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México D.F. Viernes 27 de agosto de 2004
Indemnizan con 15 mdd a viuda de migrante
Su esposo fue asesinado en un rancho de Texas al ser confundido con un jabalí
MARTIN DIEGO RODRIGUEZ CORRESPONSAL
La Sauceda, Gto., 26 de agosto. El primero de junio de 2003, María Azucena Arredondo recibió una llamada telefónica. Al otro lado de la línea la voz de un desconocido le informó que su esposo, José de Jesús Vázquez Barrera, quien días antes había dejado su tierra para cruzar la frontera con Estados Unidos, había muerto cuando le dispararon al ser "confundido" con un jabalí, en el condado de Webb, a 25 kilómetros de Laredo, Texas.
La esperanza de una vida mejor, fuera de este poblado pedregoso, se cortó de tajo. "Cuando mi marido se fue -dice su viuda-, lo hizo con el deseo de ganar algunos dólares para mandar por nosotros"; ese plural incluye a sus hijos Laura Yolanda y Fernando José, de cinco y dos años de edad, respectivamente, quienes integran esa familia que estaba a la expectativa de cambiar de vida. Pero el destino le jugó una mala pasada a José de Jesús.
Hoy, sin embargo, la viuda -quien habita una casa de tablones sobre la carretera Guanajuato-Dolores Hidalgo, en La Sauceda- regresó con otra noticia: su familia será indemnizada con 15 millones de dólares por el asesinato de su esposo.
María Azucena relata: "me dijeron de una indemnización para los niños, más que nada lo quiero para su educación, para el sostén de ellos. Yo sólo pedí que se hiciera justicia y el jurado decidió. Pero como los otros abogados pusieron su apelación y negociaron, se quedó en una cantidad. No recuerdo cuánto fue, ahorita no recuerdo". Su abogado le murmura al oído: "son 15 millones de dólares, señora", ella sonríe, "eso es para mis niños, eso hubiera querido su padre, por eso se fue, para que no les faltara nada".
Trabajador eventual en León, y con el sueño de comprar una casa para su familia -"por eso cruzó la frontera"-, José de Jesús Vázquez Barrera, de 23 años de edad, falleció a consecuencia de un balazo en el vientre en el perímetro del rancho Hurd-Villegas, en el condado de Webb, Texas. El guanajuatense fue asesinado por Juan Garza Mendoza, otro mexicano, quien argumentó que lo confundió con un jabalí que se ocultaba entre los matorrales.
El migrante iba acompañado por Salvador Hernández, Francisco Olmos y José Sandro Arredondo, testigos que finalmente inculparon a Garza Mendoza. De acuerdo con documentación oficial de la representación de la Secretaría de Relaciones Exteriores en Guanajuato, el propio homicida llamó al número de emergencia; sin embargo, el retraso para proporcionarle ayuda terminó con la muerte del guanajuatense.
Azucena Vázquez ya no quiere que le tomen fotografías, está cansada del acoso de la gente luego que se supo la noticia de la indemnización millonaria. Ella todavía tiene que viajar a Laredo para conocer los detalles del pago, pero ya la rondan todo tipo de personas para ofrecerle servicios y propiedades.
"El dinero es para ellos -dice, mientras observa a sus hijos--, para su educación, para que más adelante no tengan que pasar lo mismo que su papá. Me siento bien por los niños, pero triste porque hay cosas que no compra el dinero, como la vida de mi esposo, el cariño, el amor. No compro el futuro de mis hijos sin su padre."
Sin dejar de abrazar a sus dos pequeños, la mujer hace una larga pausa para secar sus lágrimas. Platica que cuando su esposo se fue, ella lavaba ropa y ayudaba a hacer tortillas para darles de comer a sus hijos. Ahora, dice, "no sé qué vamos a hacer con el dinero. Será para que mis niños tengan lo que no tuvimos ni su papá ni yo: educación".
Azucena comenta que lo más difícil para ella fue decirle a sus hijos que su padre no volverá del viaje. "Me costó decirle a Fernando Jesús que su papá ya no va a estar con nosotros. El no acepta que a su padre no lo volverá a ver. A veces llora. Hay ocasiones en que le he tenido que pegar, para que me entienda, porque pregunta mucho por su papá. Le cuesta mucho trabajo entender, porque todavía tiene la esperanza de que llegará a jugar carritos con él", dice la mujer.
Su abogado, René Barrientos, logró conseguir la indemnización; sin embargo, de cuerdo con fuentes de la representación de la cancillería mexicana en el estado, no forma parte de los consultores de la Secretaría de Relaciones Exteriores, por lo que podría cobrar hasta 60 por ciento de comisión del total de la compensación. Ante ello, la delegación alerta sobre abogados que sólo buscan enriquecerse con el dolor de las familias que pierden a sus seres queridos en la aventura por conseguir una vida mejor.
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