México D.F. Viernes 27 de agosto de 2004
La SEP, insensible, no acepta sugerencias de especialistas para realizar cambios: AMH
Elaborarán nueva propuesta para la enseñanza de la historia en secundarias
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
La próxima semana quedará integrada una comisión de historiadores que, junto con expertos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), propondrá un nuevo proyecto de reforma para la asignatura en enseñanza secundaria, anunció la directora de la Academia Mexicana de la Historia (AMH), Gisela von Wobeser.
Se espera que a partir del trabajo de esta comisión se hagan correcciones, dijo, porque hasta ahora la dependencia "no ha mostrado sensibilidad" para aceptar las sugerencias de los historiadores que están en contra de desaparecer la enseñanza de las culturas prehispánicas y de que la materia se imparta un solo año, como proponen las autoridades educativas.
"Me preocupa la postura de la SEP, porque no obstante que la protesta al respecto ha sido unánime, sólo ha aceptado hacer algunos ajustes menores argumentando que estos temas ya se estudian en primaria", afirma la especialista en historia económica y social de la Nueva España, ganadora de la beca Guggenheim en el área de humanidades y directora de la Casa de las Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La historiadora analizó el proyecto de reforma de secundaria y elaboró un dictamen crítico, el cual se suma al que la AMH envió la semana pasada al titular de la SEP, Reyes Tamez, y al subsecretario de Educación Básica y Normal, Lorenzo Gómez Morín.
En ese análisis, Von Wobeser advierte que resulta "incomprensible e inaceptable" que en la propuesta del plan de estudios estén ausentes la historia prehispánica y la del mundo antiguo.
"La justificación de que en la primaria se enseñan esos temas no resulta convincente, ya que los estudios en ese nivel son elementales, los maestros no son especialistas y los niños no tienen la misma madurez que en la secundaria."
Señala que la historia prehispánica forma parte fundamental del pasado de México y subsisten numerosos grupos indígenas que tienen derecho a conocer su pasado.
"Si bien es loable el esfuerzo por reducir el número de datos (combate al enciclopedismo) del currículum de la historia, se ha caído en el vicio contrario, lo cual tiene por resultado un drástico empobrecimiento de contenidos", añade.
Etapas y acontecimientos de importancia medular para la comprensión de la historia de México son tratados, dice, de manera superficial. Por ejemplo, en una unidad se tratan la conquista de América, la evangelización y colonización de México, la resistencia de los indígenas a la conquista, la formación de la sociedad novohispana y la polémica en torno a la guera contra los indios.
Además, la bibliografía en que se basó el equipo que elaboró la propuesta es "extremadamente pobre, está desbalanceada y tiene severas lagunas".
Cuestiona la decisión de impartir la materia sólo durante un año de la secundaria y no impartirla a lo todo largo del ciclo, como ocurre actualmente. Ocho horas a la semana de una misma materia resultan demasiadas para la mayoría de los estudiantes y pueden causar aburrimiento y saturación, afirma la historiadora.
También manifiesta su desacuerdo con la fusión de la historia universal con la de México en una materia. Explica que en nuestro país y en el resto del mundo occidental las historias nacional y universal son concebidas y practicadas como disciplinas autónomas, aun cuando están fuertemente interrelacionadas.
Entre los problemas que derivan de esta iniciativa, menciona la posibilidad de que el campo ideológico se debilite: la conciencia de identidad nacional que resulta fundamental para la formación de los niños y que es indispensable para la cohesión de nuestro país. Recordemos, dice esta catedrática de la UNAM, que México perdió Texas porque los mexicanos que habitaban en esa región no tenían conciencia de serlo.
En el terreno del aprendizaje, insiste, existe el riesgo de confusión en el alumno entre lo que sucedió en México y en otras partes del mundo.
Al final del documento enviado a la SEP, Von Wobeser considera que la reforma propuesta implica cambios drásticos en relación con los programas existentes y no hay garantía de que resulte exitosa, por lo que "se debería aplicar con mayor cautela".
Antes de aplicar un nuevo programa, propone la elaboración de éste con todo cuidado, capacitar a un grupo de maestros, aplicarlo de manera piloto, evaluar los resultados, corregir deficiencias y una vez concluido este proceso capacitar a todos los profesores del país para que apliquen los nuevos programas.
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