México D.F. Miércoles 25 de agosto de 2004
Héctor Zamora inaugurará exposición-intervención
en el museo Carrillo Gil
Con ayuda de diablitos, un paracaidista transgrede
las reglas de la construcción
El artista y diseñador gráfico vivirá
en ese espacio durante tres meses ''para trastocar los parámetros
de lo público y lo privado'' ''Previa cita'' recibirá a
las visitas-espectadores
ARTURO JIMENEZ
Este
fin de semana el artista y diseñador gráfico Héctor
Zamora se mudará de su departamento del centro al sur de la ciudad,
a San Angel, concretamente al número 1608 de avenida Revolución,
y más claro aún, al Museo de Arte Carrillo Gil... bueno,
a las afueras, en una ''casa" adosada a sus gruesos muros.
Y es que, como una ''exposición-intervención"
y mediante estructuras metálicas, Zamora construye desde julio una
vivienda de paracaidista y le ha ''parasitado" el agua y la energía
eléctrica al museo, con la ayuda de diablitos, porque se
irá a vivir ahí durante tres meses para ''trastocar los parámetros
de lo público y lo privado".
Tras la inauguración el sábado 28, a las
12 horas, y durante su estancia el artista recibirá a las visitas-espectadores
de Paracaidista. Av. Revolución 1608 bis ''previa cita" y
escribirá las memorias de ese proyecto, del cual se editará
un libro con textos de arquitectos y críticos de arte contemporáneo.
''Con esta pieza no estoy emitiendo una crítica
u opinión directa sobre el tema de los asentamientos irregulares
y el crecimiento inadecuado de las viviendas en la ciudad de México",
dice en entrevista Zamora, quien se define más como investigador
que como artista.
''Más bien es una especie de utopía llevada
a la realidad para empezar a generar un punto de partida y abrirnos a todas
las reflexiones que se puedan suscitar con esta pieza."
Aunque Zamora habla también del aspecto más
íntimo y personal del proyecto: habitar la vivienda. ''Esto tiene
que ver mucho con mi lenguaje, que está muy relacionado con las
estructuras ligeras y la vivencia espacial".
De hecho, asume que el espacio y la relación que
se tiene con él es el tema permanente de sus investigaciones.
''Esta vez abordo esta relación de manera íntima:
cómo debe ser un espacio para Héctor Zamora y cómo
puedo habitarlo. Parto de los espacios básicos de una casa: baño,
recámara, estancia, cocina. Hasta me di el lujo de una terraza,
por las características específicas del edificio del museo."
Punto de reflexión
La construcción de este paracaidista urbano afiliado
a la geometría estructural comenzó en el borde superior del
edificio del museo y luego creció hacia abajo, como ''desparramándose".
Casi listo, ahora ha quedado dividido en tres plantas principales:
Un corredor que unifica el recorrido principal de la casa
y que ''empieza o termina" en el baño. A lo largo del corredor,
de norte a sur, se llega a las dos habitaciones, ubicadas debajo del nivel
del pasillo.
Parte de la idea es que la pieza se convierta en punto
de reflexión para los visitantes, con quienes el artista buscará
interactuar. ''Dadas las características conceptuales y porque se
trata de mi casa, las visitas serán previa cita", comenta en broma.
Se trata de una paradoja, agrega. ''Estoy haciendo una
pieza sumamente pública, con mucho contenido social, pero al mismo
tiempo es privada y, de cierta manera, transgrede las reglas habituales
de la construcción".
Según información del Museo de Arte Carrillo
Gil, el discurso de Héctor Zamora se ha ido articulando con el tiempo
y se ha basado en la reflexión sobre experiencias personales con
obras como a = 360 r/R (2000) o PNEU (2003).
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