México D.F. Martes 7 de septiembre de 2004
"El cine italiano ha muerto", proclama grafiti
Abuchean Ovunque, seleccionada para competir en el Festival de Venecia
AFP
Venecia, 6 de septiembre. "El cine italiano ha muerto", proclama un grafiti irónico, escrito en el muro de las lamentaciones del Lido de Venecia después de los silbidos, burlas y carcajadas por el filme Ovunque sei, de Michele Placido, seleccionado para competir en el festival.
El abucheo registrado durante la primera proyección a la prensa desencadenó la ira y la tristeza del director y popular actor italiano, quien concursa con una historia de amor y desamor entre dos médicos del servicio de urgencias.
La película italiana, que concursa junto con Trabajar lentamente, de Guido Chiesa, y Las llaves de casa, de Gianni Amelio, producida por Cattleya y Rai Cinema, fue objeto de inusuales burlas por parte de periodistas y críticos cinematográficos, que ironizaban abiertamente sobre las frases y los lugares comunes del guión.
"Mi desafío es con la idea de la muerte, de los muertos que miran a los vivos. Si eso hace reír, pues paciencia. Cada uno tiene su sensibilidad", declaró el conocido actor, de 58 años, quien incursiona desde hace unos cuatro años en la dirección.
El otro filme italiano en concurso hasta ahora presentado, dirigido por Chiesa y dedicado al movimiento estudiantil de los años 70, fue recibido con aplausos, pero fue duramente criticado por expertos y la prensa internacional.
Acusado de caricaturizar a los personajes así como las posiciones políticas y de mezclar sin efecto técnicas y lenguajes cinematográficos, Chiesa se defendió: "Quería contar como nació el prototipo de Internet, de tener un medio de comunicación al servicio de todos y de todas las ideas".
Mucha expectativa suscita, en cambio, el tercer filme en concurso italiano, Las llaves de casa, de Gianni Amelio, programado para el jueves. Amelio, ganador de numerosos premios internacionales, entre otros un León de Oro en 1998 por Así reíamos, se basa en la historia autobiográfica del escritor Giuseppe Pontiggia, padre de un hijo retrasado al que abandonó al nacer y conoció sólo cuando llegó a la adolescencia.
"Un filme que hace llorar, pero sonriendo", anunció el cineasta, quien confesó que lo rodó con amor.
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