México D.F. Viernes 20 de agosto de 2004
Iniciaron su lucha legal en 1998, luego de ser
dados de baja por su condición de salud
Tras agotar instancias, ex soldados seropositivos recurren
a la CIDH
Piden el apoyo del organismo internacional para que
se les reinstale y se les proporcione atención médica El
gobierno mexicano ha pretendido descargar de responsabilidad en el asunto
al Ejército
ANTONIO MEDINA /NOTIESE ESPECIAL PARA LA JORNADA
Luego de agotar todas las instancias jurídicas,
dos soldados VIH positivos a quienes el Ejército Mexicano dio de
baja por su estado serológico acudieron a la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) con el propósito de que esa instancia
internacional emita medidas cautelares al Estado mexicano para que les
sean reinstalados sus derechos laborales y de salud, así como les
suministren tratamiento médico y medicamentos, además de
recursos económicos para su subsistencia.
Antes
de dar entrada a esta solicitud, la CIDH solicitó, a principios
de agosto, al gobierno de Vicente Fox información al respecto. En
su respuesta, el gobierno mexicano adelantó que las secretarías
de Salud (Ssa) y de la Defensa Nacional (Sedena) están por firmar
un convenio en el que el Centro Nacional para la Prevención y el
Control del VIH/Sida (Censida) sería la instancia que otorgue la
atención y medicamentos a los militares dados de baja. Sin embargo,
en la reunión del Conasida del 18 de agosto, en donde participan
representantes de la sociedad civil, de las diferentes instituciones del
Estado e integrantes del Ejército y la Marina, se rechazó
la firma de dicho convenio, y en su lugar se solicitará al jefe
del Ejecutivo reformar la Ley del Instituto de Seguridad Social para las
Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM), que viola los derechos de los militares
VIH positivos.
Se plantea derivarlos a clínica que atiende
a población abierta
Otra de las medidas que planteó el gobierno mexicano
a la CIDH fue que pone a la disposición de los "peticionarios" los
servicios de la clínica especializada Condesa y el centro de atención
del Censida ubicado en la calle de Flora No. 8. En la respuesta no se hace
ningún comentario de la petición de los militares sobre la
subsistencia económica, aunque sí enfatiza que una vez que
tuvo información de la petición de medidas cautelares ante
la CIDH, de inmediato estableció contacto con el representante de
los militares para restablecerles "de manera urgente" atención y
medicamentos.
Asimismo, explica la misiva del gobierno federal, "la
Secretaría de Relaciones Exteriores se compromete a acompañar
a los afectados en sus primeras consultas clínicas, con el propósito
de garantizar la debida prestación de servicios y de poder brindar
información de primera mano a la CIDH".
El proceso que emprendieron por separado desde 1998 los
dos militares ha pasado por momentos difíciles, pues en respuesta
a la resolución de los jueces, la Sedena interpuso un recurso de
revisión. Ante esa petición, el noveno tribunal colegiado
consideró que era necesario el desahogo de una prueba pericial que
determinara si el VIH era susceptible a tratamiento.
Dicha prueba determinó que sí es susceptible
a tratamiento, por lo que la justificación para dar de baja a los
militares VIH positivos cambió ahora a la necesidad del Ejército
de contar con elementos que tengan un estado de salud apto para el servicio
de las armas, argumento que asumió el noveno tribunal colegiado
en materia administrativa, que finalmente validó la baja de los
militares de las fuerzas armadas, agotándose con esa resolución
todas las posibilidades jurídicas de defensa, por lo que los afectados
acudieron en abril pasado a la CIDH.
La respuesta oficial no es satisfactoria, señala
diputado
En opinión del diputado Rafael García Tinajero,
integrante de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados,
la respuesta dada por el gobierno de Vicente Fox a la CIDH no es satisfactoria,
ya que el gobierno estaría deslindando al Ejército de sus
responsabilidades para con sus miembros, y pasando la responsabilidad a
la Ssa. "La suscripción de un convenio en estas condiciones legitimaría
las conductas discriminatorias y violatorias de derechos humanos de los
militares dados de baja por vivir con VIH".
Lo que se necesita, afirmó, es reformar la Ley
del ISSFAM para revocar los artículos discriminatorios contra los
militares diagnosticados con VIH.
El legislador explicó que de acuerdo con la legislación,
las funciones del Censida son exclusivamente normativas y de supervisión,
y no está facultado para dar servicios. En cuanto a la clínica
especializada Condesa, explicó que no da servicio de tercer nivel,
y en otras instituciones de salud pública el servicio de hospitalización
tiene un costo que no puede ser solventado por los militares dados de baja.
Aseguró que el Ejército está siendo
protegido por el gobierno foxista, pues dar de baja a militares seropositivos
viola diversos ordenamientos legales y tratados internacionales firmados
por nuestro país, entre ellos la Norma Oficial Mexicana para la
Prevención y Control de la Infección por VIH, en donde se
establece que la prueba de detección del VIH/sida debe ser voluntaria
y confidencial; la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación,
que prohíbe toda exclusión o restricción basada en
condiciones de salud; la Ley General de Salud, que obliga a las entidades
públicas a notificar los casos de sida a la Secretaría de
Salud, lo que el Ejército Mexicano no está haciendo. Asimismo,
se están violando los compromisos asumidos con la firma del Convenio
Internacional Relativo a la Discriminación en Materia de Empleo
y Ocupación, o los compromisos de México ante la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, entre otros.
A la fecha, el Ejército Mexicano ha dado de baja
a 110 elementos por ser portadores del VIH/sida y, a decir del comandante
Felipe Bonilla Espinobarrios, de la décima región militar
de Yucatán, se les da de baja por ser "inútiles para el servicio
a la patria".
En cuanto a la Armada de México, ha registrado
278 casos, entre militares y derechohabientes, de los cuales 223 son hombres
y 55 mujeres, y, según información proporcionada por el Instituto
Federal de Acceso a la Información, hasta diciembre pasado, solamente
28 personas reciben medicamentos, el resto ha causado baja por defunción
o separación obligatoria del servicio activo.
Cabe recordar que el pasado mes de junio, y luego de cinco
años de proceso, el cuarto tribunal federal emitió su fallo
a favor de un sargento que fue dado de baja del Ejército Mexicano
por vivir con VIH. En la resolución, los jueces determinaron que
dicha baja violaba los derechos a la salud, a la no discriminación
y a la estabilidad en el empleo. Además, se inclinaron por una aplicación
preferente de los tratados internacionales que los coloca por encima de
las leyes federales.
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