.. |
México D.F. Viernes 27 de agosto de 2004
ECONOMIA MORAL
Julio Boltvinik
La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente
Pobreza, vergüenza, dignidad
Visión de Michael Maccoby de la dignidad como necesidad humana esencial
ADAM SMITH, el llamado padre de la economía política, escribió un párrafo que Amartya Sen ha hecho famoso de tanto citarlo:
Por mercancías necesarias entiendo no sólo las indispensables para el sustento de la vida, sino todas aquellas cuya carencia es, según las costumbres de un país, algo indecoroso entre las personas de buena reputación, aun entre las de clase inferior. En rigor, una camisa de lino no es necesaria para vivir. Los griegos y los romanos vivieron de una manera muy confortable a pesar de que no conocieron el lino. Pero en nuestros días, en la mayor parte de Europa, un honrado jornalero se avergonzaría si tuviera que presentarse en público sin una camisa de lino. Su falta denotaría ese deshonroso grado de pobreza al que se presume que nadie podría caer sino a causa de una conducta en extremo disipada. La costumbre ha convertido, del mismo modo, el uso de zapatos de cuero en Inglaterra en algo necesario para la vida, hasta el extremo de que ninguna persona de uno u otro sexo osaría aparecer en público sin ellos1
HE MARCADO CON cursivas las palabras o frases: "indecoroso", "honrado", "se avergonzaría", "deshonroso grado de pobreza", "conducta en extremo disipada", y "osaría aparecer en público sin ellos". Indecoroso califica carencias entre las personas de buena reputación (aun de clase inferior); honrado se aplica a jornalero; a honrado jornalero se le atribuye se avergonzaría; deshonroso grado de pobreza se atribuye a quien tiene conducta en extremo disipada; por último, osaría aparecer en público sin ellos se asocia con zapatos de cuero (o de manera más general con lo que es necesario para la vida). Indecoroso es, según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), el que carece de decoro o lo ofende. Decoro, a su vez está asociado con honor, respeto, honra, pundonor, estimación. De esta manera, tres de los términos: decoroso, honrado y deshonroso están en la misma familia de significados. Está claro que estos tres adjetivos están asociados en el texto de Smith al sentimiento de vergüenza que el DRAE describe de la siguiente manera: "Turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena". Lo mismo pasa cuando Smith habla de que ninguna persona osaría aparecer en público sin zapatos de cuero, ya que el sentimiento de vergüenza lo detendría. Smith explica a qué se debe el sentimiento de vergüenza. Correspondiendo a las percepciones dominantes de su tiempo (que explicaban la pobreza como culpa de las personas), la vergüenza estaría asociada a una conducta en extremo disipada. Una conducta que, según el DRAE, conlleva el malgasto de la hacienda o el caudal, en pocas palabras el desperdicio de dinero; pero también la disolución, el relajamiento moral. El individuo sentiría vergüenza, no por carecer de los zapatos de cuero o la camisa de lino, sino porque tal carencia lo reflejaría moralmente.
BERNARD WILLIAMS, destacado filósofo británico, comentando una conferencia de Amartya Sen, en la cual plantea sus conceptos de capacidades y funcionamientos (capabilities y functionings) como los adecuados para el estudio del nivel de vida y en la cual cita el párrafo de Adam Smith que analizamos, señala:
ƑEn qué sentido es básica o fundamental la capacidad de aparecer sin vergüenza en público? La sugerencia podría ser que se deriva de algún hecho universal y fundamental de los seres humanos. ƑPero qué tipo de hecho tendría que ser: que la gente desea aparecer en público sin sentirse avergonzada, que lo necesitan, que la vergüenza es una reacción humana universal, o qué? Se trata de una pregunta que tiene que ver con la forma en que representamos los hechos humanos universales.2
VERGÜENZA, HONOR, DECORO, honrado están asociados con la palabra dignidad, que el DRAE define, en una de sus acepciones, como "gravedad o decoro de las personas en la manera de comportarse". Digno, a su vez, es "que merece algo" y también como "proporcionado al mérito y condición de una persona". Así, cuando hablamos de dignidad humana, nos referimos a lo que las personas merecen por (proporcionado a) el hecho de ser seres humanos.
