.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
La Jornada Michoacán
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
Obituario
C A P I T A L
..

México D.F. Domingo 15 de agosto de 2004

Angeles González Gamio

Nuestro pasado en el presente

En la antigua ciudad de México, hoy Centro Histórico, la historia brota en cada esquina; baste pensar en los restos de las prodigiosas urbes que se encuentran bajo tierra: Tenochtitlán y Tlatelolco, esta última que albergaba el mercado más importante. Aquí se encuentra buena parte de la memoria del virreinato, la Independencia, la República, la Reforma, las luchas revolucionarias y demás etapas que nos han forjado. En los muros de sus casonas y palacios, en las calles y plazas se puede leer nuestro pasado.

Por ello es tan importante la labor que lleva a cabo la Academia Mexicana de la Historia, noble institución que preside con talento Gisela von Wobesser y que agrupa a muchos de los mejores historiadores de nuestro país; por mencionar a unos cuantos: Miguel León Portilla, Clementina Díaz y de Ovando, Eduardo Matos, Enrique Krauze, Andrés Lira, Ida Rodríguez, Jean Meyer, Beatriz de la Fuente y Josefina Muriel.

Varios de ellos van a participar en el diplomado que se inicia precisamente mañana a las 18:30 horas, en la sede de la academia, ubicada en la plaza Carlos Pacheco 21, y cuyos teléfonos son el
55- 21-96-53 y 55-18-27-08. La institución y el inmueble tienen su historia, que vale la pena recordar. La mansión que la aloja tiene una fachada de estilo barroco, recubierta de tezontle y adornos de cantera, que originalmente estuvo en la calle de Capuchinas, actual Venustiano Carranza, y era parte de un palacio virreinal que se dice fue obra del sobresaliente arquitecto Lorenzo Rodríguez, y para salvarlo de la destrucción se le trasladó a este sitio piedra por piedra.

En lo que se refiere a la propia academia, su historia es igualmente interesante: fue en el año de 1919 cuando se reunió un grupo de ilustres amantes de la materia, para dar nacimiento a la Academia Mexicana de la Historia, correspondiente a la Real de Madrid. Este hecho cristalizó alrededor de 100 años de esfuerzos, con los que se había intentado fundar dicha institución, pero circunstancias diversas: los avatares políticos y el antihispanismo de algunos historiadores, entre otras, hicieron que en varias ocasiones el proyecto fracasara.

Al conocer los nombres de los fundadores, se hace evidente que la academia nació con el pie derecho y en el momento oportuno: Luis González Obregón, Jesús Galindo y Villa, Mariano Cuevas, Luis García Pimentel, Manuel Romero de Terreros, marqués de San Francisco, Jesús García Gutiérrez, Francisco A. de Icaza y Juan Iñiguez.

Claro que su vida no ha sido fácil; sin una sede propia, sin presupuesto fijo, tuvo altas y bajas. Una buena época fue cuando estuvo al frente don Atanasio Sarabia, quien como funcionario del Banco Nacional de México logró que esta institución proporcionara el financiamiento para darse el lujo de adquirir la hermosa fachada virreinal.

En cuanto a sus objetivos, la academia lleva a cabo trabajos de investigación dentro de las diversas ramas de la historia de México, fomenta y propaga los estudios históricos realizados por los académicos, así como por otros historiadores, y contribuye a la conservación del patrimonio cultural de México; en particular, ayuda a salvaguardar los edificios, museos, bibliotecas, documentos y demás testimonios valiosos del pasado. Esto lo llevan a cabo 30 académicos especialistas en las distintas ramas del saber histórico. Es interesante enterarse que siete de ellos son de estados de la República. A lo largo de su vida, la academia ha acogido en su seno a muchos de los historiadores más relevantes de México y a varios del extranjero, como corresponsales.

La institución se encuentra a unas cuadras del barrio de San Juan, donde se está llevando a cabo el tan esperado proyecto Alameda, que se realiza a todo vapor. En lo que se bautizó como Plaza Juárez pronto estarán funcionando las sedes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, del Tribunal Superior de Justicia, del Archivo Histórico de Notarías, en el antiguo templo de Corpus Christi, y a un lado estarán las torres de departamentos, que se están vendiendo como pan caliente. El conjunto estará aderezado con restaurantes, cines, tiendas, boutiques y demás atractivos tipo mall, que van a añadir su toque de modernidad al tradicional Centro Histórico, sumándose a los nuevos hoteles que ya están dando servicio.

Por lo pronto vayamos al cercano barrio chino, en la calle de Dolores, a cualquiera de sus restaurantes, a saborear la sopa de aleta de tiburón, unos crujientes rollitos primavera, codornices fritas con sus verduritas agridulces y un abundante chop suey. Si tiene buen diente y presupuesto amplio vaya al Shangai y pida un pato laqueado.

[email protected]

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm

Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Coordinación de Publicidad
Tels: (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00 Exts: 4900 y 4104

Email
Coordinación de Sistemas
Teléfonos (55) 91 83 03 11 y 91 83 03 77

Email

  © Derechos Reservados 2003 DEMOS, Desarrollo de Medios, S.A. de C.V.
Todos los Derechos Reservados. Derechos de Autor 04-2003-08131804000-203.
Prohibida la reproducción total o parcial del contenido sin autorización expresa del titular.
El título y contenido se encuentran protegidos por la legislación de la materia en la República Mexicana.