PENULTIMATUM

Dos fracasos de Thalía

LOS ANALISTAS DE la bolsa de Nueva York afirman que es un éxito cuanto negocio emprende la cantante y actriz Thalía. Pero siempre hay uno que otro fracaso del cual presumir, y eso es precisamente lo que sucede ahora. Primero, con la revista que lanzó al mercado de Estados Unidos hace cinco meses. La publicación se llama como su dueña y directora, a la que acompaña en la parte editorial y empresarial su esposo, el promotor discográfico Tommy Mottola. La revista no logra colocarse en el gusto del público. Según especialistas en medios, no es lo mismo vender cd gracias a campañas publicitarias intensas que competir en un mercado sobresaturado y en el que algunas revistas llevan años y cuentan con mayor experiencia. Por eso y muchos otros motivos que no salen a la luz pública, se busca la forma de llevar el proyecto editorial a un final lo menos penoso posible. El segundo fracaso en menos de un año se refiere a los accesorios que integran la línea Thalía Sodi, que vende la cadena de supermercados K-Mart. Según Bill Lockyer, procurador del estado de California, algunos de esos productos violan las leyes federales del vecino país, pues no se advierte que contienen plomo, un metal altamente contaminante. La legislación estadunidense considera delito no alertar a posibles compradores de un producto sobre los efectos nocivos que, por su composición, puede ocasionar a la salud su uso o consumo. O que perjudica al medio ambiente.

HAY OTRO FRACASO, si por tal se considera el querer hacerse publicidad a costa de la fama bien ganada de un grupo de elegantes italianos expertos en reducir con maña los bienes de quienes se alojan en hoteles de seis estrellas de Roma. Según explicó Talía, por flojera dejó donde no debía una bolsa con joyas que valían un millón de dólares. Dijo que no quiso perder el tiempo en depositarlas en la sección de seguridad del hotel Marriot Gran Flora. La policía no creyó la versión y, como por arte de magia, no se supo más del robo.

HACE UN AÑO la dominicana Amelia Vega, Miss Universo 2003, anunció su ''lanzamiento'' como cantante gracias al apoyo del influyente productor Emilio Estefan y de un tío político de su graciosa majestad, el compositor y cantante Juan Luis Guerra. Pasan los meses y el esperado álbum no se graba. Mientras, Amelia toca las puertas de los productores cinematográficos de Estados Unidos. No tiene experiencia como actriz pero la lleva de la mano Andy García, quien le dio un pequeñísimo papel en su última película, The Lost City, con guión de Guillermo Cabrera Infante.

LA REVELACION DE LA SEMANA: "Mi padre, Julio Bracho, había sufrido muerte civil en este país. Ni el teléfono le contestaban. Se vinieron muchos problemas para mi padre cuando hizo La sombra del caudillo. Fue don Ismael Rodríguez el único que le dio la mano, quien lo ayudó; le produjo una película y así se levantó nuevamente. Es por ello que le tengo una gran admiración, no sólo como director de cine, sino como ser humano". Diana Bracho, presidenta de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.