México D.F. Viernes 17 de septiembre de 2004
TUMBANDO CAÑA
Ernesto Márquez
Willie Colón, leyenda y legado
DISTINGUIDO EN LA reciente premiación de los Grammy Latinos con una presea especial a la trayectoria y excelencia en el quehacer musical, Willie Colón ha sido a lo largo de su fructífera carrera un iconoclasta que ha sabido mantener un trabajo propositivo, abierto a toda las tendencias e innovador en sus desarrollos orquestales.
CON 54 AÑOS de edad y un activismo social que alterna con su labor artística este hombre nacido en el South Bronx neoyorquino, ha sido una especie de luz guía en el desarrollo de la música latina marcando pautas y tendencias imitadas por muchos en el mundo. A él se le aduce el hecho de haber impulsado el fenómeno musical conocido como salsa. Asimismo se le reconoce como uno de los primeros en incluir la lírica de compromiso social en el contexto de la música afrocaribeña bailable.
MIEMBRO DE UNA familia, primera generación de puertorriqueños nacidos en Estados Unidos, Willie, fue marcado fuertemente por un ámbito bilingüe de muchos contrastes y acomodos sociales que le forjaron una fuerte personalidad. Su abuelita Toña fue quien le enseñó el español, que sus propios padres perdieron en las calles de Nueva York, y le proveyó las primeras influencias importantes, narrándole leyendas boricuas y cantándole canciones jíbaras que el memorizaba para cuando llegara el momento utilizarlas en su beneficio.
LA CALLE, DONDE todo se escuchaba mezclado (la música caribeña con el rock, el jazz y el blues) fue su primera escuela musical. La educación formal vino después, cuando decidió estudiar trompeta, instrumento que más tarde cambió por el trombón en el que definitivamente se instaló hasta lograr un estilo y un sonido que le abriría paso sin tregua para hacer historia.
SU PRIMERA PRESENTACION ante el público fue la aventura callejera de tocar en las esquinas de los barrios ganando algunas monedas que los transeúntes dejaban caer en su gorro. Ambicioso como era, formó un grupo de 12 instrumentistas a los que bautizó con el inmodesto nombre de The Latin Jazz All Stars. Con ellos más un jovencísimo Héctor Lavoe grabó su primer álbum al que titulo El malo, trabajo en el que planteaba un novedoso concepto de jazz latino y música jíbara que llamaría la atención de la crítica. Este álbum fue también el origen de un mote que le dio fama y lo enfrentó a algunas peleas con tipos que querían comprobar si en verdad era un "bravo".
Proceso de experimentación
EN ESE MOMENTO Colón no seguía ningún concepto musical establecido. Experimentaba lo mismo con la música jíbara que con la brasileña, el jazz, el soul y los géneros africanos. Su concepto de latin jazz con trombón era una mezcla rara en esos tiempos. Hubo quienes le rechazaron por esa manera tan ecléctica de hacer música y le condenaron al fracaso. Pero su genio versátil e inquieto no estaba a la espera de que le comprendieran. Así como un día se le ocurría hacer una ronda infantil africana -Che che colé-, en otro momento armaba toda una ópera-salsa con arreglos para orquesta sinfónica -El baquiné de los angelitos negros-, recrear temas del repertorio brasileño -Oh que será- o decididamente hacer números jazzísticos. La ambientación de la vida en el Barrio latino era notoria en sus desarrollos musicales. La suya era una música fuerte, agresiva e hiriente que sustentaban historias reales, de gente real, que tenían que ver con la marginalidad, el prejuicio racial, la pobreza y la miseria de ese universo particular de la urbe estadunidense.
POR ESA EPOCA (mediados de los años 60) el barrio era un espacio donde se aglutinaba todo lo latino y la música que más se escuchaba era la de las orquestas de Tito Puente, Charlie Palmieri, Larry Harlow y Ray Barreto. De tal forma que la irrupción de Willie, con toda esa carga de elementos novedosos, vino a revolucionar el concepto de música bailable.
IMBUIDO EN EL afán de expandir sus márgenes de acción, Willie se dedicó a buscar y producir otros talentos: Rubén Blades, Celia Cruz, Ismael Quintana y Soledad Bravo. En ese inter sucede una transformación que muchos consideraron una búsqueda no muy acertada de su propio yo, la ambición de toda su vida: ser cantante.
EN 1976 DEBUTO como tal en el álbum The good, the bad, the ugly. Musicalmente el disco es un acierto, pero la voz de Colón no convence del todo, máxime teniendo los antecedentes de Lavoe y la referencia inmediata de Rubén Blades. Sin embargo, insistió y tres años después entregó al público un segundo esfuerzo como cantante en un disco llamado Sólo (79) que en menos de tres semanas fue certificado como disco de oro. El tercer álbum personal Fantasmas (80) continuó su éxito meteórico como vocalista convirtiéndose en el disco de salsa más vendido en su época, además de haber sido certificado disco platino.
Salsa conciencia
UN PUNTO CLAVE en la trayectoria de Colón fue haber incorporado a su trabajo una lírica más elaborada y de contenido social con lo que reafirmó su manera de pensar y su compromiso político. La "canción denuncia" o de "protesta" se convirtió bajo su tratamiento en "salsa conciencia" y el interés por su trabajo se extendió más allá de la fronteras de la música bailable. Un público joven que reclamaba nuevas y mejores condiciones y despertaba a una sociedad anquilosada fue su principal clientela.
HOY DIA, WILLIE COLON es una leyenda viva de la salsa que tiene en su haber musical un récord impresionante: ha grabado 41 álbumes, producido más de 50 y vendido alrededor de 35 millones de copias, por lo que ha obtenido 12 discos de oro, siete de platino y 11 postulaciones al Grammy [email protected]
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