Agricultura y viviendas, las más castigadas en Cuba

El faro Roncali resiste rachas de viento de 360 kilómetros por hora

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 16 de septiembre. El legendario faro Roncali, guía de los navegantes en el Caribe desde el siglo XIX, pudo más que el propio terreno donde se levanta en el extremo occidental de Cuba, al resistir en pie la embestida de vientos del huracán Iván, según el primer testimonio obtenido en el lugar.

Omar Ledesma, jefe de la estación meteorológica ubicada en el punto más occidental de Cuba, formó parte de una expedición de 14 hombres que el martes pudo llegar hasta ese sitio, el más azotado por el meteoro el lunes último.

El faro fue construido con bloques de piedra entre 1849 y 1850 por un militar español que le dio su apellido. Tiene una altura de 22 metros y medio. En condiciones normales lanza dos destellos cada diez segundos, en un haz que alcanza hasta 30 kilómetros en la puerta septentrional del Caribe.

Ledesma y otros 13 integrantes de la primera expedición al cabo de San Antonio tras el paso de Iván, llegaron al faro a pie, abriéndose paso con hachas y machetes, a través de lo que fue una carretera, de acuerdo con su testimonio, recogido en medios locales.

El meteorólogo hizo su relato desde la planta de radio de su centro, en una transmisión captada en la ciudad de Pinar del Río, capital de la provincia del mismo nombre, la que sufrió los mayores perjuicios del huracán.

Todavía bajo la lluvia y el viento, el grupo caminó 50 kilómetros, de las ocho de la mañana a las 10 de la noche. Ledesma manifestó que en algunos tramos había inundaciones y el agua les llegaba a la cintura.

La carretera quedó bajo el mar, arrastró piedras inmensas y ocultó barrancos, añadió Ledesma. Estimó que casi toda la vegetación del área quedó destruida y era incierta la situación de la fauna marina.

La estación meteorológica quedó sin su puerta principal y perdió parte del techo. Las antenas fueron derribadas.

Pero Ledesma pudo comprobar que el faro estaba en pie, mientras la configuración del terreno se había perdido. Roncali no sufrió siquiera cuarteaduras.

Los instrumentos de medición en el lugar confirmaron el registro de vientos sostenidos de 260 kilómetros por hora y rachas de 360 kilómetros por hora, la maxima descarga del mortífero meteoro, expandido entonces hasta la máxima categoría de cinco niveles en la escala Saffir-Simpson.

Aunque no había este jueves un informe global sobre las pérdidas ocasionadas por Iván, los reportes oficiales apuntaron a que el impacto principal será en la agricultura, la infraestructura, la vivienda y, en menor, medida el turismo.

En Pinar del Río y la isla de la Juventud, las cosechas de cítricos como toronja, naranja y limón quedaron desplomadas. En la primera provincia, una de las principales zonas de cultivo de tabaco en el mundo, resultaron dañadas en diversos grados mil 600 casas de beneficio de la hoja, así como casi todo su cultivo de maíz y ajonjolí.

Siempre según fuentes oficiales, aunque con saldos parciales, se registró la destrucción casi total de la fábrica de postes para alumbrado público y teléfono en la Península de Guanacahabibes, la lengua de terreno occidental que quedó entre la zona más dañada por el meteoro.

El ministro de Turismo, Manuel Marrero, informó que ninguna instalación del sector sufrió daños severos, pero sí deberán hacerse reparaciones.

Recordó que ante la proximidad del huracán hubo que evacuar hoteles, trasladar turistas, se suspendieron actividades recreativas, se formaron fondos de alimentación hasta para siete días y se canceló la renta de autos, además del cierre del espacio aéreo cubano por dos días.

Marrero no precisó el costo financiero de la operación preventiva, pero dijo que confía en que la industria llegará este año a la meta de 2 millones de visitantes.