México D.F. Viernes 27 de agosto de 2004
Podrán esclarecerse ahora miles de delitos
aún impunes: organismos humanitarios
"Chile es hoy un poco más democrático
que ayer", según el abogado Eduardo Contreras
El desafuero muestra que no hay intocables, dice el
defensor de las familias de las víctimas
XIMENA ORTUZAR
"Chile
es hoy un poco más democrático que ayer porque el desafuero
de Augusto Pinochet muestra que no hay intocables; espero que ahora sí
sea objeto de procesamiento por parte del juez Juan Guzmán", declaró
el abogado Eduardo Contreras al comentar el fallo de la Corte Suprema de
Justicia de Chile, que por nueve votos en favor y ocho en contra privó
al ex dictador de su fuero de "ex presidente de la república" y
dejó abierta la posibilidad de juzgarlo por su responsabilidad en
los crímenes de la Operación Cóndor.
Agregó Contreras, en conversación des-de
Chile con La Jornada: "Al fin se imponen el sentido de real justicia
y el derecho. Como abogado, como hombre de ley, celebró que este
fallo revele que el país puede todavía tener confianza en
sus tribunales". Y remató: "Ojalá esta resolución
judicial sea útil a tantos pueblos hermanos del continente que han
sufrido, como nosotros, violación de sus derechos humanos."
Con dicho fallo, el máximo tribunal chileno ratificó
otro anterior en tal sentido de la Corte de Apelaciones de Santiago, que
la defensa de Pinochet apeló argumentando "demencia senil" del acusado.
Los abogados querellantes, a su vez, presentaron esta
vez las constancias de nu-merosas operaciones financieras que el ex general
ha realizado en meses recientes y que demuestran su capacidad mental para
enfrentar un juicio. "O Pinochet nunca estuvo demente o su demencia está
en franca reversión", alegaron.
Tanto la parte acusadora como los organismos defensores
de derechos humanos de Chile calificaron este fallo como "hito histórico"
que podría permitir el definitivo esclarecimiento de los miles de
delitos aún impunes cometidos durante los 16 años y medio
de dictadura militar.
Pinochet logró eludir la justicia en Londres, cuando
el juez Baltasar Garzón solicitó su extradición a
España -con base en la Convención contra la Tortura- y libró
luego del juicio en Chile por la llamada caravana de la muerte,
misión represiva ordenada por el entonces dictador y que dejó
como saldo el asesinato de 57 opositores y el secuestro y desaparición
de otros 18, por supuesta "demencia senil".
Ahora, todo indica que deberá enfrentar el juicio
por su responsabilidad en la detención y posterior desaparición
de 33 chilenos capturados entre 1975 y 1976 por agentes de inteligencia
argentinos, paraguayos o brasileños en sus respectivos territorios
y posteriormente entregados a la Dirección de Inteligencia Nacional
(Dina, policía política del régimen militar chileno).
Esto ocurrió en el contexto de la Operación
Cóndor, coordinación represiva de los servicios de seguridad
de las dictaduras de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil,
basada en un programa cuyo objetivo principal fue la detención y
asesinato de disidentes dentro de sus fronteras.
Todos esos casos están documentados en el Informe
de Verdad y Reconciliación, publicado en Chile en 1990.
Un largo camino
Larga y difícil ha sido la tarea de los abogados
acusadores del ex dictador. Zigzagueante e impredecible la actitud del
Poder Judicial chileno: mientras en los primeros años del régimen
de Pinochet los jueces adoptaron como norma desoír las denuncias
de crímenes contra opositores, con el curso de los años y
por el peso de las evidencias optaron por acoger las demandas y aplicarles
de in-mediato -y sin investigar- la ley de au-toamnistía decretada
por la dictadura.
