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México D.F. Miércoles 25 de agosto de 2004
VIDEO
Leonardo García Tsao
La tentación, no la pasión
ANTE LA INMINENTE salida del dvd de La pasión de Cristo, de Mel Gibson, el mejor antídoto es recurrir a La última tentación de Cristo (1988), editada aquí en dvd hace unas semanas por Universal. Según se sabe, la película de Martin Scorsese ha sido motivo de polémica en nuestro país al grado de ser prohibida en su momento, rechazada por la cadena Blockbuster en su formato VHS y estrenada hasta principios de año, cuando coincidió en cartelera con la tendenciosa cinta de Gibson.
TODO PARTE DE un equívoco: La última tentación... no está basada directamente en la Biblia, sino en la novela de Nikos Kazantzakis que propone una válida meditación sobre si Cristo hubiera sido tentado a renunciar a su sacrificio. Así, Scorsese no describe el tormento del cuerpo de Cristo, como lo hizo Gibson, sino el sufrimiento de su espíritu, cosa bastante más interesante. Este Jesús (Willem Dafoe) es, como otros personajes del realizador, un neurótico afligido por dudas y contradicciones; no es la figura beatífica, estoica de las estampitas religiosas, sino un ser humano en toda la extensión del término, susceptible de sentir deseo hacia Magdalena (Barbara Hershey) o incertidumbre sobre su propia vocación de Mesías.
SI BIEN La última tentación contiene elementos provocadores -el discurso de Pablo (Harry Dean Stanton), que plantea la verdadera función del cristianismo- su jubilosa conclusión confirma la postura creyente de Scorsese, quien en su juventud consideró hacerse sacerdote. Sólo los fundamentalistas podrían objetar una representación que es, en esencia, un acto de fe.
arriesgada propuesta
PRODUCIDA CON PRESUPUESTO limitado, la película es una arriesgada propuesta que, por un lado, intenta plantear su historia en términos contemporáneos y, por otro, reconstruir el pasado de manera verosímil. Así, los personajes hablan un inglés coloquial -Judas (Harvey Keitel) incluso con acento de Brooklyn- y nadie pronuncia frases como "en verdad os digo que vuestro es el reino de los cielos". Scorsese ha seguido el ejemplo establecido por Pasolini en El evangelio según San Mateo (la única otra película satisfactoria sobre el tema) de adoptar un tono despojado -el rodaje se hizo en Marruecos con escasos valores de producción- y opuesto al espectáculo bíblico. Y como todo está narrado desde la perspectiva de Jesús, existen visiones subjetivas -la presencia del diablo bajo la forma de animales o la larga secuencia de la tentación, precisamente- que rompen con ese curioso "realismo".
UNO DE LOS principales apoyos es la extraordinaria partitura de Peter Gabriel, quien utilizó su interés por la música africana, del Medio Oriente, para conseguir algo que funciona en términos étnicos y emocionales. La banda sonora de Gabriel ha sido imitada por varias cintas de época posteriores, incluyendo la de Gibson.
FUERA DE UN trailer deslavado, este dvd no contiene material adicional. Una lástima, pues Scorsese es de los cineastas que realmente aportan datos reveladores cuando comenta su propia obra. La marca Criterion editó en Estados Unidos la versión de lujo de La última tentación de Cristo, con comentarios y material documental sobre la filmación. Pero sólo se consigue importada, a un costo bastante excesivo, y sin subtítulos en castellano.
DEJEN QUE SERRANO Limón y sus huestes compren el dvd de La pasión de Cristo con el dinero estatal que les sobre, después de gastar en tangas y condones. El cinéfilo discriminante preferirá la película de Scorsese. [email protected]
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