México D.F. Viernes 20 de agosto de 2004
Inaugura electrificación para 18 comunidades
aisladas
En plena Lacandona, Fox se fusila otra vez al
EZLN
"¡Nunca más un México sin sus pueblos
indios!", expresa
ROSA ELVIRA VARGAS ENVIADA
Benemerito
de las Americas, Chis., 19 de agosto. El entusiasmo que le produjo
inaugurar la electrificación en aisladas comunidades de la selva
Lacandona llevó al presidente Vicente Fox Quesada a tomar de nuevo
la proclama del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN), y exclamó: "¡Nunca más un México sin
sus comunidades indígenas integradas al desarrollo nacional; nunca
más un México sin oportunidades para todos, nunca más
un México sin justicia, sin estado de derecho y sin respeto a la
ley!"
El mandatario habló convencido de que su gobierno
ha logrado construir una nueva relación entre los pueblos indígenas,
el Estado y toda la sociedad. Por ello, también aseguró que
los chiapanecos "han sabido zanjar sus diferencias para avanzar en lo que
interesa a todos".
Contra su costumbre de acusar recibo de aquellos hechos
que tocan directamente las zonas que visita o los actos que encabeza, Fox
no aludió esta vez al reciente comunicado del subcomandante Marcos,
no obstante que en varias localidades de este municipio el zapatismo
ejerce considerable influencia.
En cambio, afirmó que México tiene ya la
tasa de desempleo más baja del continente y se detuvo a ofrecer
respuesta a mujeres que le presentaron dramáticos cuadros de padecimientos
infantiles. También buscó animar a los jóvenes que
por años vivieron en la paradoja de estudiar en una telesecundaria
sin aparatos de televisión, porque no había luz, y les ofreció
biblioteca y barda para la escuela.
Entró luego a la casa de una madre de familia con
cinco hijos -el padre se fue a trabajar a Estados Unidos-, y que ahora,
ya con electricidad, piensa en abrir un changarro, lo que al mandatario
le pareció tan buena idea que hasta calculó que con sus ganancias
podría lograr que el esposo regresara, y le ofreció hablar
con "la señora Marta" (Sahagún) para equipar el jacal.
Algunos habitantes de este lejanísimo lugar colindante
con Guatemala lograban llegar hasta él y, con las vallas metálicas
de por medio, le presentaban solicitudes, le pedían incorporaciones
al programa Oportunidades, y mientras el mandatario escuchaba, entre el
gobernador Pablo Salazar Mendiguchía y Xóchitl Gálvez,
la directora de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas, se repartían los encargos con "yo pongo la barda,
tú pones la cancha..." o demás obras y apoyos requeridos.
En su decimoquinta gira por Chiapas, Fox refrendó
que cada una de esas visitas le llena "de hermosos sentimientos de justicia,
de solidaridad, de compromiso" (...) "He sido alimentado por esos sueños,
por esas demandas, por esas ideas, por esas propuestas", expresó.
A mediados del año pasado se inició el programa
de electrificación para 41 localidades chiapanecas donde hay 19
mil habitantes y que concluirá a fines de este año con una
inversión total de 205 millones de pesos. El Presidente afirmó
que esta obra se ha realizado "tomando medidas de compensación ambiental"
y con respeto a la riqueza arqueológica.
Son las propias comunidades indígenas, agregó,
las que deciden sus prioridades y el gobierno las escucha, atiende y responde.
Señaló que este año se triplicaron los recursos para
esos pueblos en relación con 2003, aunque admitió que eso
resulta aún insuficiente para lograr el "desarrollo integral".
Por ello, y como lo ha ofrecido en semanas recientes a
diversos sectores, expresó que aun cuando el año próximo
habrá un presupuesto limitado "y difícilmente tendrá
crecimiento en su asignación, no abandonaremos el compromiso con
las comunidades indígenas y habrá significativamente más
recursos".
Habló entonces de la Convención Nacional
Hacendaria, que ubicó como verdadero ejemplo de pluralidad, madurez,
diálogo y resultados. Resaltó que corresponde ahora a los
congresos locales y al de la Unión analizar y aprobar las propuestas
derivadas de ese ejercicio de acuerdo fiscal, para que, de ese modo, los
tres niveles de gobierno cuenten con mayores recursos para hacer frente
a sus responsabilidades.
Fox partió así de esta tierra de tzotziles,
choles, chinantecos y gente que de muchas partes del país, incluso
de Guatemala, llegó o fue traída. De gente que no puede producir
más que para autoconsumo, aunque sus parcelas ejidales linden con
opulentos ranchos. Una zona donde se viven todos los incidentes azarosos
de una frontera irregular y donde, en el paupérrimo ejido de Nuevo
Paraíso, entre árboles de nanche, naranja y aguacate, vive
un comisionado ejidal que todavía no ha resuelto el dilema existencial
que le significa llamarse Hernán Cortés. Ahí, como
en otras 18 comunidades de la región, la luz apenas está
por llegar.
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