LAS PREGUNTAS DE Bernard Williams hay que responderlas buscando en quienes han reflexionado sobre los hechos universales y fundamentales de los seres humanos. En la teoría de la jerarquía de las necesidades humanas, de Abraham Maslow3, encontramos la necesidad de autoestima, que claramente está asociada a la vergüenza, la honra, la dignidad. La importante teoría de este autor ya la he presentado en ocasión previa en esta columna. Hoy presento a un autor menos conocido que le otorga papel destacado en su visión de las necesidades humanas a la dignidad. Se trata de Michael Maccoby, quien fue alumno de Fromm (en México), escribió con él un libro (el único de Fromm con alguien más), y después, de regreso a Estados Unidos, se dedicó a investigar el carácter social en el trabajo, empezando por las corporaciones líderes en la alta tecnología.4
MACCOBY ELABORA "una teoría de la motivación" para la cual acuña un neo-concepto al que llama impulsos-valores (value drives) que define como "patrones energizados de percepción, pensamiento, deseo y acción, compartidos por miembros de la sociedad". Siempre hablamos de personas motivadas como "impulsadas", como gente con impulso, y esto siempre implica que tienen propósitos y valores (p. 53). Maccoby acepta la existencia de elementos heredados, innatos en el ser humano, que dirigen nuestras acciones (los impulsos), pero estas fuerzas biológicas son moldeadas por la cultura (los valores). El autor agrupa los impulsos-valores en ocho categorías: supervivencia, sociabilidad (relatedness); placer; información, dominio (mastery), juego, dignidad, y significado. Más adelante, al analizar las relaciones entre necesidades e impulsos, deja claro que no se aparta del concepto de necesidad, sino que quiere poner de relieve sus dos aspectos: "Pero el término necesidad se refiere tanto a una fuerza que sentimos como a un valor; uso el término impulso-valor para enfatizar esto y estimular a los lectores a evaluar sus necesidades. Las necesidades humanas no son nunca puramente fisiológicas; siempre expresamos un valor cuando hablamos de una necesidad". Hoy me interesa, más que presentar la teoría completa de Maccoby, describir lo que dice sobre uno de sus ocho impulsos-valores: la dignidad, que como vimos está íntimamente ligada al sentimiento de vergüenza que Smith percibió con tanta claridad que se asocia a las carencias materiales.
DIGNIDAD, DICE MACCOBY, es el impulso-valor asociado a respeto, auto-estima e integridad. Debemos valorarnos para sobrevivir. Nótese la respuesta de vergüenza, dolor e ira de un niño cuando es ridiculizado. El impulso por la dignidad parece frágil, que se aplasta fácilmente, pero esta percepción es desorientadora. Como adultos, las presiones para sobrevivir o acomodarse a un trabajo nos pueden llevar a tragarnos nuestra humillación. (En el lenguaje de la política mexicana se dice "tragar mierda".)
EL IMPULSO POR la dignidad puede ser frustrado, pero nunca se extingue y toma otra forma, continúa el sicoanalista. Con frecuencia se pervierte en fantasía, venganza y odio. Esta ira congelada de las personas puede explotar en violencia destructiva. Algunos sicoanalistas confunden dignidad con narcisismo, que es el impulso amoroso frustrado y vuelto hacia sí mismo. El impulso a la dignidad es un impulso normal, común a todas las sociedades. Se desarrolla de manera natural si el niño es valorado amorosamente. Los niños descuidados, no amados, pueden sufrir heridas profundas en su dignidad.
DICE MACCOBY QUE en los niños sanos (y entre los adultos sanos, habría que añadir) la demanda de equidad y de justicia expresa el impulso por la dignidad. Entre tres y seis años los niños reconocen que otros comparten sus mismos sentimientos y aprenden a frenar sus impulsos egocéntricos y respetar la dignidad de otros. Platón y Aristóteles argumentaron que la capacidad de sentir vergüenza es lo que hace el desarrollo ético posible, puesto que las personas sin vergüenza están más allá del alcance de la comunidad moral.
