México D.F. Domingo 15 de agosto de 2004
LA VIDA (BREVE) EN SAN LAZARO
José Agustín Ortiz Pinchetti
El desafuero. ƑQué nos espera?
En riesgo, la estabilidad
Podría ser el fin del experimento democrático
EL PROCESO DE desafuero iniciado por la Procuraduría General de la República (PGR) por instrucción del presidente Vicente Fox es un procedimiento extremadamente accidentado, conflictivo, incierto y espectacular. La falta de antecedentes hace necesario intentar un resumen de lo que nos espera.
EL PROCESO ES el siguiente: la sección instructora de la Cámara de Diputados acordó el desahogo de pruebas, es decir, ya dio por recibidas las que presentó Andrés Manuel López Obrador, y ahora debe calificarlas para ver si son admitidas. La PGR objetó estas pruebas y la sección instructora rechazó la objeción, ya que ni siquiera las ha revisado. Para este proceso de calificación de pruebas se necesitan por lo menos 30 días naturales, en caso de que no exista ninguna prórroga. Después de esto viene una audiencia de vista por cada uno de los miembros de la sección instructora, la cual debe tardar 12 días naturales, y luego seis más para alegatos. A esto se le deben sumar otros días, dependiendo del número de hojas (10 mil), con el propósito de construir correctamente los alegatos.
DESPUES DE LOS alegatos la sección instructora deberá rendir un dictamen, el cual se someterá a un análisis jurídico (diligencias, comparecencias, etcétera) para obtener un dictamen final que será presentado al pleno de la Cámara de Diputados por conducto de la presidencia de la mesa directiva. En esta instancia (el pleno), ambas partes, Ministerio Público y Andrés Manuel López Obrador, tienen dos rondas para hacer alegatos. En ese momento la Cámara de Diputados se constituye como jurado. En caso de que el pleno haya llevado a cabo una votación en favor del desafuero, esta decisión tendrá que ser enviada a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en la que se pueden presentar argumentos en contra.
TODO ESTE PROCESO tardará por lo menos seis meses. Aunque no es exagerado pensar que puede llevar hasta dos años. Esto dependerá de la astucia de los abogados involucrados y de la voluntad política de los diferentes actores para sacar adelante el procedimiento.
DESPUES DE QUE la nación pase por la agonía de todo esto, suponiendo que la sentencia fuese el desafuero y la separación del cargo del precandidato presidencial puntero, lo más duro estaría por llegar: la respuesta popular a una agresión mayor no sólo contra Andrés Manuel López Obrador o su partido, sino contra todo el nuevo sistema democrático y competitivo.
LOS ESCENARIOS PUEDEN ser espeluznantes: 1) la movilización en los distintos estados contra la medida, con el consiguiente daño a la estabilidad política; 2) la resistencia civil generalizada para deslegitimar las elecciones de 2006, y 3) lo peor: la sumisión de la población al designio presidencial de impedir competir a aquel opositor que pueda ganar las elecciones.
ESTE SERIA EL fin del experimento democrático que comenzó en el año 2000. Pero hay una salida. Destacados miembros del gobierno y de la sociedad civil han argumentado la necesidad y la posibilidad de conciliaciones y arreglos institucionales. La posible construcción de condiciones para un acuerdo es absolutamente necesaria y posible. Por fortuna, la respuesta favorable de Andrés Manuel López Obrador y la respuesta áspera pero favorable del secretario de Gobernación auguran que finalmente podamos arribar a buen puerto. šOjalá! [email protected]
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