Ojarasca 89  septiembre de 2004


 

Lenguas indígenas:

sin callar ni extinguirse



La flor de la palabra nunca ha muerto. Se ha escondido, se ha guardado, sin callar ni extinguirse. El idioma nahua, en sus muchas variantes dialectales, tiene hoy unos dos millones de hablantes. Y constituye, junto con el maya y el zapoteco, el cuerpo de lenguas indígenas con expresión escrita y literaria sostenida durante varios siglos. Quizá el nahua sea la única lengua que se ha escrito sin cesar desde la conquista española.

Ya esta lengua, antes de ser "conquistada", se nutría de una joven pero potente tradición poética, con el rey Nezahualcóyotl como su Virgilio. Los programas de la Secretaría de Educación Pública foxista pueden ignorarlo, pero es de dominio público que los notables cantos mexicas forman parte de la literatura universal.

La literatura nahua llega hasta hoy, diversa, rica y cargada de futuro, aunque lo haga, como las demás lenguas originarias de México, desde los intersticios de su civilización negada.

Ojarasca presenta el alegato de Domingo Gómez Castellanos, promotor cultural de Cruztón, Chiapas en favor de las lenguas indígenas. Presenta también a tres poetas nahuatlahtos modernos de diversa procedencia. Natalio Hernández Hernández, conocido escritor, funcionario y educador, procede de Ixhuatlán de Madero, Veracruz. El expresivo poeta Delfino Hernández Hernández es originario de la Huasteca. Y Alfredo Ramírez C. es maestro, promotor cultural y poeta de Xalita, Guerrero. Estos poemas fueron recopilados por Raúl Guerrero Guerrero en su amplia antología Poesía indígena y popular de México, publicada en dos tomos por la Biblioteca Hidalguense Arturo Herrera Cabañas, en su Serie Letras, Pachuca de Soto, Hidalgo, 1995.
 


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Pizcadores mexicanos de naranja, San Dimas,1929.
Foto: Anónima, cortesía de Pomona Public Library

 


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