EN LAS BUROCRACIAS, los arribistas muestran un sentido de auto-disgusto porque ceden muy fácilmente con el jefe, anota el autor. Esta pérdida de integridad es desalentadora y frena la motivación hacia el trabajo. Otra persona puede herir mi dignidad, pero la única manera en que puedo repararla es actuando con valor y auto-respeto. Mucha destructividad humana se deriva de la frustración del impulso por la dignidad. Gandhi señaló que las personas sin dignidad no podían practicar su satyagraha (fuerza de la verdad) no violenta. Los suecos suprimen su espíritu lúdico en el trabajo por miedo a perder dignidad. Para el japonés, perder la dignidad es "perder la cara" y eso puede hacer que la vida no tenga valor. El machismo es una pelea sin fin para mantener un sentido exagerado de dignidad. En las culturas latinas e islámicas, los hombres expresan lo que parece una caricatura de una dignidad muy susceptible. Si podemos mantener un sentido de integridad, entonces la habilidad para reírnos de nuestra exagerada necesidad de dignidad es un signo de madurez emocional. Chaplin ilustra en sus películas la lucha del vagabundo por mantener la dignidad en el fondo de la pirámide social.
HASTA AQUI MACCOBY. Como aprecia el lector, un texto sumamente sugerente, donde la dignidad, entendida como impulso innato de todos los seres humanos y, por tanto, universal, ha sido ligada a respeto, autoestima. Cuando es violada y somos humillados, o nos sentimos humillados por nuestras carencias, se genera vergüenza. He aquí, por si hiciera falta, la conexión explícita entre dignidad y vergüenza. Pero la humillación, la ridiculización, no sólo generan vergüenza, sino dolor e ira. Y la ira congelada, dice Maccoby, puede explotar en violencia destructiva, mucha destructividad humana. El alumno de Fromm deja claro que el impulso por la dignidad es normal y universal y que aunque parece fácilmente aplastable, nunca se extingue. También anota que la falta de amor hiere la dignidad y que ésta se cultiva con amor.
LA REFERENCIA DEL autor a Platón y Aristóteles pone de relieve que la vergüenza es mucho más importante de lo que pensaba Adam Smith, ya que es el sentimiento que hace posible el desarrollo ético de las personas. Los sinvergüenzas son seres moralmente infantiles, sin dignidad que pueda ser herida. Estamos rodeados hoy de decenas, centenas, miles de ellos, en este país que parece perder la dignidad. La dignidad humana es la que explica los Moisés, los Espartacos, los Flores Magón, los Librados Rivera, los Zapatas, los Marcos, los EZLN del mundo.
Queridos lectores: Economía Moral se tomará vacaciones en el mes de septiembre. Reanudará sus entregas el viernes 1Ɔ de octubre.
1 Adam Smith, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations 1776, p. 769, citado por Amartya Sen. "Concepto y medidas de pobreza", Comercio Exterior, vol. 42, núm. 4, abril de 1992, México, p. 314 (cursivas añadidas). La traducción de este párrafo se basa en la versión al español publicada por el Fondo de Cultura Económica, pero los traductores del trabajo de Sen citado (Julio Boltvinik y Francisco Vázquez, revisada por Sergio Ortiz Hernán) le introdujeron modificaciones .
2 Bernard Williams, "El nivel de vida: intereses y capacidades", Comercio Exterior, vol. 52, núm. 5, mayo de 2003, p. 426.
3 Abraham Maslow, Motivation and Personality, Longman, tercera edición, 1987 (primera edición, 1954). Existe traducción al español.
4 Erich Fromm y Michael Maccoby, Social Character in a Mexican Village A Sociopsychoanalytic Study of the Mexican Peasants, Prentice Hall, Inc. Englewood Cliffs, New Jersey, 1970. En español, publicado como Sociopsicoanálisis del campesino mexicano, publicado por el Fondo de Cultura Económica. El libro del cual tomo las ideas de Maccoby es Why Work? Motivating and Leading the New Generation, Simon and Schuster, Nueva York, 1988, 270 pp. [email protected]
|