acomodaban la manta sobre la tribuna camaral.
Tal situación inédita en la historia de la Cámara
de Diputados tiene como antecedente cercano los hechos ocurridos en la
56 Legislatura, cuando la fracción del PRD tomó la
tribuna en dos ocasiones: una en protesta por la negociación PRI-PAN
en torno a la privatización de la petroquímica secundaria,
y la segunda por la aprobación de la ley del IMSS.
En tanto, los legisladores locales Alejandra Barrales
(de la corriente UID), Alejandra Contreras, Gerardo Villanueva, Héctor
Guijosa (de la corriente UNIR), Andrés Lozano, Rodrigo Chávez,
Rigoberto Nieto, Guadalupe Chavira, Adrián Pedrozo, Aleyda Alavés,
Silvia Oliva (de la corriente Nueva Izquierda) y José Jiménez,
se mantenían resguardando la tribuna.
En eso estaban cuando se supo que los asambleístas
habían ingresado a San Lázaro por la autorización
del presidente de la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones,
quien respondió a una petición de Eduardo Espinoza, quien
adujo en la tarjeta de solicitud que sus correligionarios participarían
en la reunión plenaria de los diputados perredistas. Más
tarde, Dolores Padierna solicitó de forma oral y en una tarjeta
escrita a mano a Beltrones que autorizara a los asambleístas ingresar
a la zona de invitados en el pleno, y así ocurrió.
La decisión de tomar la tribuna se concretó
desde el viernes pasado entre los asambleístas del PRD, y desde
entonces Alejandra Barrales fue la más decidida a impulsarla ante
la ''cerrazón y ausencia de diálogo'' del gobierno federal.
''No vamos a subir impuestos, no vamos a afectar a los habitantes del Distrito
Federal. Ni a nosotros ni al jefe de Gobierno de la ciudad nos importa
la imagen política, nos importa sostener un proyecto que beneficia
a millones de capitalinos, y ahí no vamos a negociar.''
También la toma de la tribuna propició
lo inimaginable en el PRD: cohesionar a sus corrientes. Participaron la
llamada Izquierda Democrática Nacional (IDN), Nueva Izquierda y
la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria (UNIR).
Fue hasta las 14:15 que Pablo Gómez subió
a la zona ''tras banderas'', donde se encuentra una oficina alterna de
la mesa directiva, para negociar. Media hora después, el perredista
bajó al pleno y se dirigió a la oficina del coordinador parlamentario
del PAN, Francisco Barrio, con la intención de buscar un acuerdo.
Al ser interrogado, sin detener su andar, respondió: ''¿Qué
no ves que no me convocaron?'', y se refería a que Emilio Chuayffet
y Barrio lo ignoraron a la hora de ofrecer su conferencia de prensa.
Tras 7 horas 15 minutos de negociación entre Beltrones
y los perredistas, encabezados por Lorena Villavicencio, Alejandra Barrales,
Carlos Reyes Gámiz y Alfredo Hernández Raigosa, se acordó
que a las 19 horas se establecería una mesa de negociación
integrada por diputados federales de todas las fuerzas parlamentarias y
sus pares del Distrito Federal, a condición de desalojar el recinto
parlamentario.
No obstante, los perredistas anunciaron el inicio de una
huelga de hambre al pie de la tribuna camaral, donde se instalaron Guadalupe
Chavira, Rigoberto Nieto, Rodrigo Chávez, Julio Escamilla y Juan
Manuel Maltos, quienes iniciaron el ayuno.
Trascurrieron las 19 horas y no se instaló la mesa,
porque las autoridades de la Cámara adujeron que los perredistas
no cumplieron con el compromiso de retirar la manta que cubría la
tribuna y no abandonaron el salón de plenos. Por el contrario, los
diputados locales culparon a Manlio Fabio Beltrones de incumplir el acuerdo,
y advirtieron que no se retirarían hasta que se estableciera la
mesa. Tal hecho propició una aguda reacción del presidente
de la Cámara, quien anunció que ya se había presentado
una denuncia de hechos ante el Ministerio Público Federal, para
que se integre un pliego de delitos aplicables a los legisladores locales.
Advirtió que en caso de no entregar las instalaciones
se haría uso de la fuerza pública para recuperar el recinto.
Beltrones hizo votos por allanar el camino del diálogo, y más
tarde, a las 22:45, se dio a conocer un comunicado donde se anunciaba un
posible acuerdo y que, a condición de que los perredistas entregaran
las instalaciones antes de las 24 horas de ayer, se reanudarían
las conversaciones a las 12 de este miércoles.
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