Se debe renegociar, plantean integrantes del Instituto de Investigaciones Económicas

La deuda externa de México ya se pagó más de dos veces: especialistas

En 33 años se han transferido recursos por 376 mil 259 millones de dólares

ANTONIO CASTELLANOS

México debe renegociar su deuda externa pública y privada porque el pago de los intereses y amortizaciones obstaculiza la inversión y la creación de empleos. En conjunto, en 33 años han representado el pago de 376 mil 259 millones de dólares, que equivalen a 2.34 veces el monto del débito y todavía se deben 160 mil 777. 78 millones de dólares, afirmaron Alicia Girón y Patricia Rodríguez, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Considerando las amortizaciones, éstas representan una erogación determinante, porque de 1970 a 2003 ésta se incrementó de pagar 665.94 millones de dólares, a 15 mil 870.71 millones de dólares. Es decir que su crecimiento en 33 años fue de 2 mil 286 por ciento.

Indicaron que la deuda externa y la inversión extranjera directa presentan niveles de participación crecientes y la Inversión Extranjera Directa (IED) tiene una mayor participación con relación al Producto Interno Bruto en los últimos 20 años.

Participaron en el seminario de Economía Mexicana organizado por el IIE y expusieron que al Banco de México no le interesa el desarrollo económico del país, sino el control de la inflación. Señalaron que en el mundo se registra una recesión desde hace 20 años y que si México hubiera invertido la mitad de lo que se pagó por el servicio de la deuda, el crecimiento del Producto Interno Bruto habría mejorado de manera sustancial.

Manifestaron que México no puede convertirse en la plataforma maquiladora de América Latina y otros países. Tiene que retomar el rumbo del desarrollo económico y para ello tiene que rescatar a su banco central.

Lamentaron que no haya posibilidades de un giro en la política, porque el gobierno del presidente Vicente Fox no ha considerado el grave problema que representa el desempleo. Este no se ha convertido en una bomba de tiempo porque tenemos una enorme frontera y los mexicanos prácticamente se han posesionado de casi todos los pueblos de Estados Unidos.

En una economía abierta como en la que se encuentra México, el control de los activos pasó a depender de las matrices de las empresas y las decisiones se toman afuera, no en el interior del país. Advirtieron que mientras el Estado no ejerza su poder soberano monetario para crear empleos, el modelo seguirá así hasta su extinción.

Las investigadoras insistieron en la renegociación de la deuda foránea porque está demostrado que ya ha sido pagada, y las obligaciones por amortizaciones y pago de interés impiden que el gobierno federal invierta en la formación bruta de capital fijo.

La administración federal, precisó la doctora Girón, debe actuar, pero hay claras evidencias de que no tiene ningún interés en el proceso de producción. El Estado ha fomentado una mayor dependencia de su sector productivo y ha favorecido alianzas estratégicas a través de las privatizaciones. Eso ha provocado que los activos pasen a control de las empresas extranjeras.

De la posguerra hasta 1982, agregaron, el endeudamiento externo promovió el crecimiento económico. Este modelo basado en el ahorro externo tenía como finalidad un proyecto nacional, pero a partir de la desregulación y liberalización del sector productivo y financiero, se inició la inversión extranjera a través de la privatización de las empresas.

Estas obtuvieron el control de los activos del país en beneficio de sus grupos y el crecimiento económico dejó de ser prioritario. Después de la crisis de la deuda externa de 1982, se inició una tendencia a la baja de la formación bruta de capital fijo, lo que indica que la inversión extranjera penetró a través de las privatizaciones sin hacer nueva inversión que tuviera un impacto en el crecimiento del Producto Interno Bruto. Un caso concreto fue la venta de Banamex.