México D.F. Viernes 20 de agosto de 2004
Católicos de dos corrientes se disputan
parroquia ubicada en San Pablo Atlazalpan
Choques por motivos religiosos dejan 30 heridos en
comunidad mexiquense
Ayer hubo tres enfrentamientos, uno de fieles contra
policías y dos entre feligreses
RENE RAMON CORRESPONSAL
Chalco,
Mex., 19 de agosto. Más de 30 lesionados y al menos cinco detenidos
dejaron aquí tres enfrentamientos, el primero entre policías
mexiquenses y un grupo de católicos tradicionalistas, luego de que
éstos intentaron impedir la ejecución de una orden judicial
federal que ordenó entregar la parroquia de San Pedro y San Pablo
a la diócesis de Valle de Chalco; el segundo fue entre fieles de
dos corrientes distintas.
Así, tras cuatro meses de tensa calma la violencia
regresó hoy por la tarde a la comunidad de San Pablo Atlazalpan,
donde las corrientes tradicionalista y moderna, ambas de la Iglesia católica,
se disputan la posesión de la parroquia de la comunidad desde 1978.
Las animosidades comenzaron por la mañana, cuando
500 integrantes de la Policía Federal Preventiva (PFP) utilizaron
gas lacrimógeno y toletes para desalojar a 80 feligreses tradicionalistas
que se negaban a abandonar el templo.
Simultáneamente, mil 500 granaderos de la Policía
Estatal cercaron todos los accesos al primer cuadro de la comunidad para
evitar el ingreso de personas, y 200 agentes municipales bloquearon la
carretera Chalco-Mixquic.
El operativo policiaco, al mando del director de
la PFP Francisco Arellano Noblecía, tenía la misión
de dar cumplimiento a la orden emitida por Zaida María Topete, juez
federal quinto de distrito con sede en Nezahualcóyotl, para rescatar
el inmueble mencionado.
Durante cuatro horas, personal de la Subsecretaría
de Asuntos Religiosos de Gobernación y dos notarios públicos
dieron fe del inventario y la recuperación del templo, el cual entregaron
a un representante de la diócesis de Valle de Chalco.
A las 14:30 horas los elementos de la PFP custodiaron
la salida de funcionarios y notarios. Tras el retiro de los agentes federales
y los retenes colocados por la policía mexiquense, casi 300 tradicionalistas
llegaron hasta las puertas de la parroquia con la finalidad de impedir
que un contingente de otros 150 católicos ingresara en el templo
para oficiar misa por la recuperación del mismo.
Apenas habían pasado 15 minutos de la partida de
la PFP cuando ocurrió el enfrentamiento entre granaderos estatales
y católicos tradicionalistas. En un principio la policía
sólo abrió una valla para dejar libre el acceso al atrio
del inmueble, pero el choque fue inevitable.
Los civiles arrojaron piedras y golpearon con palos a
los policías; éstos respondieron con toletes y gas lacrimógeno.
El saldo del zafarrancho fue de 30 lesionados, seis con
descalabradas y fractura de brazos, quienes fueron atendidos por la Cruz
Roja de Chalco. También un granadero fue herido en la cabeza con
una piedra.
Pugnas añejas
Este conflicto religioso comenzó en 1978 y se agudizó
hace 15 años con la llegada del presbítero José Antonio
Rodríguez López, quien radicalizó la fe tradicionalista,
pues oficiaba misas en latín y sólo permitía que las
mujeres entraran en el templo si vestían con falda larga y velo,
mientras los hombres en pantalones cortos no podían ingresar. A
ellos se les sentaba del lado izquierdo y a ellas del derecho.
Los tradicionalistas aseguran ser católicos, pero
no romanos, es decir, no reconocen al papa Juan Pablo II.
Los fieles despojados, quienes siguen la fe católica,
apostólica y romana y son reconocidos por la diócesis de
Valle de Chalco, interpusieron un juicio de amparo ante el juzgado mencionado.
Hace dos años un juez federal falló en su favor e intentaron
recuperar la parroquia, pero ocurrió un enfrentamiento.
Por la noche ocurrieron dos enfrentamientos más,
sin conocerse el número de lesionados, debido a que la gresca más
fuerte ocurrió atrás de la parroquia, donde grupos rivales
tradicionalistas y modernistas se agredieron con tubos, palos, cadenas
y piedras. Los 150 elementos de la policía municipal que resguardaban
la entrada principal del templo fueron insuficientes para impedir los zafarranchos.
Al cierre de esta edición 500 granaderos de la
policía estatal se mantenían a dos kilómetros del
lugar a la expectativa, mientras el gobierno del estado inició la
denuncia CHA/III/2493/04 por los delitos de motín, lesiones, ultrajes
y resistencia a la autoridad contra Miguel Santana Noé Martínez
Méndez y Eladio García García. En el centro de San
Pablo Atlapalpan, la situación era tensa, pues más de mil
personas de ambos bandos se mantenían armados con palos y tubos.
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