Recuperada la democracia hubo algunos avances, pero prevaleció
la incondicionalidad de muchos magistrados con los ex gobernantes de
facto, sobre todo en lo que se refiere a Augusto Pinochet: cuando en
2000 se logró que los tribunales acogieran una querella criminal
en su contra, pese a haber sido desaforado como senador vitalicio, detenido
y sometido a proceso, la Corte Suprema determinó, en 2002, sobreseerlo
definitivamente por "demencia subcortical progresiva e incurable".
Mientras era sometido al primer juicio de desafuero como
senador vitalicio, Pinochet fue premunido de nuevo escudo antijusticia:
el fuero de "ex presidente de la república", creado ex profeso
para él por el gobierno concertacionista del democristiano Eduardo
Frei Ruiz-Tagle.
Una
nueva querella criminal -de las 300 que lo involucran-, ahora por la Operación
Cóndor, fue interpuesta por abogados representantes de las víctimas
(Eduardo Contreras, Francisco Bravo, Hiram Villagra, Juan Subercaseaux,
Juan Pavín, Sergio Concha y Hugo Gutiérrez). Debían,
sin embargo, sortear el escollo de ese segundo fuero.
El 28 de mayo pasado, la Corte de Apelaciones desaforó
a Pinochet.
La defensa apeló ante la Corte Suprema. Y falló.
Porque hoy, cuatro años después, la composición del
máximo tribunal es otra. Varios de los magistrados que analizaron
el caso caravana de la muerte, que eran votos seguros en favor de
Pinochet, jubilaron.
En el pleno de ministros sólo queda uno que fue
designado por el régimen militar. Los nuevos magistrados tuvieron
que aceptar las evidencias.
Entre las pruebas, los abogados querellantes presentaron
ahora ante la Corte Su-prema un informe siquiátrico realizado por
tres profesionales, basado en una entrevista de noviembre del 2003, donde
se demuestra que el ex militar está en condiciones de enfrentar
el juicio.
El informe indica que el ex dictador se muestra "concentrado
en las preguntas que se le formulan; su actitud, es reflexiva y cautelosa".
Agrega: "un análisis lingüístico de la entrevista dada
por el señor Pinochet revela que se trata de un discurso coherente
y fluido, aunque hay pequeñas interrupciones que no alcanzan a constituir
una patología desde el punto de vista siquiátrico.
"Esto, sumado a la cohesión de sus respuestas,
evidencia que el general en retiro tiene un manejo del lenguaje que le
permite comunicarse adecuadamente, enfatizando incluso lo que él
desea destacar. Esta característica se aleja de la impresión
global del discurso vacío que es propio de los pa-cientes que sufren
demencia", puntualizan los especialistas.
Concluye el informe: "Las preguntas que surgen frente
a los datos que nos entrega la entrevista son las siguientes: ¿Está
esta persona capacitada para entender los cargos que se le formulan? ¿Tendrá
capacidad para instruir a sus abogados para que lo defiendan? ¿Comprenderá
la evidencia que se le presenta frente a los cargos que se le imputan?
La respuesta, de acuerdo con la entrevista que hemos presenciado, es, sin
duda, sí".
Cabe destacar que los alegatos por la Operación
Cóndor coincidieron con la investigación del juez Sergio
Muñoz de las millonarias cuentas del general retirado en el banco
Riggs, de Estados Unidos, por 8 millones de dólares, cuyo origen
Pinochet dice no recordar. Así, la apelación de la defensa
no prosperó y el máximo tribunal chileno despojó al
acusado de su escudo.
El abogado Hugo Gutiérrez señaló
desde Santiago: "Es de esperar que esta vez los exámenes médicos,
que de seguro la defensa va a solicitar, no resulten en esta confabulación
que todos hemos visto y que creó esta mentira que a la postre resultó
echada abajo por la misma Corte Suprema que en su momento había
sobreseído a Pinochet".
A su vez Viviana Díaz, presidenta de la Agrupación
de Familiares de Detenidos Desaparecidos chilenos, declaró: "Al
fin pa-rece que la justicia es posible en Chile; al fin parece que todos
somos iguales ante la ley".
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